Estilo carmelita impecable

La Lanzada

El Jueves Santo se impregna con el color de la Hermandad de la basílica del Carmen.

El paso de misterio del Santísimo Cristo de la Lanzada atraviesa Porvera en busca de la calle San Juan de Dios.  Foto: Manu Garcia
El paso de misterio del Santísimo Cristo de la Lanzada atraviesa Porvera en busca de la calle San Juan de Dios. Foto: Manu Garcia
J.p. Lobato

Jerez, 25 de marzo 2016 - 01:00

EL Jueves Santo es la jornada más larga de la Semana Santa. Comienza en el momento que cae la tarde, debido a los Santos Oficios -a excepción de La Redención-, y concluye a pleno sol cuando la Virgen de la Yedra se despide de las calles de La Plazuela en pleno Viernes Santo. Su importante reside en que en él comienza el Triduo Pascual y es el día por el que se rige la fecha de toda la Semana Santa.

Hasta hace pocos años, esta era una jornada que comenzaba y acababa en el centro de la ciudad, con hermandades que tienen su sede canónica dentro de los enclaves más céntricos de la ciudad. Con la incorporación de la cofradía de María Auxiliadora, la jornada se volvió menos hermética como no podía ser de otra forma debido a la cantidad de nuevas corporaciones que vienen pisando fuerte y aspiran a convertirse en grandes propuestas de la Semana Santa jerezana.

Una de las cofradías más antiguas, más íntimas y más personales del Jueves Santo es la que nos compete, la Hermandad del Carmen. La cofradía de la Sagrada Lanzada de Nuestro Señor Jesucristo que cada jornada impregna con su color carmelita las calles de Jerez. Es esta una de esas corporaciones que ganan con unos días tan oscuros debido a la hora invernal.

El paso de misterio de la Hermandad de la Lanzada es uno de los más impresionantes de la Semana Santa jerezana. Impresiona por su tamaño -es de los más altos- y por su expresividad. Esta impronta es debida a la expresión de María Santísima de Gracia y Esperanza, postrada ante Cristo y que con la mirada al alza contempla el malogrado estado de su Hijo. El movimiento del caballo que porta al romano con la lanzada también aporta a este misterio ese sentimiento de estar observando la fotografía de una de las escenas con más emotividad de la Pasión cuando el paso comienza a salvar los últimos metros que separan el interior de la basílica del Carmen Coronada con las calles de Jerez.

En el centro del conjunto, la magnífica talla del Cristo de la Lanzada, talla anónima del siglo XVII que se erige como una de las joyas imagineras de la Semana Santa de Jerez. Impresionante imagen que debido a sus proporciones y a las de la puerta de la basílica tiene que salir desde su sede canónica completamente bajado. Una salida nada fácil que corre a cargo del experto llamador de Martín Gómez y que el público sigue desde las inmediaciones del templo. A la atenta mirada de los cofrades se suman entonces los sones fúnebres de la Banda de Música Nuestra Señora del Carmen de Prado del Rey, que otorgan aún más solemnidad a la procesión del Carmen.

Con elegancia, sentir y sin estridencias La Lanzada comienza su discurrir hasta la Santa Iglesia Catedral con un paso seguro, silencioso. Ya con Cristo de la Lanza en alto, el paso de misterio se despide de su basílica y la segunda titular de la Hermandad, Nuestra Señora del Buen Fin, que esperará a su Hijo dentro del Carmen.

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