Religión, dinero, especulación inmobiliaria, luchas de poder: ¿qué ocurre realmente con las clarisas?
Sociedad
El origen del conflicto está en la frustrada venta de un convento, pero puede acabar en cisma y excomunión
Crecen las sospechas de que las religiosas podrían haber sido víctimas de un engaño
Unas monjas clarisas abandonan la Iglesia para seguir a un excomulgado
Pablo de Rojas, el 'obispo' excomulgado que acoge a las clarisas que han abandonado la Iglesia
Aunque parece que la Iglesia Católica investiga el asunto desde hace varias semanas, todo el caso estalló estos últimos días. Quizás no sea escándalo el término más apropiado, y hablar de culebrón suena un poco sacrílego, pero la historia tiene todos los elementos para encajar con ambas nomenclaturas.
La cosa comenzó con la venta de un convento, el veto del Vaticano y la airada respuesta de las Clarisas de Belorado (Burgos): abandonan la Iglesia católica, que consideran en manos de herejes desde los tiempos de Pío XII y buscan refugio en la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli que dirige Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019.
Un conflicto con ramificaciones económicas y legales (con una demanda judicial a punto de presentarse) y voces que no dudan en señalar al excolmulgado como instigador de la rebelión de unas religiosas que se han abierto cuenta en Instagram y entre las que ni siquiera hay unanimidad, porque ya se han producido las primeras deserciones.
Tras varios días de ruido mediático, este jueves se han pronunciado distintos miembros de la jerarquía eclesiástica para, en unos casos, señalar los motivos del conflicto y, por otros, pedir calma. Pero, ¿cuál es el origen real del caso?
La Diócesis de Vitoria apunta a la falta de dinero de las Clarisas
El vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García, cree que la causa es la "grave situación económica que atravesaban" estas hermanas, que querían vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio (Vizcaya), para hacer frente a la compra del monasterio de la localidad vizcaína de Orduña, perteneciente a las clarisas de Vitoria, con las que tenían un acuerdo de compraventa.
Pero al parecer las monjas de Belorado no han cumplido con los pagos establecidos en el acuerdo, y las de Vitoria quieren anular el contrato.
Sobre las religiosas de Orduño, García insiste en que "son buenas personas, normales y corrientes", que "no podía hacer frente a pagos, ni a las obras de reparación del Monasterio", por lo que la Diócesis les prestó dinero.
Y apunta que es posible que hayan podido actuar inducidas por Pablo de Rojas Sánchez-Franco, "un tercer interlocutor que tiene detrás grupos económicos importantes y que haya querido aprovecharse y ofertar una salida económica. Parece que es así".
Ha explicado que cuando comunicaron, de manera informal, su intención de vender, lo querían hacer a un "bajo precio que suponía dilapidar el patrimonio", lo que levantó las sospechas de los obispados de Burgos y Vitoria de que tras la compra podría haber "algún grupo ultraconsevador que rechaza el Concilio".
Sorprendido por las palabras de la abadesa
Se ha mostrado sorprendido también por las palabras de la abadesa de Belorado, Sor Isabel, que hizo un llamamiento a los católicos que, como ella, se sientan "profundamente defraudados" con la Iglesia Católica de las cuatro últimas décadas, a que "escuchen" lo que tienen que plantear frente a las "herejías" que observan en el Vaticano y en el Catecismo.
Ha dicho que esta comunidad no había mostrado antes "ninguna duda religiosa" y que como confesor ha constatado que "son un grupo de mujeres creyentes, que han entregado la vida al Señor y a la Iglesia", y que tal y como ha insistido "se pasaban 24 horas en el obrador haciendo dulces para subsistir.
Las clarisas de Vitoria irán al juzgado: “Han dejado de ser clarisas”
Las monjas clarisas de Vitoria presentarán una demanda en los tribunales para anular la compraventa del monasterio de Orduña a las clarisas de Belorado al considerar que "no se pueden quedar con las propiedades" de la Iglesia católica tras haberse "ido a una secta".
El vicario para la Vida Consagrada de la Diócesis de Vitoria, Manuel Gómez Tavira, ha insistido en que "no es un problema de dinero", y ratificarlo se ha referido a las palabras de la abadesa de Belorado.
En la demanda se alegará como argumento el impago por parte de la congregación burgalesa. "Si no hubiera pasado esto, las hermanas de Vitoria nunca les hubiesen pedido un duro porque las dos son clarisas. pero ellas (las de Belorado) ya han dejado de ser clarisas", ha señalado.
