A las seis y cuarto de la tarde la puerta de la capilla de los Desamparados ya se encontraba abarrotada de personas, vecinos, devotos y hermanos de la elegante cofradía de la Coronación de Espinas. En la tarde del Domingo de Ramos no podía faltar este compendio de buen gusto en el misterio que corona a Cristo con espinas. El sayón que se mofa del Señor saca la lengua en una escénica cargada de dramatismo. Álvarez Duarte supo darle un movimiento único a este paso de misterio. Una comunicación entre los que protagonizan la escena que pocas veces se puede observar en un paso de misterio. Este año, con un nuevo suelo para este patio de la soldadesca romana. Obra de Joaquín Cheda y de Alberto García, hermano, este último, de la cofradía que ha sido clave en todo este proyecto. Además, también se estrenaba los atributos y ropajes para las imágenes secundarias del paso de misterio. Llamó la atención la ropa de un sayón que, con capucha puesta, impedía ver el rostro cargado de mal. En cualquiera de los casos se ha querido realzar, aún más si cabe, este gran paso de misterio. Superar lo que quizá era insuperable desde su primera concepción. Por otro lado, destacar el clásico exorno floral que, sin estridencias, cubría las aristas del bello paso que tallara hace varios decenios Manuel Guzmán Bejarano.

Pero el gran estreno de la cofradía fue la restauración del Santísimo Cristo de la Coronación que ha estado varios meses en los talleres de restauración que comandan Cristina Espejo y María José Segura. Talleres S&S. De allí el Señor ha salido tal y como fue concebido por Pietro Grass y Elías Mez, autores de esta gran imagen.

Salió tras el primer cortejo el paso de misterio que un año más comandaba el bueno de Tomás Sampalo con maestría. Dando los mandos con autoridad y conocimiento. Y el paso de misterio fue tomando el compás de la capilla para desembocar en la calle Arcos y revirar de cara a su calle y a su gente. Ese paseo por su barrio tan clásico y tan torero.

Tras los tramos del segundo cortejo comenzó el tintineo de las campanillas de los candelabros de cola de la Señora de la Paz en su Mayor Aflicción. Guapa señora que fue restaurada el pasado año también por los mismo taller de S&S. Bajo un palio que es un sueño de buen gusto. Un año más mandado por Isaac Núñez. Y una magnífica cuadrilla veterana curtida en mil batallas maravillosas de esfuerzo y hermosura para pasear a la Madre de estos cofrades de los Desamparados.

El paso siempre se renueva y no se cansa el cofrade de observarlo. Concebido con gran gusto y rematado hasta la última arista. Con unas preciosas rosas blancas que exornaban las jarras y con la cera enrizá tan característica en este gran palio.

La cofradía tuvo como acompañamiento musical a la banda de cornetas y tambores del ‘Santísimo Cristo de la Vera Cruz’ de Los Palacios y un clásico como es la banda de música de Villalba del Alcor en el magnífico palio que ayer volvió a hacer raya en Jerez.