Cofradías

Divina enfermera

  • María Santísima de la Candelaria salió a las calles en un rosario de la aurora que ya se contempla en la Historia de las cofradías de Jerez

  • El acto piadoso estuvo perfectamente organizado por la hermandad respetando todas las medidas de seguridad sanitarias

María Santísima de la Candelaria en los Jardines de la Atalaya.

María Santísima de la Candelaria en los Jardines de la Atalaya. / Manuel Aranda (Jerez)

Tal y como estaba previsto, a las ocho y media de la mañana se abrían las puertas de la parroquia de Santa Ana para que la ‘Divina Enfermera’ saliera a las calles del barrio de La Plata. Era el deseo de sus hijos y el anhelo de muchos cofrades. Desde que se recogiera el Santísimo Cristo de las Almas en Santiago, las hermandades no han podido hacer manifestación de fe alguna. Entre medio de aquel albor de la Cuaresma al día de hoy, una Semana Santa, una festividad del Carmen, el día de la Patrona o una peregrinación hacia el Rocío. Dios se ha manifestado en los altares de las iglesias.

Hoy será una fecha señalada en la historia de las cofradías de Jerez. Fue María Santísima de la Candelaria, la Madre de Dios y Salud de los Enfermos, la que ha tenido este honor de abrir un periodo que deberá de conducirnos hasta la normalidad total, ojalá sea pronto el remedio para combatir con el virus que nos azota.

Pero eran las ocho y media de la mañana. Barrio de La Plata, plaza de la Constitución. El semblante de la Madre se iluminaba con los primeros rayos de sol mientras que el sacerdote y párroco de Santa Ana, Enrique Soler, comenzaba el primer misterio del rosario. La emoción contenida de los asistentes era clara. El silencio se respiraba ante las primeras ‘chicotás’ de Paco Yesa que alertaba a los suyos para que la Santísima Virgen se reencontrara con su pueblo.

La Virgen lucía una saya de tisú de plata bordada en oro fino y sedas obra del maestro bordador Ildefonso Jiménez y que fue estrenada el Lunes Santo de 2019 con motivo del cincuenta aniversario de la salida procesional de la Virgen. Iba perfectamente arropada con un manto de terciopelo burdeos bordado en técnica de aplicación cedido por la Hermandad de la Exaltación. El tocado estaba realizado con encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX y las puñetas de encaje de punto de aguja también del siglo XIX. Su corona de Reina que lleva cada año en su salida y que es obra del orfebre Manuel de los Ríos.

La organización, perfecta. Muchos hermanos con cirio alumbrando a la Reina del barrio de La Plata. Una parihuela hecha en madera flanqueada en sus cuatro lados por ángeles que acompañaban a la Santísima Virgen. Una delicia ver por la calle Lealas el avance del cortejo y la llegada hasta los Jardines de la Atalaya de la Señora. Enrique Soler proseguía con el rezo del rosario mientras el cortejo daba la vuelta por el recinto para salir de nuevo camino de Santa Ana. Las cofradías pueden y quieren. Claro está que no se trata de un Lunes Santo que otro gallo hubiera cantado. Pero hay que felicitar a los cofrades de Santa Ana por el buen gusto, la perfecta organización y el trabajo realizado. Enhorabuena a los cofrades del Lunes Santo. Todo un trabajo realizado para que el pueblo de Jerez se encontrara con la Madre. Siempre sabiendo que a primera hora de la mañana, en el barrio de La Plata, salió a las calles la 'Divina Enfermera'. Que Ella interceda por todos los enfermos del mundo y por aquellos que han perdido a sus seres queridos como consecuencia de la pandemia. Que así sea.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios