La flor de pascua, la reina de la decoración navideña

Cuando diciembre se asoma y las calles se visten de luces, hay una planta que no necesita adornos para brillar. En los alféizares, en las mesas, en los portales, en los escaparates, en las calles, aparece ella: la flor de pascua o poinsettia (Euphorbia pulcherrima). Indudablemente es la reina de la decoración navideña.

Desde las montañas de México hasta los hogares europeos, simboliza la belleza efímera de la Navidad y el deseo de renovación. De su papel protagonista en estas fechas sabe bien Viveros Los Cántaros, en Jerez, que este mes tiene sus instalaciones repletas de ellas. “En esta fecha su venta es clave en el sector”, explica su encargado, Alejandro Marín Guerrero, quien recalca que, “con el paso del tiempo, se ha ido comprando cada vez más, hasta llegar al punto de que cada familia pone más de una en su hogar”.

Sin embargo, aunque el rojo es “el color más demandado”, tal y como apunta el experto, en los últimos tiempos, han ido apareciendo otros tonos, gracias a la hibridación, como blanco, crema, salmón, amarillo o rosa, este último “tiene gran aceptación y una con una flor variada”, asegura.

Resulta curioso mencionar que, pese a su aspecto de flor, lo que parecen ‘pétalos’ son en realidad brácteas, hojas modificadas que cambian de color con la disminución de la luz diurna en invierno. Las verdaderas flores son pequeñas, amarillentas y discretas, situadas en el centro del conjunto.

Cuidados

Su aparente fragilidad, debido a que es una especie de clima cálido que sufre con las temperaturas bajas y los cambios bruscos, invita a pensar que es una planta efímera, pero no lo es. Por tanto, la gran pregunta que muchos se hacen es si es posible “revivir” el también llamado pascuero y lograr que vuelva a teñirse de rojo el año siguiente. La respuesta es sí, aunque requiere algo de paciencia y constancia.

Viveros Los Cántaros aconseja al respecto: “Su cuidado fuera de temporada debe ser situar la planta alejada del sol directo, pero en un lugar con mucha luz y humedad”. Y añade que “cuando se vaya acercando la fecha hay que ir preparándola para florecerla”.

Sin embargo, no solo de la flor de pascua viven las Navidades. Hay otras muchas especies perfectas para decorar y regalar estas fiestas. El experto de esta firma jerezana detalla que “los cactus de Navidad, conocidos como Schlumbergera, ilex, acebo, ciclamen o el musgo de Navidad” son otras plantas que cuentan con gran aceptación durante estos días.

No obstante, es la flor de pascua la que, generación tras generación, con su presencia anuncia la llegada de la Navidad, representando, más allá de su valor ornamental, la calidez, la vida y la esperanza que florecen cada diciembre.

Una flor con raíces mexicanas

El Euphorbia pulcherrima es originario de México y América Central. Mucho antes de asociarse con la Navidad, ya era cultivado por los pueblos mexicanos, que lo llamaban Cuetlaxóchitl, “flor que se marchita”, y lo consideraban símbolo de pureza y de la sangre de los guerreros caídos. Los aztecas usaban su látex con fines medicinales y extraían de sus brácteas (las hojas de colores que rodean las flores verdaderas) pigmentos naturales para teñir telas y cosméticos.

Su salto a la fama internacional llegó en el siglo XIX, cuando Joel Roberts Poinsett, primer embajador de Estados Unidos en México, quedó cautivado por la planta y la llevó a su país en 1828. Desde entonces, en honor a él, se la conoce como poinsettia. Décadas después, los viveros californianos comenzaron a cultivarla y popularizarla durante las fiestas navideñas, hasta convertirla en símbolo mundial de esta época.