Miles de personas han acudido este domingo al funeral del actor mexicano Roberto Gómez Bolaños Chespirito, en un homenaje de cuerpo presente en el Estadio Azteca de la capital, México DF, el más grande del país, recinto al que ingresó el féretro en medio de aplausos, flores y gritos.

El actor, conocido mundialmente por su actuación como El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, falleció el viernes a los 85 años de edad después de que varios problemas de salud le mantuvieran alejado de la vida pública en sus últimos años.

El cuerpo del cómico fue recibido después del mediodía por unos 20.000 admiradores en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, hasta donde llegaron familias completas vestidas como los personajes que lo hicieron famoso. "Vengo a despedirlo por tanta alegría que nos regaló", ha dicho Juana Colín, de 41 años de edad y vestida como el personaje de La Chilindrina, con pecas y portando una gorra como la que usaba El Chavo del 8.

El Estadio Azteca fue el escenario elegido para dar el último adiós al más célebre aficionado del club local América, que vistió de gala su casa para homenajear al creador de El Chanfle, película en la que Chespirito dejó plasmada su pasión por el equipo y el fútbol. En el homenaje se soltaron palomas blancas sobrevolaron el estadio Azteca. Decenas de pequeños chavitos del 8, chapulines colorados y la esposa del actor, Florinda Meza, fueron los encargados de liberar de cajas blancas a las palomas, que dieron vueltas por todo el Coloso de Santa Úrsula, como se conoce al estadio, tras una ceremonia religiosa.

"Se ve, se siente, el Chavo está presente", le gritaron los admiradores al comediante. Mariachis, cánticos de sus seguidores, flores blancas y aplausos también fueron una constante. "Ay, ay, ay, ay canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones", entonaron los seguidores del actor. Los pequeños que personificaron a los emblemáticos personajes de Chespirito también le cantaron una canción inédita en la que le llamaron "genio, maestro y amigo". Y es que, "sin querer queriendo", Chespirito les sacó más de una lágrima a sus seguidores en el homenaje en el Azteca. "Sentí bien feo, mucha tristeza cuando se murió", dijo a Efe entre lágrimas la abuela Natalia Isidra, quien fue una de las miles de mexicanas que fueron a despedir al comediante. Vestida con una capa roja y un gorro alusivo al Chapulín, la mujer dijo que acudió a la cita a dejarle su cariño y flores a Gómez Bolaños, como lo pidió la convocatoria de la cadena Televisa. "Vinimos tres generaciones; yo, mi hija y mi nieto, porque todos crecimos viendo sus programas", contó la abuela.

En la ceremonia de despedida no importó nacionalidad, etnia, edad ni condición social. Todos se unieron en torno a un mismo propósito, decir "gracias por siempre" a Chespirito, diminutivo castellanizado de Shakespeare con el que bautizó el director de cine Agustín Delgado a Gómez Bolaños. "Para mí Chespitito ha sido un personaje muy exclusivo, especialmente para mis hijos. Desde muy pequeña para mí todos sus programas me encantaban y como ando de turismo por acá quise quedarme para despedirlo", contó la colombiana Doris Charry.

El cuerpo del actor fue trasladado el sábado a la Ciudad de México, en donde recibió un homenaje en la sede de la firma de telecomunicaciones y medios Televisa, en la que trabajó toda su vida.