Instituto Charbel

“El Ictus genera en torno al 75% de la dependencia en España ”

  • El traje Exopulse Mollii Suit es la última novedad incorporada en la clínica que ayuda a combatir la espasticidad y el dolor crónico asociado con esta patología

Rubén Rodríguez Duarte. Director  Instituto Charbel

Rubén Rodríguez Duarte. Director Instituto Charbel / M.G.

EL instituto Charbel, con sedes en Jerez de la Frontera y Málaga, ofrece tratamientos con tecnologías de vanguardia para tratar las diferentes patologías del daño cerebral sobrevenido así como las enfermedades neurogenerativas con el objetivo de lograr una mejora funcional, cognitiva y social. Además, participan junto a Cáritas, en el proyecto Ictus Infantil ofreciendo tratamientos de neurorehabilitación a niños de hasta 14 años sin recursos.

— ¿Qué es el Daño Cerebral Adquirido?

— Entendemos por DCA las disfunciones que se producen a nivel cerebral como resultado de cualquier tipo de lesión cerebral producida a lo largo de la vida de una persona, que ha nacido sin ningún tipo de daño en el cerebro, y que generan una alteración o afectación del funcionamiento cognitivo, emocional, conductual, o físico. Puede ser debido a múltiples causas como golpes en la cabeza (TCE) por interrupción del aporte sanguíneo al cerebro (ICTUS), por tumores cerebrales, paradas cardiorespiratorias (Encefalopatías hipoxico-isquémicas), infecciones. Etc. Prácticamente el 80% del DCA lo genera el TCE y el Ictus. Esta última es una de las enfermedades del siglo XXI, sólo en España genera en torno al 75% de la dependencia y además en los próximos años uno de cada seis españoles sufrirá un ictus.

— ¿Cómo se trata esta dolencia en el Instituto Chárbel?

— De forma global, al igual que en los principales centros médicos específicos en daño cerebral que existen en nuestro país. De hecho estamos relacionados y en contacto con clínicas especializadas de Madrid, Barcelona o Navarra, con las que compartimos información y enriquecemos mutuamente. Hoy en día sabemos bastante de cómo intervenir en esos cerebros dañados para poder rescatar la máxima funcionalidad posible, aún así sigue siendo un tratamiento complejo y difícil.

— ¿Es posible recuperarse por completo?

— Si es posible, pero eso no es lo habitual en esta enfermedad. Por lo general en la gran mayoría de los casos quedan secuelas, en mayor o menor medida, y eso va a determinar la funcionalidad e independencia que consiga el paciente. Esto, funcionalidad e independencia, si que depende, no sólo de la gravedad del daño, sino también de la calidad y especialización del tratamiento que reciba. Por eso defendemos la necesidad de estos tratamientos especializados y específicos, porque se reduciría una gran parte de la dependencia que genera esta enfermedad en España, con el ahorro en costes que eso supondría para la sanidad. Un estudio publicado en 2.012 cifra en 790.000 millones de euros los costes directos e indirectos de esta enfermedad en Europa. Esta concienciación ya la perseguimos de forma activa en la Plataforma Española por el Daño Cerebral, con sede en Madrid y de la que somos fundadores con otras clínicas nacionales e instituciones.

— Esta es una enfermedad que afecta también al entorno, ¿ofrecéis pautas para los familiares?

— No sólo afecta al entorno, como bien afirmas, sino que la familia y el entorno son determinantes en las recuperación y tratamiento de estos pacientes por dos motivos fundamentales: uno, es que en la fase en la que nos llegan a la clínica (fase aguda y subaguda) el paciente no se encuentra capacitado para tomar decisiones, luego la primera decisión decisiva la toma la familia y es comenzar o no con el tratamient; y en segundo lugar, porque hay una faceta que ningún tratamiento puede aportar que es la necesidad emocional que todos tenemos, que se sienta querido y cuidado, y esto sólo lo puede aportar en muy gran medida la familia y el entorno. Y este aspecto en ocasiones se torna complicado, sobre todo cuando se producen alteraciones cognitivas, en la personalidad y en la conducta, que cuando se presentan en forma grave o moderada son las que más dependencia generan y, además son los déficit más complicados de tratar en el DCA. Claro que ofrecemos pautas a los familiares y no sólo pautas, sino también atención y seguimiento emocional.

— ¿Con qué tecnología y avances médicos cuentan para tratarlo?

— Desde que empezamos nuestra andadura en Jerez de la Frontera de la mano de nuestro fundador Joaquín Gómez Canga-Árgüelles (que padeció un ictus) siempre hemos tenido presente que la clínica tendría que ser innovadora y disponer de lo último en tecnología aplicada a la Neurorrehabilitación, por eso todos los años apostamos por la formación de nuestros profesionales y adquirimos equipos tecnológicos nuevos en este campo. Tenemos lo último en tecnología aplicada a Neurorrehabilitación como es el Neurocom, el HundTutor, vibra 3.0, VitaStim o el Biodex. Tecnología que nos facilita la recuperación de la marcha, el equilibrio o el movimiento del brazo y mano, de la capacidad para comer etc… Aunque igual de importante que es la tecnología es el equipo humano y de profesionales del que disponemos. Tenemos especialistas en las mejores técnicas aplicadas a Neurorrehabilitación (Bobath, Vojta, Le Metayer, Perfetti, Therasiut). Ahora hemos incorporado un tratamiento muy novedoso en Europa para tratar síntomas asociados a estas patologías como es la espasticidad y el dolor crónico que está dando excelentes resultados. El traje Exopulse Mollii Suit.

— ¿Y en qué consiste esta última tecnología?

— El Exopulse Mollii Suit es el primer traje de neuromodulación pensado para mejorar la movilidad, el equilibrio y la circulación sanguínea y aliviar el dolor crónico asociado. Incluye 58 electrodos incrustados posicionados para estimular 40 músculos clave en todo el cuerpo. Es un producto sanitario de asistencia individual y personal utilizado para electroestimulación transcutánea de baja frecuencia en todo el cuerpo. Está diseñado para reducir la espasticidad, activar la musculatura y aliviar el dolor crónico asociado, todos ellos síntomas comunes de la parálisis cerebral (PCI), la esclerosis múltiple (EM), el daño cerebral adquirido (TCE, ICTUS), lesiones en la médula espinal (LM) y otros trastornos neurológicos que pueden provocar este tipo de síntomas.