Eusebio Castañeda | Hno. Mayor de Loreto

“Queremos que la hermandad esté presente en la vida de los hermanos”

  • Hoy toma posesión la nueva junta de gobierno de la cofradía de Loreto tras unas elecciones en las que el hermano mayor obtuvo la unanimidad de los votos de los hermanos

Eusebio Castañeda ante la Virgen de Loreto.

Eusebio Castañeda ante la Virgen de Loreto. / Manuel Aranda (Jerez de la Frontera)

—Usted ha obtenido todos los votos del reciente cabildo de elecciones ¿No cree que es un hito único en las cofradías un respaldo tan aplastante?

—Tampoco me sorprendió especialmente que fuese así. Somos una gran familia y aquí nos conocemos todos. No soy un hermano nuevo. Llevo aquí desde el año 1988 de monaguillo. Después me integré en la hermandad en el año 1992. Cuando acabé mis estudios volví y siempre he estado muy comprometido con la hermandad. Somos 270 hermanos. Sin embargo, también debo decir que hemos impulsado distintas iniciativas que se han centrado en las necesidades e inquietudes de los hermanos e intentar hacer una hermandad más cercana. Y para ello, en el 2007, hicimos un pequeño cuestionario a los hermanos que recogía datos normales y alguna información respecto a la hermandad así como la vinculación de cada uno con la Iglesia. Ya en ese año hicimos un informe donde se recogía muchas características del cuerpo de hermanos. El estudio lo repetimos en el 2010, 2015 y este año también. Esto nos ha ofrecido una visión muy ajustada de lo que quieren los hermanos y las características de nuestros cofrades. Y nos ha permitido sacar conclusiones que aclaraban bastante a las distintas juntas de gobierno qué es lo que los hermanos querían de su hermandad y tomar decisiones. En una reciente jornada lauretana pudimos reunir a un porcentaje alto de hermanos y ofrecer algunos de estos datos tan interesantes para que después ellos mismos nos expusieran cómo ven la hermandad y que es lo que falla o cuáles son las luces en la hermandad. A partir ahí se hizo un informe y la anterior junta ya dejó unas líneas claves y el proyecto para la hermandad. Es parte del trabajo pendiente para los próximos cinco años.

—¿Cómo surge su candidatura?

—En junio fue cuando comencé a sentir el apoyo de muchos hermanos que pensaban en la posibilidad de presentarme. A partir de ahí, estuve reuniéndome con muchos hermanos para confeccionar una posible junta futura. De ahí pude elegir un grupo de dieciocho hermanos que finalmente son los que van a estar ahí conmigo. Pero lo más importante de todo este proyecto es que hemos intentado ofrecer a los hermanos lo que ellos demandan de la hermandad.

—¿Repiten muchos miembros de la anterior junta?

—Hay un cincuenta por ciento más o menos que vienen de la anterior junta y la otra mitad no repiten pero en una mayoría ha estuvieron en juntas anteriores. Lo que sí he querido es no poner límites. Todos aquellos que quisieran aportar a la hermandad iban a encontrar un hueco en mi equipo. Yo no seré un hermano mayor que diga a los demás lo que deben de hacer. Pienso que mi función es la de ser un coordinador de recursos y un interlocutor con quien tengamos que negociar. Sobre todo con asuntos exteriores de la hermandad como son la parroquia, o las hermandades del Viernes Santo o en el pleno de hermanos mayores. Mi junta cuenta con toda mi total confianza para que cada uno trabaje con libertad.

—Vuestro cortejo no es de muchos nazarenos. No sé si en esta nueva etapa pensáis crecer en número o si por lo contrario sois más de buscar la calidad que las grandes cantidades.

—Nunca le hemos dado mucha importancia a los números. El trabajo y el esfuerzo que hace la hermandad muchas veces no se ve reflejado en el número de nazarenos que saque. Sin embargo, también debo de decirle que nuestro objetivo es crecer. Es una meta que tenemos que asumir. Al menos en cien hermanos más en este mandato. Sin un crecimiento sostenible de hermanos no vamos a poder poner en marcha el proyecto que queremos hacer. No vamos a poder consolidar algunas iniciativas que llevamos años trabajando y que necesitan dar un salto cualitativo.

—¿Este es el gran objetivo de Loreto?

—Es uno de ellos. El reto fundamental es mejorar la relación de la hermandad con los hermanos. Que la hermandad esté más presente con la vida de todos. Nos tenemos que hacer más partícipes. Nuestro mayor interés por encima de otros proyectos de patrimonio, es mejorar más en este aspecto. Y lo hacemos porque estamos convencidos de que cuanto más y mejor sea esta relación más rápido y mejor se llevarán a cabo los proyectos patrimoniales. Queremos que la hermandad esté tan presente en la vida de los hermanos que cualquier iniciativa que se lleve a cabo tenga una buena respuesta por parte de ellos. No tiene sentido hacer un programa de formación para que vengan cuatro personas. No queremos realizar actos por hacer algo. Ahora hay un jubileo lauretano que nos propone la Iglesia y muchos nos preguntan si haremos una salida extraordinaria. Pero eso no es lo importante. Crearemos una comisión y después preguntaremos a los hermanos si quieren una salida extraordinaria; y en función de eso tomaremos las decisiones oportunas. Y todo esto sin perder de vista que nunca dejaremos de potenciar nuestros cultos porque esa es la función principal de una hermandad.

