Tecnología y conocimiento para el éxito global

La calidad de los productos agroalimentarios andaluces es reconocida tanto en Europa como en muchos otros países. Nuestros pepinos, pimientos, tomates, sandías, fresas, nuestros cítricos, el aceite de oliva, nuestros vinos y decenas de otros cultivos alimentan durante todo el año los hogares más exigentes. Una industria productora y comercializadora floreció hace décadas y no ha dejado de desarrollarse, conformándose como la primera partida exportadora de Andalucía. El nuestro es un sector crucial para la salud y el bienestar de las personas, un sector resiliente y que cada vez atrae a más inversores puesto que es un valor seguro y con un retorno de inversión elevado, si es gestionado adecuadamente.

Pero para llegar a las mesas de los consumidores, nuestros sabrosos y saludables cultivos no sólo requieren de tierra, trabajo y capital, como se definía hace lustros. Para conseguir el éxito actual de la agricultura andaluza, nuestros agricultores y técnicos -cada vez más y mejor formados por las universidades y centros de formación, por cierto- están acompañados de una pujante industria auxiliar que amplía sus capacidades. Estamos hablando de empresas de bioestimulantes, control biológico, semillas, biotecnología, laboratorios, certificadoras, tecnología de invernaderos, maquinaria, sensores, herramientas digitales, software, insumos, sistemas de riego y muchas otras actividades.

Toda esta industria auxiliar crece en valores relativos mayores que la industria productiva y, en muchos casos, también en valores absolutos. Gracias al desarrollo de la base productiva andaluza, centenares de empresas han sido creadas y desarrolladas generando puestos de trabajo de alta cualificación y especificidad. No nos equivocaríamos si dijéramos que el liderazgo se contagia. A nivel mundial, a la “marca Andalucía” de nuestros productos le acompaña la “marca Andalucía” de la industria auxiliar, estando sus empresas reconocidas como líderes en sus respectivos campos. A modo de ejemplo, la pasada primavera se realizó una misión comercial directa a Florida para explicar el Modelo Almería de producción en la que la industria auxiliar demostró un papel de gran relevancia. El conocimiento agronómico andaluz está acompañado de las mejores empresas de tecnología para la agricultura.

Y es que cuando hablamos de industria auxiliar estamos hablando en gran medida de tecnología y conocimiento: tecnología digital, biotecnología, tecnología de materiales, tecnología mecánica o hidráulica, por citar algunos casos. La tecnología permite a nuestro sector cumplir con todo aquello que la sociedad espera de nosotros: ser más eficientes, más sostenibles, proporcionar mayor transparencia y la más alta calidad. El conocimiento y la innovación de las empresas que componen la industria auxiliar permiten a las organizaciones productoras y comercializadoras de todo el mundo hacer más con menos recursos, especialmente con menos recursos naturales.

Dentro de la industria auxiliar, Hispatec es la empresa líder en la digitalización de operaciones de precosecha y poscosecha, así como inteligencia de negocio, de la red agroalimentaria. Sus herramientas digitales permiten conocer en tiempo real el coste completo de cada kilo producido en cada parcela o de cada pedido envasado y preparado para su envío. Permítanme llamar la atención sobre el término coste completo, puesto que se refiere a la suma del coste económico, coste medioambiental y coste social, de aquello que la actividad agroalimentaria impacta a la naturaleza y el entorno social. Los economistas llaman externalidades a estos costes medioambientales y sociales.

Gracias a los sistemas de Big Data y de inteligencia artificial, los clientes de Hispatec pueden determinar el impacto real en la rentabilidad de su explotación de cada tarea o uso de insumos en cada momento productivo. De este modo, usando datos objetivos, los gestores de las empresas agroalimentarias toman decisiones de alto impacto que repercuten en una mayor sostenibilidad para sus organizaciones en las tres dimensiones del concepto: sostenibilidad económica, social y medioambiental.

La tecnología digital de Hispatec junto con la biotecnología, la gestión optimizada del riego o los sistemas de control biológico son algunos de los cómplices necesarios y cada vez más relevantes de esta nueva fase de desarrollo del sector agroindustrial andaluz.

Productoras, comercializadoras e industria auxiliar forman un Dream Team que va a seguir trayéndonos muchos éxitos a casa. Éxitos cosechados en Andalucía y recogidos en millones de hogares saludables y satisfechos de todo el mundo.