Venceremos

"Esta crisis nos ha dado la oportunidad de demostrar el compromiso de servicio de las empresas del sector del agua, así como nuestra fiabilidad, resiliencia y cercanía a la población"

  • El delegado de Aqualia en el Campo de Gibraltar pone el acento en el papel desarrollado por los trabajadores de las empresas de agua para que este servicio esencial no falte a las familias durante el confinamiento

Justo Suárez , delegado de Aqualia en el Campo Gibraltar

Justo Suárez , delegado de Aqualia en el Campo Gibraltar

Justo Suárez Maldonado es el delegado de Aqualia en el Campo de Gibraltar desde el mes de marzo. Así que la práctica totalidad del tiempo que lleva ejerciendo su nuevo cargo ha sido en estado de alarma. Tiene una amplia experiencia y acumula una larga trayectoria en esta empresa en distintos puestos de responsabilidad a lo largo de la geografía andaluza, pero a pesar de ello “nadie está preparado para una situación como la que nos ha sobrevenido con esta crisis sanitaria a nivel mundial”.

Aqualia gestiona los Servicios Municipales de Agua de La Línea y Tarifa, también el de la urbanización La Alcaidesa, y es el socio tecnológico del Ayuntamiento de Algeciras en la empresa mixta Emalgesa. Desde el mismo momento en que comenzó el estado de alarma, la empresa puso en marcha planes de contingencia en cada municipio donde trabaja para salvaguardar la salud de sus trabajadores y garantizar la continuidad del servicio. Un servicio, el del agua, que el Gobierno de España decretó como esencial, y por tanto no podía parar a pesar del confinamiento.

El agua debía seguir llegando a los hogares, recogiéndose a través de la red de saneamiento una vez usada en ellos y depurándose antes de devolver a la naturaleza.

Hubo que tomar medidas como suspender vacaciones, el cambio de turnos para evitar que los equipos coincidieran en instalaciones o vestuarios, que cada trabajador desinfectara todas sus herramientas al final de la jornada para su uso posterior por otro compañero, desinfectar el interior de todos los vehículos, proporcionar equipos de protección individual (EPIS) a toda la plantilla, y por supuesto darle a todos ellos formación e información permanente en el uso de los mismos y la aplicación de todas estas medidas por parte del departamento de Salud y Bienestar de la compañía.

"¿Se imagina alguien los días de confinamiento e incertidumbre sin agua corriente en las casas?"

Pero a pesar de esa designación de “esencial”, no ha sido un colectivo que haya destacado por su visibilidad de cara a la sociedad en estos momentos en los que los aplausos a los sanitarios se han compartido con el reconocimiento a otros sectores como los trabajadores de los supermercados, los de limpieza urbana o los cuerpos y fuerzas de seguridad, por citar algunos ejemplos.

Y si hay un servicio básico que no puede faltar es el del agua doméstica, sobre todo en esta pandemia en la que, de momento, el arma más efectiva que tenemos disponible contra el contagio del coronavirus es extremar la higiene. ¿Se imagina alguien los días de confinamiento e incertidumbre sin agua corriente en las casas? ¿Por qué entonces ha pasado tan desapercibido este servicio? Justo Suárez parece tener la respuesta: “la razón es muy sencilla; el servicio de gestión del ciclo del agua es uno de los servicios públicos que mejor funciona en España. Casi nunca falla. Los que trabajamos en este sector desarrollamos nuestras funciones con la máxima implicación, conscientes de la responsabilidad que conlleva la prestación de un servicio público de primera necesidad como este.”

La plantilla de Aqualia en el Campo de Gibraltar la forman cerca de 200 personas, a las que desde marzo dirige Suárez. Se siente orgulloso de todos ellos porque les ha tocado enfrentarse a una situación inimaginable y han seguido desarrollando su trabajo con dedicación y entereza. Aproximadamente un 15 ó 20% de la plantilla, que desarrolla tareas administrativas o de gestión en las que la presencialidad no era indispensable, ha estado teletrabajando. Otro tanto por ciento minoritario ha permanecido de reserva por si se producía algún contagio poder suplir a la persona afectada y que el servicio no se resintiera, pero el resto, la mayoría, ha seguido saliendo cada día a trabajar, “al pie del cañón”.

“Los trabajadores de Aqualia son hombres y mujeres con vocación de servicio y conscientes de que de su buen hacer depende en parte el bienestar de las personas en sus domicilios”

No llevan capa ni son superhéroes. Habrá personas que digan que los trabajadores de Aqualia han hecho lo que tenían que hacer, su trabajo. Pero lo han hecho en circunstancias profesionales y personales muy complicadas, debiendo adaptarse rápidamente a nuevos protocolos y medidas de seguridad que muchas veces han sido incómodas para la realización de su tarea, y, por qué no decirlo, también con miedo en algunos casos. Son hombres y mujeres con vocación de servicio y conscientes de que de su buen hacer depende en parte el bienestar de las personas en sus domicilios”.

Cuando se le pregunta al delegado de Aqualia qué ha aprendido de toda esta situación que se está viviendo se siente satisfecho al contestar que “esta crisis nos ha dado la oportunidad de demostrar el compromiso de servicio de las empresas del sector del agua, así como nuestra fiabilidad, resiliencia y cercanía a la población”.