—Hábleme del nuevo paso de misterio y si estará este año para salir el Viernes Santo.

—El paso, cuando se presentó, se aprobó en cabildo tanto el proyecto como la financiación. El compromiso adquirido con los hermanos era que estuviera para la próxima Semana Santa. Estamos en ello y se están haciendo todos los esfuerzos para que así sea. David Medina Soto es un gran profesional y ha hecho un gran trabajo. Por tanto, casi con toda seguridad, estará.

—Dígame hasta que nivel estará.

—Sería toda la fase de tallado. El trabajo de David Medina queda finalizado. Ahora quedan otras dos fases no menos importantes. Por un lado el dorado del tallado y por otro los trabajos del bordados porque la parte de los respiraderos es bordada. En cuanto a estas dos fases aún no tenemos decidido quién lo llevará a cabo.

—¿Y el paso de Villareal?

—Pues siempre ha tenido a gente interesada en él. Pero no hemos avanzado en las negociaciones porque no tiene sentido venderlo sin tener el nuevo. Sí está previsto ponerlo en venta aunque no puedo adelantar ni cuándo ni a quién.

—¿Otro proyecto puede ser recuperar esa relación tan bonita que había con el Ejercito del Aire?

—Sin duda que uno de los retos de Loreto es normalizar y ahondar en las relaciones con otras hermandades e instituciones cercanas a nosotros. Queremos tener más presencia en el barrio. Con sus dificultades porque es una zona muy deshabitada. Y también recuperar la relación con el Ejercito del Aire. Mi padre es militar de aviación aunque no llegué aquí por esa razón (risas). Por supuesto que nos interesa explorar toda esta posibilidad. El Teniente General Mestre ha estado con nosotros en varias salidas en los últimos años. Los veteranos del Ejercito del Aire también mantienen una buena relación con nosotros. Por tanto aunque ya lo más cercano a nosotros es Tablada o Morón, tampoco se descarta intentar revisar esa relación que históricamente hemos tenido con ellos.

—¿Una banda de música sería algo a recatar?

—La propuesta de hoy en día en la calle, gracias al gran trabajo que realiza la capilla musical ‘San Pedro Nolasco’, es inmejorable para la hermandad. En el año 2006, cuando recuperamos la túnica originaria, ya quedó instituida esa visión de vuelta a los orígenes. Eso no tiene vuelta atrás. Contribuye no solo a mejorar el sentido penitencial de la cofradía sino que además también ayuda a destacar nuestros valores y nuestro misterio. Es un acierto el acompañamiento que llevamos. No es una necesidad que tengan los hermanos de Loreto.

—Y ahora con la incorporación del realejo.

—Entiendo que fue una iniciativa extraordinaria. José Carlos Gutiérrez lo tenía claro hace cuatro años. Ha tardado pero ha merecido la pena. Ayuda a poner más en valor nuestra imagen en la calle. Además quiero destacar también las coplas que él mismo compuso para la Virgen que aportan riqueza y son una maravilla.

—¿Ser cofrade de Loreto imprime carácter?

—Yo creo que sí. Nunca hemos tenido las cosas de forma fácil. Y esto imprime carácter. Desde la gestión de nuestros recursos hasta en el esmero en cuidar a los nazarenos. Estamos acostumbrados a luchar mucho y a conseguir nuestros objetivos con mucho esfuerzo. Sin duda todo esto curte y te da una personalidad definida.

—¿Cómo ve el nuevo hermano mayor de Loreto el ambiente general de las cofradías en la ciudad?

—Las hermandades seguimos la dinámica que existe en la Iglesia. Pretendemos muchas veces alcanzar la salvación por nuestros propios méritos sin contar con la Gracia de Dios. Muchos acuden a las hermandades por costumbre o por tradición. Nosotros no somos eso. Sin embargo, hoy en día tenemos que seguir utilizando las herramientas que nos ha otorgado la tradición pero tenemos que saber que en pleno siglos XXI somos instrumentos imprescindibles para la Iglesia. Tenemos que ofrecer una vida de fe sencilla pero abriendo las puertas a otras realidades de la Iglesia. El maniqueísmo imperante en las cofradías no es bueno. Pensamos más en ser de una determinada forma estética y nos llegamos a lo fundamental. Por otro lado quiero destacar que debemos ser valientes en nuestras convicciones. Cuando se nos critica por cualquier cosa debemos de salir al paso y defendernos pero con argumentos de peso. Y sobre todo no debemos de abandonar nuestros postulados que están sostenidos en el Culto Divino a través de nuestras imágenes.

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