Cofradías

La urna del Santo Entierro será restaurada para orgullo de Jerez

  • El pasado miércoles, la obra de Laureano de Pina era trasladada al taller de Antonio García Falla para una restauración integral que durará seis meses

La urna del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo.

La urna del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo. / Miguel Ángel González (Jerez)

El pasado día 24 se daba el primer paso para cumplir un viejo deseo de los cofrades del Santo Entierro. La urna donde cada tarde del Viernes Santo descansa el Santísimo Cristo Yacente era trasladada al taller del orfebre Antonio García Falla para una profunda restauración.

Un sueño de los cofrades de la Piedad porque era una de las asignaturas pendientes de la corporación que en las últimas décadas ha llevado a cabo un intenso trabajo de restauración en los mandatos del ya tristemente fallecido Borja Domecq Solís, de Enrique Espinosa de la Calle así como de los mandatos de Domingo Díaz Barberá. Preocupados por su inmenso patrimonio, la hermandad acometió el gran trabajo de restauración del palio de las Hermanas Antúnez. Asimismo, se han llevado a cabo las restauraciones del Cristo Yacente, Nuestra Señora de la Piedad, el Cristo del Calvario así como del duelo que acompaña a la Santísima Virgen.

Pero quedaba la urna del gran orfebre Juan Laureano de Pina, jerezano de nacimiento, que llevó el arte de la orfebrería barroca en el siglo XVII a las más altas cotas.

Por citar dos grandes obras de Laureano de Pina, el monumental altar sacramental de la Catedral de Sevilla por un lado y una pieza que quizá se desconozca más que pertenece a su autoría, la urna que guarda el cuerpo del rey San Fernando III, la cual se puede observar en la capilla real del templo metropolitano hispalense.

La urna del Santo Entierro de Jerez data de 1669 y la cincela esta gran orfebre gracias al favor de Manuel Ponce de León y Villavicencio, que fue el que donó esta maravillosa pieza a la hermandad del Calvario.

Sin restaurar

Restando una intervención de plateado que acomete Marmolejo hace algunas décadas, jamás se había tocado esta gran pieza de orfebrería. Intacta del siglo XVII. Por tanto era más que necesaria la intervención. Gracias a las ayudas que la Junta de Andalucía ofrece para el patrimonio de las hermandades a través de su consejería de Cultura, la hermandad ha recibido hasta el ochenta por ciento del coste total de la intervención. Enrique Espinosa, actual hermano mayor, comenta que “es de agradecer este tipo de iniciativa de las instituciones que de esta forma facilita la posibilidad de llevar a cabo esta intervención”.

El proyecto contempla la ejecución del orfebre jerezano García Falla mientras que Dolores Barroso y Fabián Pérez Pacheco, doctora en Historia del Arte y licenciado en Geografía e Historia y titulado en conservación respectivamente, supervisarán el proceso de restauración y llevaran el peso de la intervención desde el punto de vista técnico. Son piezas que siempre se  hace necesaria la colaboración de técnicos de esta altura para asegurarse un buen resultado.

Estructura

Por su parte, Toni García Falla subraya que “el mayor problema que tiene la urna es el estructural. Está en un estado en precario al no haber sido nunca intervenida. Prácticamente carece de estructura ya que el interior es de madera debe de estar en unas condiciones muy precarias. Prácticamente se puede decir que la totalidad de la pieza se encuentra descuadrada por el paso del tiempo. Se sostiene por la presencia de las zonas de cristales y la plata que hace de sostén”. Por lo que era urgente una pronta restauración.

Además, García Falla prosigue comentando que se ven “algunos ingletes abiertos y las pilastras están abiertas debido al estado estructural de la pieza”. Las puertas frontales “se abren y están descuadradas por lo será necesaria también intervenirla”. Después del estudio pormenorizado, se han detectado elementos de plata que no estar habrá que reponer.

Tras acometer el gran problema estructural de la pieza, se hará una limpieza de la plata devolverle a su aspecto de esplendor aunque “no se llevará al estado original porque este tipo de joyas siempre deben de dejar ver la huella del tiempo. Pero lógicamente será lo más llamativo para todos. Hay que reseñar que la totalidad de la urna está hecha en plata y oro, y además de buena calidad”, sostiene el orfebre.

Enrique Espinosa de la Calle además de estar muy satisfecho por poder satisfacer este anhelo de los hermanos “es también una alegría y un orgullo para toda la ciudad de Jerez. Porque estamos hablando de una joya que ya no es que sea de la hermandad sino que también pertenece al patrimonio de Jerez. Por tanto estamos todos de enhorabuena”, manifestaba a este medio.

Se trata de una de las piezas más importantes de la orfebrería del barroco andaluz. Así está catalogada por los especialistas. Además, “fue elegida para una exposición llamada Andalucía Barroca que fue itinerante y que estuvo por distintas poblaciones de Cádiz”, afirma Enrique Espinosa.

La ciudad está de enhorabuena. Y los cofrades del Santo Entierro particularmente felices al ver otra de sus grandes joyas repuestas y en perfecto estado. Tardará seis meses esta intervención. El Señor, si Dios así lo quiere, deberá de volver a las calles de Jerez en el año 2022. Para ese momento, su urna lucirá más bella que nunca.

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