Semana Santa 2019

Bondad y Misericordia inundó Jerez de espíritu hospitalario

  • La corporación de San Juan de Dios volvió a lucir en la jornada del Jueves de Pasión

La primera en las calles jerezanas, un año más, fue la cofradía de Bondad y Misericordia. Una corporación que nacía hace años en el enclave del populoso barrio de San Juan de Dios. Una cofradía que ha tenido que sufrir en cierta forma el exilio en el lugar donde se encontraba y daban culto a sus imágenes. Pero el sufrimiento curte. Y siempre florece lo bueno. Y ahí están ya con una recta final que será dura pero que tiene como premio un oratorio con casa de hermandad justo al lado de la parroquia de San Juan de Dios para hacer, si Dios quiere, ya el año que viene, estación de penitencia desde su propia sede.

Pero ayer, fue de nuevo en ese enclave en el que todo el que necesita un jarrillo de agua lo tiene sin tener que pedirlo dos veces. La iglesia que mantienen los cofrades de la Soledad. La Victoria, que era como una metáfora cuando los primeros nazarenos salían del templo ayer a las cinco y media de la tarde. Victoria por llegar a tener un lugar donde reclinar la cabeza.

La cofradía, ayer estrenaba nuevo paso en carpintería. Sus cofrades quisieron cambiar de andas y este año el Señor de Bondad y Misericordia va en un nuevo canasto que los años irán aportando volutas y motivos frutales. Con cuatro candelabros de guardabrisa que ya si salen tallados. Por su parte el paso iba excelentemente exornado con claveles color nazareno mientras que el Señor presidía la escena del ‘Lavatorio de pies’. El maestro siendo el primero, se ciñó una toalla a la cintura y limpió y besó los pies a sus discípulos.

La cofradía comenzó su itinerario por Ancha para acudir a uno de los lugares más frecuentado por muchos cofrades. El momento en el que llegan al Hospital San Juan Grande –antigua sede- y visitan a los ancianos y a los enfermos.

Posteriormente, junto a la agrupación musical San Juan que no cesó de tocar en todo el recorrido, acudieron a su barrio para pasar por delante de la que posiblemente sea la sede de la que salgan el próximo año. La parroquia de San Juan de Dios. Por esa calle Toneleros que es como el corazón palpitante de la cofradía. Un lugar más que recomendable para presenciar el paso de la cofradía.

Finalmente, el Señor fue llevado hasta el centro de nuevo. Concretamente a la capilla de San Juan de Letrán, en la que los cofrades de Jesús esperaron la llegada de la joven hermandad para volver por la Porvera hasta la Victoria. Hasta el año que viene donde se volverá a cumplir el sueño. Esperemos que ya saliendo de entre los suyos. En su barrio de San Juan XXIII.

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