El Transporte

Y Jerez se hizo de blanco mercedario

  • El discurrir de la cofradía por la calle Nueva gana adeptos a cada año que pasa

LOS alrededores de la Basílica de La Merced son un hervidero cuando pasan pocos minutos de las cinco de la tarde. La expectación se palpa en el ambiente cuando se abren las puertas de la Basílica y aparece en el dintel la Cruz de Guía de la Hermandad del Transporte, murmullos de emoción se elevan a medida que el cortejo, de inmaculado blanco mercedario, va formándose en la calle y abandonando lentamente el templo patronal.

A los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Fundación Zoilo Ruiz Mateos, poco a poco va viendo la luz de esta tarde nublada del Domingo de Ramos el paso de Nuestro Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes, con su clásico exorno de claveles rojos. La cuadrilla de 50 costaleros, a las órdenes de Manuel Monje, mecen con suave amor a este soberbio y barroco paso de misterio durante el desfile procesional, mientras miles de personas premian su esfuerzo en las angosturas del barrio de Santiago, en Carrera Oficial o en la recogida, donde su barrio se vuelca con la Hermandad, aunque afirmen sus hermanos que este año echarán de menos a los abuelos del Asilo San José. Tras la salida de Nuestro Padre Jesús del Consuelo, es Madre de Dios de la Misericordia, en su bellísimo paso de palio, quien despierta admiración, plegarias encerradas en piropos a su belleza, resaltada aún más sobre un exorno de  orquídeas.

Este año es la Banda de Música de Ntra. Sra. de la Soledad de Cantillana (Sevilla) la que la se encarga de poner la nota musical a este afán costalero que se derrocha por Merced, Nueva y Ancha, calles flamencas por antonomasia, en la salida y la recogida, y es el buen hacer de José Manuel Muñoz el que dirige con maestría la cuadrilla de costaleros de la Misericordia. A medida que avanza la tarde y la Hermandad cumple con rigor su entrada en Carrera Oficial y encara con sobriedad y majestuosidad su vuelta al templo mercedario, en el recuerdo de éste que suscribe, la figura siempre recordada de Diego Conde, el eterno director de Cofradía, y del Padre Jesús, que hoy seguro que habrán vuelto loco a todo el cielo avisando a todo el mundo para que se asomen al balcón, que su Transporte está en la calle.

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