LA CENA

Valor y calidad cofrade en el Lunes Santo por San Marcos

  • La Paz llevó una diadema en vez de su corona, que fue robada junto al cáliz, las potencias del Señor y un cetro de la Virgen

Pasadas las seis de la tarde comenzaba por San Marcos la habitual sinfonía cofrade que adorna la salida de la Hermandad de la Sagrada Cena, una de las 'punteras' en lo concerniente a dotar de valor y calidad todo lo que rodea su salida procesional. El gentío se reunía desde mucho antes en la plaza de San Marcos y en la estrechez de la puerta principal desde donde los pocos privilegiados que pudieron encontrar un hueco pudieron vivir la sublime salida que se convierte en una conjunción entre izquierdos y costeros costaleros y la música de la agrupación de La Estrella, de Dos Hermanas, una formación muy hecha a ir tras este misterio.

Pero caben los que caben así que las redes sociales son ya el escaparate donde poder admirar esos primeros instantes del soberbio misterio creado por Ortega Brú y sus descendientes sobre unas andas que son historia misma del arte cofrade universal. Entre tanto el Señor avanzaba buscando el itinerario, siempre arriba en sus costeros, empezaba a moverse desde dentro del templo alfonsino el palio de la Paz y Concordia reluciente en su plata desde arriba hasta los respiraderos, piezas que refulgieron cuando el sol de la tarde del Lunes Santo, que esta vez sí lo hubo, hinchó los corazones de los cofrades propios y extraños y del público para recrearse en las maravillas que se han creado en este palio para mayor gloria de la Santísima Virgen.

Pese a las circunstancias, la hermandad transmitió su saber cofrade

De esta forma y pese a las circunstancias acaecidas este año, la hermandad tomó con fuerza el Lunes Santo para no dejarlo escapar sin que supusieran horas de disfrutar.

La Dolorosa de la Paz llevó una diadema en vez de su corona, la que robaron recientemente en la casa de hermandad y que no ha aparecido, pese a que su valor material es escaso pero sí su historia al haber sido un regalo del rey napoleónico José Bonaparte. Tampoco han aparecido el cáliz y las potencias del Señor, que para la jornada de ayer fueron sustituidos por otras piezas. Fue la solución más lógica ante otras opciones que estuvo manejando la hermandad.

Es evidente con el paso de los años y la consolidación de sus cuadrillas, que seguir el transcurrir del misterio es una prioridad para decenas de personas que en este día nada más que tiene ojos y sentidos para el compás medido y fuerte de un paso que pesa lo suyo pero que no es impedimento para que los experimentados hombres de abajo sean capaces de sublimar al espectador. Como hermandad sacramental, este año pasado ha cerrado la celebración de los 475 años de fundación de la corporación eucarística del templo de San Marcos. Ese primitivo linaje obliga a la actual corporación penitencial a salvar los accidentes que el tiempo va dejando en el camino.

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