Zozobra en la iglesia · Se esperan más filtraciones en cualquier momento

Tormenta en el Vaticano

  • Benedicto XVI actúa ante el caso Vatileaks, el escándalo de los documentos robados, como hizo en otros tiempos de crisis: cerrar filas y apostar por su confianza en Dios

A lo largo de su pontificado de siete años, el Papa ya conoce de tiempos tormentosos. El escándalo de abusos envolvió a la Iglesia de Joseph Ratzinger en su más profunda crisis y también se sumó la disputa por la archiconservadora Hermandad Pío IX con el obispo negador del Holocausto Richard Williamson. Y ahora se le añade al Pontífice de 85 años el escándalo de los documentos vaticanos robados, algunos de ellos de explosivo contenido.

Benedicto XVI actúa como ya lo hizo en otros tiempos de crisis: busca cerrar filas y apuesta por su confianza en Dios. El affaire Vatileaks constituye un "ataque con fines determinados contra el Papa", según sostuvo su mano derecha, el cardenal Tarcisio Bertone.

Resulta difícil determinar si tras estas revelaciones que atravesaron los gruesos muros vaticanos se esconde una disputa por el rumbo de la Iglesia o se trata de una campaña funcional a los medios de comunicación.

Entretanto, el escándalo en torno a la Santa Sede es atizado una y otra vez por nuevas filtraciones de documentos que alguna vez desfilaron por el escritorio de Benedicto en el Palacio Apostólico.

Cuando el diario romano La Repubblica publicó dos pliegos de papel carta confidenciales que supuestamente fueron firmados por el secretario privado de Benedicto, Georg Gänswein, surgieron nuevos interrogantes sin respuesta: ¿por qué Gänswein? y ¿cómo aparecen hoja por hoja nuevos documentos, si el mayordomo sospechoso hace unos cuantos días que se encuentra en prisión?

De los interrogatorios oficiales que ahora comenzaron al mayordomo del Papa Paolo Gabriele, de 46 años y arrestado hace casi dos semanas, no se esperan prácticamente informaciones realmente jugosas sobre los posibles ideólogos o instigadores.

Si se le cree a La Repubblica, entonces los investigadores ya saben bastante más: nombres, números de teléfono y agendas del presunto ladrón de documentos estarían en manos del superpolicía vaticano Domenico Giani.

En el escándalo se trata de al menos cinco "interlocutores" del otrora hombre de confianza de Benedicto, entre los que estarían también ciudadanos italianos. Pero ¿por qué pudieron hallarse tan fácilmente documentos papales así como nombres de periodistas en la vivienda del hombre que ahora aguarda en una celda de 16 metros cuadrados el desarrollo de los acontecimientos?

El círculo íntimo de Benedicto confía en el Papa, conocido por su carácter tranquilo, y se prepara para nuevas revelaciones y promete transparencia. "Es el pilar en que todos nos apoyamos", aseguró el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, sobre su superior.

Bertone elogió la "gran fuerza moral" del Papa y aseguró que no se deja intimidar por los ataques a su esfera privada. En medio del escándalo de Vatileaks también se publicó el libro de revelaciones Sua Santità de Gianluigi Nuzzi, donde se divulgan cartas y otros materiales que pasaron por el escritorio del Sumo Pontífice.

Ataques a los papas y a la Iglesia ha habido siempre y la Santa Sede, que durante largo tiempo no se ha caracterizado por la transparencia, fomenta intrigas y especulaciones. El director de la redacción alemana de Radio Vaticano, el padre Bernd Hagenkord, se refiere a un juego de poder "en torno al Vaticano".

Y es que tras las más recientes revelaciones de documentos confidenciales queda claro que "el sector de los medios también pertenece a la historia de Vatileaks", apunta.

Los instigadores ni siquiera deben estar físicamente en el Vaticano. Y son de esperar nuevos capítulos del escándalo y nuevos tiempos tormentosos para el hombre que ocupa la silla de San Pedro.

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