La opinión prácticamente unánime del mundo cofrade ante la obra presentada por la artista jerezana Inmaculada Peña Ruiz es que el cartel de la Semana Santa de Jerez es uno de los mejores de los últimos años. El ‘sanedrín’ cofrade aprueba con nota alta la propuesta que lleva como eje central el magnífico crucificado de la Salud de la hermandad de las Tres Caídas.

Una vez finalizado el acto del pasado viernes, todos los corrillos cofrades, ya en la misma sala multimedia de los Museos de la Atalaya, estaban sorprendidos por la obra de Inma Peña. El cartel no lleva una vela chorreada o un nazareno con el cirio al cuadril; pero sí respira ‘cofradierismo’. Hubo un asistente que quizá dio en la clave al apuntar que “es barroco; y con este lenguaje es con el que nos identificamos los cofrades”.

Si pasamos a las ‘inquisitorias’ redes sociales, donde muchos escriben entre los blandos cojines de un buen sofá, la aceptación del cartel es también prácticamente unánime. Dejando a un lado que si la pintura o la fotografía, que eso es harina de otro costal, Inma Peña ha sabido traducir perfectamente el sentir de los cofrades y ha diseñado una obra muy trabajada, realista y que encuadra perfectamente una imagen en el que los cofrades se ven reflejado.

Era complicada la maniobra al no contar con caídas de palios y con torres campanarios de fondo, y sin embargo el cartel respira a lo que gusta a las hermandades. La pintora jerezana lo ha conseguido. Probablemente, el mejor cartel de hace ya muchos años, tras pasar la moda del vanguardismo, la modernidad y el jeroglífico. Está claro que unas pastillas para dejar de fumar no se pueden presentar publicitariamente con una copa de brandy. A cada cosa lo suyo. Enhorabuena a la artista por parir un cartel tan bien avenido. Así lo ha reconocido el siempre complicado mundo cofrade.