Los obispos hablan de “engaños”, dudan de que las clarisas apoyen a la abadesa y las animan a expresarse
La Conferencia Episcopal (CEE) ha entrado también en escena, para decir que no todas las hermanas del monasterio de Belorado y Orduña suscriben la decisión de su abadesa y las ha animado a expresar su postura en libertad de conciencia.
Sobre el comunicado de la abadesa, los obispos explican que su contenido se corresponde con el que propugnan aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II, los llamados sedevacantistas. Añaden que el texto entronca con un grupo considerado una secta.
Lamentan el tono "ofensivo y recriminatorio" y el uso de términos como la "sumisión" a un falso obispo y supuesto líder de una secta. Términos que -apunta la CEE- no son propios de estas hermanas y que incluyen "expresiones confusas que parecen fruto de engaños".
El arzobispo de Burgos descarta en este momento la excomunión
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, considera en una entrevista con EFE precipitado plantear que las clarisas hayan cometido un delito de cisma y descarta por el momento la excomunión, pero reconoce la transcendencia de lo que está ocurriendo, que ya está estudiando el Vaticano.
El arzobispo quiere recabar información, incluido el testimonio de la monja que abandonó Belorado, que ahora está en el convento de las clarisas de Castil de Lences (Burgos), acompañada de la superiora de la Federación.
La salida de esta religiosa es la "evidencia" de que no todas las clarisas están de acuerdo, y el arzobispo ha mostrado su inquietud por las más mayores, que ya no están en plenas facultades, y evaluar si están en condiciones de "tomar una decisión tan trascendente".
La investigación se abrió en abril
El arzobispo ha recordado que la investigación ante la sospecha de un delito de cisma se abrió el pasado abril, tras una reunión con la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu (Provincia de Cantabria-Hermanas Clarisas), a la que pertenece la comunidad de Belorado, pero lo sucedido en los últimos días "lo ha precipitado".
Ni 'vendetta' ni intereses inmobiliarios
El arzobispo de Burgos no cree que el caso de Belorado forme parte de una vendetta de Pablo de Rojas, excomulgado por el propio Iceta cuando era obispo de Bilbao, ni tienen confirmado que estuviera tras la fallida venta del monasterio de Orduña.
Afirma que "la cuestión de las propiedades de los monasterios es secundaria" porque las operaciones de compraventa "no son de carácter lucrativo": cuesta mucho mantener un monasterio.
Para él la cuestión esencial es que las monjas "se han replanteado su fe", y se han dirigido a la Pía Unión, "de la que desconoce su realidad, sus estatutos" para considerar si una secta. Tiene claro que "desconoce otra Iglesia católica" que no sea la encabezada por el Papa Francisco y rechaza la postura de la Pía Unión de que el último Papa legítimo fue Pío XII.
Tampoco quiere evaluar Iceta si ha precipitado la decisión el hecho de que Sor Isabel de la Trinidad fuera a dejar de ser abadesa el 29 de mayo, pues había superado la limitación de mandatos y este último, bajo permiso de Roma, expiraba a final de mes.
La cuenta de Instagram y el futuro
Además del polémico comunicado publicado por la abadesa, las clarisas de Belorado han creado una cuenta de Instagram en la que han publicado un vídeo para tranquilizar a sus familias.
Niegan que estén secuestradas o lejos de sus familias y que se vayan a ir de la Iglesia. Anuncian que tienen la intención de explicar lo sucedido, lo que están viviendo, para paliar la "preocupación" que muchas personas les están haciendo llegar.
"No nos vamos de la Iglesia. Os lo iremos explicando. Así que, los que estáis preocupados por esto, tened un poco de paciencia", han indicado. "Estamos bien, nuestra realidad no es que estemos secuestradas lejos de nuestras familias. Iremos compartiendo poco a poco con vosotros nuestra experiencia".
En cuanto al futuro, las religiosas que han anunciado su intención de abandonar la Iglesia se enfrentan a la excomunión y, de mantener su postura, tendrán que irse del monasterio en el que viven.
Los expertos hablan incluso de "cisma", porque se están apartando de la comunión visible con la Iglesia. La pena, en este caso es de Latae sentetiae, es automática una vez que se han comprobado los hechos.
En cuanto a la propiedad del monasterio, no es de las religiosas que lo habitan. Además, si se quiere comprar o vender un monasterio y la operación tiene un valor superior a 1,5 millones de euros, necesita la licencia de la Santa Sede.
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