Cofradías

La Pastora de las Almas brilló a gran altura por su singularidad

  • La procesión salió este año desde el templo de San Francisco por las obras en San Dionisio

La Divina Pastora de las Almas a su paso por San Marcos.

La Divina Pastora de las Almas a su paso por San Marcos. / M. S. (Jerez)

La Divina Pastora de las Almas de San Dionisio volvió a brillar a una gran altura el pasado sábado. Volvió a ser una de esas procesiones a las que no se puede faltar. Y es que nadie sobra y todos son necesarios cuando de organizar una procesión se trata. Pero los fieles pastoreños que ofrecen culto a Virgen en San Dionisio son otra cosa.

Por sus personalidad, su singularidad y por el fervor que contagian a todos cuando sale su procesión. El momento que se vive cada año en la calle Conde Cañete de Pinar con el paso de la Virgen forma parte de uno de los capítulos más fervorosos del calendario cofrade. Con fuegos artificiales y las sevillanas al paso de la Señora Pastora.

El esfuerzo de sus hermanos por decorar las calles con cadenetas y un arco en la calle antes mencionada es encomiable. Además, destacar también el muy clásico repertorio que cada año acompaña a la Divina Pastora de San Dionisio que sule ser exquisito, sin muchas disquisiciones y siempre con obras que son conocidas por todos y que fomentan a que no te separes de la Virgen para escuhcar la próxima marcha a tocar. Estas marchas fueron interpretadas un año más por la banda de música de Nuestra Señora de Palomares de Trebujena.

En definitiva, las procesiones son todas bien recibidas. Pero si además aportan algo nuevo y traen un aire distinto son recibidas con más ganas. Siempre hay que sacar a florecer la propia personalidad de cada agrupación que dedice sacar un paso. Y la Pastora de San Dionisio cumple con nota alta lo exigible para ir a verla cada año.

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