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Esta semana llega el primer eclipse lunar total desde noviembre de 2022. La noche del 13 al 14 de marzo, la Luna pasará por el interior de la sombra de la Tierra y se verá roja, un fenómeno que será visible desde el hemisferio occidental de la Tierra.
Coincidiendo además con la luna llena, el eclipse será total observado desde la mayor parte de América, y ya de forma parcial en el oeste de Europa y oeste de África. En el caso de España, la parcialidad del eclipse alcanzará el 40 por ciento en Galicia y el 20 en Baleares.
Un eclipse lunar se produce cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de modo que la Luna pasa por dentro de la sombra de la Tierra.
En un eclipse lunar total, toda la Luna pasa dentro de la parte más oscura de la sombra de la Tierra, llamada umbra. Cuando la Luna está dentro de la umbra, se ve de color rojo anaranjado. Por eso los eclipses lunares son a veces conocidos como lunas de sangre.
No necesitamos ningún equipo especial para observar un eclipse lunar, aunque unos prismáticos o un telescopio permitirán verlo mejor.
Un entorno oscuro alejado de luces brillantes ofrece las mejores condiciones de visualización.
Para contemplarlo, debemos mirar al cielo del oeste la noche del eclipse para echar un vistazo a los planetas Júpiter y Marte. Al comienzo del eclipse, la Luna estará en la constelación de Leo, bajo la pata trasera del león; poco después, cruzará el cielo hasta la constelación de Virgo.
A medida que la sombra de la Tierra atenúa el brillo de la Luna, puede ser más fácil de lo habitual detectar las constelaciones.
El mismo fenómeno que hace que el cielo sea azul y los atardeceres rojos hace que la Luna se vuelva naranja rojiza durante un eclipse lunar.
La luz solar se ve blanca, pero en realidad contiene un arcoíris de componentes, y los diferentes colores de la luz tienen diferentes propiedades físicas.
La luz azul se dispersa con relativa facilidad a medida que pasa a través de la atmósfera terrestre, mientras que la luz rojiza viaja más directamente a través del aire.
Cuando el Sol está en lo alto en un día despejado, vemos luz azul dispersa por todo el cielo sobre nosotros.
Al amanecer y al atardecer, cuando el Sol está cerca del horizonte, la luz solar entrante recorre un camino más largo en un ángulo bajo a través de la atmósfera de la Tierra hasta quienes están en tierra.
La parte más azul de la luz solar se dispersa a lo lejos (donde todavía es de día) y solo llega a nuestros ojos la parte del espectro que va del amarillo al rojo.
Durante un eclipse lunar, la Luna se ve roja o naranja porque toda la luz solar que no está bloqueada por nuestro planeta se filtra por una gruesa porción de la atmósfera de la Tierra en su camino hacia la superficie lunar. Es como si todos los amaneceres y atardeceres del mundo se proyectaran sobre la Luna.
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