Cofradías

Así fueron las veneraciones del tercer domingo de Cuaresma

La Virgen de los Remedios, de la hermandad del Amor, en Santa Rita.

La Virgen de los Remedios, de la hermandad del Amor, en Santa Rita. / Manuel Aranda

Gran jornada de domingo de Cuaresma la vivida este domingo con un buen puñado de citas cofrades con las clásicas funciones de veneración a las imágenes de distintas cofradías. La buena temperatura y el sol imperante propició la masiva visita de fieles y cofrades en general en los distintos templos.

Iglesias que se reparten por los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Desde La Granja hasta Las Viñas pasando por la ciudad más íntima como es la que nos encontramos dentro de las antiguas murallas. Allí estaba gobernando desde la Catedral de Jerez el Santísimo Cristo de la Viga. Sobrio y soberbio, como gusta a sus hermanos presentarlo cada año en una cita fundamental de cada Cuaresma. La Virgen de los Dolores, Reina de los cofrades de las Tres Caídas, también estuvo expuesta en veneración. Volvió a acercarse María a los suyos tras la reciente restauración a la que ha sido sometida. Y el Santísimo Cristo de la Caridad en su Traslado al Sepulcro y su Madre de Penas y Lágrimas. Otra cita imprescindible para adentrarse en esta cofradía de Miércoles Santo… no sabemos por cuánto tiempo.

En las zonas nuevas de la ciudad también hay testimonio cofrade. Cerca de la avenida de Arcos se encuentra el oratorio de Santa Ángela de la Cruz, donde los cofrades de Pasión expusieron tanto al Señor como a la Santísima Virgen de Angustia y Madre de la Iglesia. Así ocurría con la Virgen de las Mercedes en el populoso barrio de La Granja. Muchos vecinos y devotos pararon por la iglesia parroquial para rendir veneración a la Madre de Dios. En el Corpus Christi también lució la Santísima Virgen del Silencio de la Misión Redentora.

Otro clásico se encuentra en la parroquia de Las Viñas. El Santísimo Cristo de la Exaltación, uno de los crucificados con más potencia de nuestra Semana Santa. Y en la plaza de las Angustias, volvió a relucir el clasicismo de la hermandad de Humildad y Paciencia en una función muy especial al encontrarse la Madre de la Trinidad junto al Hijo.

El Cristo de la Exaltación, de la hermandad de Las Viñas. El Cristo de la Exaltación, de la hermandad de Las Viñas.

El Cristo de la Exaltación, de la hermandad de Las Viñas. / Manuel Aranda

Y el Señor Yacente en el Calvario; y esa delicia que es la Virgen de la Confortación en Santo Domingo y que fue descubierta un año más por muchos cofrades. Cerca de Cristina, en la calle Porvera, Nuestra Señora de la Estrella que aglutinó a todo un río de fieles lasalianos a sus pies en el año de su Coronación Canonica. Un río que parecía extenderse hasta la Redención salesiana en la zona de Icovesa. Y la Reina de los Ángeles en Capuchinos con ese estilo propio y tan singular.

Pero volviendo a la ciudad intramuros, una rosa entallada y bellísima estaba en el convento de las hermanas agustinas. Una joya que cada tercer domingo de Cuaresma vuelve a deslumbrar. Un tesoro que las hermanas ermitañas tienen el lujo y el orgullo de mostrar desde hace ya algunos años. Una belleza singular e inigualable. Nuestra Señora de los Remedios, con su mirada hacia arriba, buscando al Cristo que dio se vida por amor. Una maravillosa imagen esculpida en cada corazón cofrade. De esas obras inspiradas en la Santísima Virgen a la que nadie pasa desapercibido. Una imagen única. Estampa preciosa de la Santísima Virgen que es un motivo más para declarar a las cofradías jerezanas como brocal de tesoros imperecederos e irrepetibles.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios