Inspiración y sentimiento Trinitario

Humildad y paciencia

Fue el tercer año de la hermandad en el Martes Santo y abrió la Carrera Oficial tras quedarse en su templo La Defensión.

El Señor de Humildad y Paciencia, en su discurrir por la calle Medina bajo un cielo nublado.  Foto: Manu Garcia
El Señor de Humildad y Paciencia, en su discurrir por la calle Medina bajo un cielo nublado. Foto: Manu Garcia
Francisco Abuín

23 de marzo 2016 - 01:00

LA vivencia de la Trinidad, sintiendo la vocación trinitaria como llamada a ser signo del misterio del Dios', así se define el carisma Trinitario. Del mismo modo se determina la cofradía que en Jerez retoma el recuerdo a esta Orden, que en Jerez tuvo convento y sede, la misma que hoy ocupa la Hermandad en la iglesia de la Santísima Trinidad, hoy en manos de las Madres de las Esclavas del Sagrado Corazón.

La cofradía se ocupa cada Martes Santo de recordar aquellos principios, más en su cortejo que evocó, en una presidencia, con tres hermanos portando cada uno de ellos un cirio blanco -tres por la Santísima Trinidad-. La hermandad, para afianzar más su vocación, pertenece a la Fraternidad de Hermandades Trinitarias de España Sur. Humildad y Paciencia ha tenido este año un especial protagonismo por ser sus nazarenos el eje central del cartel oficial de la Semana Santa.

Tres años en el Martes Santo, tres años evolucionando como hermandad y buscando su hueco en una jornada que en este 2016, a causa de ajustes presentes y futuros, debió ser la segunda en la Carrera Oficial; pero fue otra vez la primera tras quedarse la Defensión en casa.

Severidad, clasicismo y un punto de romanticismo definen su estética, muy clara desde los primeros pasos de la corporación, cuando empezó a salir en las noches del Sábado de Pasión. Toda esta línea estilística se puso una vez más de manifiesto en la calle con un paso de misterio aún en carpintería -este año no ha experimentado avances-, que llevó el monte simulado en piedra y trabajado en madera, sobre el que se elevaba la talla del Señor, de autor anónimo del siglo XVII. El arreglo floral fue acorde con todo este espíritu: iris morados y flor de cera roja.

Es una hermandad corta de nazarenos, que ayer creció en alguno más. Sí fue evidente el cambio en el caminar del paso, tras la mala experiencia de 2015. Bajo las trabajaderas se estrenaron las cuadrillas con el mando como capataz de Ezequiel Simancas.

Mientras todo eran inquietudes en un Martes Santo un poco alocado, en Humildad y Paciencia se respiraba serenidad, sin alteraciones con un guión muy bien aprendido, marchando tras la cruz de guía, diseñada y pintada por el sacerdote Enrique Hernández; una hermandad nueva que sin embargo evoca a las de siempre.

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