Entrevista

Dani Mateo: "El gilipollas, como yo, tiene muy mala salida profesional"

El presentador Dani Mateo

El presentador Dani Mateo

El presentador de Zapeando nunca falla como entrevistado. El humor lo lleva en el bulbo raquídeo, es todo guasa. Así que en un género como el 'roast', duelos dialécticos de alto voltaje, está en su salsa, aunque sólo sea como árbitro. Comedy Central estrena este domingo la cuarta temporada de Roast Battle, a partir de las once de la noche. Dani Mateo forma parte del tribunal junto a Eva Soriano y JJ Vaquero. Los que se van a dar leña: Valeria Ros, María Gómez y Santi Alverú, todos ellos contertulios de Zapeando, Flipy, Luis Fabra, Juan Dávila  o Blanca Kovacs
–No voy a empezar a darle leña como en un ‘roast’. Al contrario, en Zapeando le vemos demasiado suelto en los últimos meses. Está acoplado y da mucho más juego.
–Llevo muchos años saliendo cada día por la tele y en dos sitios (El intermedio y Zapeando). Hasta el más zoquete aprendería a hacerlo mejor así, claro. He trabajado con gente muy buena, como podéis ver. He estado con lo más grande y siempre he sido un gran amante de la comedia. Con todo eso si no lo hago bien es para matarme.
–¿No es capaz de tomarse algo en serio?
–Desde niño lo que más me ha gustado siempre es un chiste,  Yo iba con mi abuelo, que era tratante de ganado, y me partía el cuelo viendo el duelo de ingenio hablando entre los ganaderos y los comerciantes. Yo he sido una esponjilla. Tomo lo bueno de la gente brillante. Si a eso le sumas la tranquilidad escénica. En el plató estoy mi casa.
–En su camerino de Globomedia tendrá todo lo necesario para sobrevivir
–Ya le he dicho a mi pareja que venga a vivir conmigo al camerino. Soy como Morgan Freeman en la película Cadena perpetua. A mí me sueltan y me sacan de plató y ya no sabría qué hacer con mi vida. El gilipollas, como yo, tiene muy mala salida profesional. No sabría ya hacer otra cosa. Soy así de simple.
–Usted, tan acostumbrado a que le digan de todo, en Roast Battle disfrutará cómo se atizan los demás.
–Aquí en teoría soy árbitro y presentador y no tengo necesidad de insultar a nadie. Pero me gusta pinchar.  Disfruto con la comedia de todas los comedias. Me da igual si es humor blanco negro, verde, marrón. A veces he de reconocer que los demás pueden no encajar igual lo que es humor para mí.
–¿Le gusta meterse en líos, parece?
-Qué va, pero he tenido que aprender a base de palos. Por eso me gusta Comedy Central para decir cosas que en otros sitios, ante un público más amplio, no se pueden decir. Yo pensaba que se podía bromear con todo, pero no es así.  Yo soy ‘polipatético’, hago de todo a un nivel lamentable.
–En España, donde tanto nos gusta criticar ¿empieza a gustar el ‘roast’, que es decir las cosas, pero a la cara?
–El ‘roast’ al final da salida a  un tipo de comedia cruda, sincera, que está cada vez más proscrita, más perseguida. Goza de mucha salida en este mundo donde todo parece ser tan políticamente correcto. Este programa es una carnicería y se nos ha hecho la piel fina para aguantar bromas así. El ‘roast’ es como el boxeo, pero en humor. Si ves un combate de la WFC puedes decir, ay, qué violento. Pues no lo veas. Si no te gusta determinado humor, tampoco lo veas.
–¿Tan dura va a ser esta temporada?
-Es que va a haber bromas que son delitos. Yo lo recomiendo. La vida es la que hace las bromas más bestias. Nuestra única venganza como hormiguitas que somos es reírnos de lo que nos rodea. Por muchas barbaridades que digamos, la vida es aún más cruel. Hay que reírnos de todo lo que nos asuste, de todo lo horrible. Y cuando lo haces te quedas como Dios. Ni un spa te deja mejor el cuerpo. Hablo de esa risa que te hace sentir culpable, la que te sale en un velatorio, por ejemplo.
–Destaque algún duelo de esta temporada.
–Yo aconsejaré que nadie se pierda el combate entre Esperanza Aguirre y Pilar Rahola. Eso es oro puro.

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