Toros

Lagartijo, Silvera y Adrián Ruiz triunfan ante una brava novillada de Espartaco en Aracena

  • Gran conjunto ganadero que tuvo además esa guinda de un extraordinario tercero de vuelta al ruedo

Tres conceptos toreros  diferentes; tres aptitudes toreras y tres triunfos también distintos son el balance con el que logran saldar su paseíllo en Aracena el cordobés Lagartijo, el onubense Emilio Silvera y el debutante sevillano Adrián Ruiz frente a una excelente y brava novillada de Espartaco en el festejo celebrado ayer tarde en la plaza de toros de Aracena.

Abrió la espita del lucimiento Emilio Silvera ante el segundo ejemplar de la tarde, uno de los varios utreros que con temple y nobleza dejó estar a gusto a los toreros. Lo cuajó el de Huelva de principio a fin con mucha madurez torera y un toreo de mucha brillantez en el que destacó el toreo al natural con un precioso ramillete de muletazos llevando muy entregada y despacio la buena clase del utrero. Buen son de la faena durante todo su recorrido también por el pitón diestro donde el animal fue largo y humillado. Clase y acople pro ambas partes a las que le faltó esa guinda de la estocada para coronarse perfecta. 

Tres conceptos distintos de toreo; tres triunfos diferentes ante lo que fue una brava y bien presentada novillada de Espartaco

Frente al quinto, el lunar negro de un buen encierro, Emilio chocó con la brusquedad y la falta de entrega de una embestida que no tuvo continuidad en sus series y con las que el choquero no pudo lucir aunque, eso sí, recetó una buena estocada que bien le hubiese servido para coronar faena en su primero. Cortó una oreja y dejó Emilio sensación de madurez torera.

Le tocó el bombón de la tarde en forma de gran ejemplar con cualidades de bravura y nobleza a un debutante como es el caso de Adrián Ruiz. El novillero de Dos Hermanas se trajo un autobús de seguidores que pudieron disfrutarlo ante ese excelente novillo que hizo tercero. Desde la primera arrancada jamás dejó ese tranco templado en su embestida y le permitió al torero expresarse con bastante estética ante el. Por los dos pitones alcanzó Ruiz a embarcar y llevar m uy cosido en la muleta el franco viaje de un animal que cuando el novillero equivocó terrenos también le avisó de forma contundente.

Oreja para esta labor y silencio ante la debacle con los aceros en el que cerró plaza, otro buen ejemplar ante el que Adrián escuchó dos avisos y la benevolencia presidencial que le salvó de un repique más catastrófico.

El novillero cordobés Lagartijo, fue a la postre el triunfador numérico del festejo. Tres orejas se llevó en su esportón tras desorejar al potable cuarto y armar dos faenas llenas de detalles y buen hacer ante la cara de sus dos oponentes. Certificó su madurez torera en este escalafón y su labor en ambas faenas se llena de un contenido donde la decisión y una buena dosis de valentía adornan un toreo que sin llegar a gozar de la profundidad si que tuvo esa virtud de conectar pronto y bien con los tendidos. Mas si en algo certificó Lagartijo su triunfo fue en el efectivo y rotundo manejo con los aceros. Dos estocadas a ley que le otorgan justos méritos para esos tres trofeos que le nominan como justo vencedor en una brava tarde donde los novillos de Espartaco, por presentación y juego, dan importancia a cuanto hicieron los toreros sobre el ruedo.

La otra parte del festejo la pone una impecable organización y la colaboración del publico para acatar y llevar a cabo las medidas de prevención por imperativos del coronavirus durante toda la duración del festejo. 

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