Inflación

Los precios indecentes de Nueva York tal como los sufre el corresponsal José Ángel Abad

José Ángel Abad en una intervención para los informativos de Antena 3

José Ángel Abad en una intervención para los informativos de Antena 3

José Ángel Abad lleva exactamente 20 años destacado en Estados Unidos. Este periodista gijonés, curtido en la guerra de los Balcanes, pasó a la corresponsalía de Londres para Antena 3 en 1998 y en 2003 pasó a la de Nueva York. Su estilo y su narración pausada, incluso en momentos de tensión como los vividos en Washington el pasado año, hacen muy reconocibles sus piezas desde el gigante norteamericano en los informativos de Antena 3.

Aunque Abad informa de todo el país, donde siempre pasa algo de portada en los informativos, su centro de operaciones es Nueva York, sede la ONU y capital de la economía mundial. Al cabo de veinte años maneja la Gran Manzana como un vecino nacido allí.

De ahí que el corresponsal de Antena 3 no se asuste ya de nada de lo que pueda suceder en la urbe neoyorquina. Pero en ocasiones su voz de alerta pone en guardia a futuros visitantes. Nueva York empieza a disparar sus precios en las hostelería a pie de calle. No en los restaurantes de lujo  ni en los locales enfocados a sacar los dólares al turista, sino a los puesto de la esquina donde tomarse un café o una hamburguesa.

El último tuit de Abad en X advierte de cómo se han disparado los precios de un simple desayuno. El corresponsal ha pagado 10 dólares por un café latte de tamaño normal, en un vaso de cartón, y un croissant de mantequilla (que será de mantequilla de blanducho aspecto). Acostumbrado a todo en su ciudad adoptiva, le ha dejado con la boca abierta pagar 10 dólares por un triste desayuno al que le tiene que añadir además un propina de 1 o 2  dólares más (11 dólares, que son 10,5 euros, por un café y bollo).

Lo ha dejado claro con la foto del café espumoso y el croissant lacio: "la locura de los precios en Nueva York: se ha convertido en normal pagar en la mayoría de lugares más de 10 dólares, al cambio, 10 euros. por un café con leche y un croissant. Eso no incluye la propina y a veces, como hoy, no hay ni mesa ni un baño donde poder lavarse las manos".

La inflación que sufrimos en Europa y los precios imposibles para todo, con subidas generalizadas, tiene un reflejo aún más agudo en ciudades tan turística y de nivel alto como Nueva York.

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