De Morante y oro

Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Cayetano salieron a hombros en la quinta de abono · El público se divirtió en una tarde llena de técnica y torería · Hoy se cierra el ciclo con la novillada picada matinal

Morante de la Puebla lució un pundonor y una torería propias de otros tiempos.
Morante de la Puebla lució un pundonor y una torería propias de otros tiempos.
Antonio Capilla

10 de junio 2012 - 01:00

GANADERÍA: Se lidiaron cuatro toros de Zalduendo, desiguales y cómodos, blandos y que resultaron nobles pero justos de raza y transmisión, el quinto manso, y otros dos toros, el primero como sobrero, y el sexto, de Román Sorando, desiguales y blandos, sin raza el primero y noble pero inválido el sexto. TOREROS: Enrique Ponce, de grana y oro. Estocada algo desprendida (ovación) y media estocada (dos orejas) . José Antonio Morante de la Puebla, de verde esperanza y oro. Dos pinchazos y media estocada (ovación) y estocada honda (dos orejas). Cayetano, de verde oliva y oro. Estocada (oreja) y pinchazo y estocada (oreja). Incidencias: La plaza registró más de media entrada en una tarde con algo de calima pero de agradable temperatura. Los diestros Enrique Ponce, José Antonio Morante de la Puebla y Cayetano salieron a hombros por la puerta grande.

Ya era hora de que los tendidos salieran con gestos de satisfacción, hasta ayer habíamos visto muy poco bueno, y demasiado para olvidar, sobre todo en el terreno ganadero, pero tuvo que llegar la última corrida de toros de la feria, para que se pudieran ver cosas que dejan buen sabor de boca. No fue desde luego una tarde torista ni mucho menos, no van por ahí los tiros, ojalá, pero sí pudimos ver una vez más la perfecta técnica de Enrique Ponce, que es capaz de torear todo lo que le echen y lucir lo poquito que haya, pero de forma casi única y desde luego personalísima. Su conocimiento de los tiempos, terrenos, y sobre todo de los toros, es intransferible y desde luego no se le puede quitar ni un ápice de mérito a su triunfo, cosa distinta es el que guste o no de ese tipo de toreo.

Pero el momentazo de la tarde estuvo en un inspiradísimo Morante de la Puebla, que lució un pundonor y torería propia de otros tiempos, y vino a Granada pareciendo tener que ganarse el próximo contrato, ojalá los que empiezan en esto se fijaran en las ganas y disposición de un torero que ya es primerísima figura, pero que posiblemente lo sea por tardes como la de ayer.

Ya había dado el de la Puebla del Río un magisterio en el segundo toro, sus cinco verónicas de recibo con dos medias de frente a pies juntos de remate, fueron de auténtico cartel de toros, y los olés del público acompañaban al capote. Pero tras llevar por chicuelinas al paso y serpentina al toro a la suerte de varas, realizó un quite con tres verónicas y media de remate torerísimas. Se veía a Morante con muchas ganas, midió muy bien los tiempos e hizo un toreo de inspiración, pero el toro no transmitía, aún así algún pase tuvo hondura y gusto exquisito.

Lo increíble llegó en el quinto, un manso de desesperar que no quería saber nada de lo que pasaba en el ruedo. Doblones, cambios de manos, algún natural hondo y el toro a lo suyo y loco por irse, pero Morante dijo aquí estoy yo y se puso el mono de faena. El toro a tablas, el torero también, el animal que se iba, y Morante tras él, eso sí, todo lo que hacía era con un gusto firma de la casa. No había para más pero fue capaz de desesperar al toro con su gallardía y pundonor, hasta con la espada clavada siguió toreando Morante. Eso es querer.

No sería justo dejar de resaltar lo que hizo Ponce en el cuarto. Fue metiendo en cintura a un toro que no tenía nada, pero el de Chivas estuvo en maestro, y su técnica y temple calaron de forma muy profunda en el tendido. Midió los tiempos de forma perfecta, templó y dio el toque justo en las tandas para poder ligar. Con dos 'poncinas' larguísimas se ganó definitivamente al público, el toro quiso rajarse, pero la cabeza, muñeca, y sabiduría de Ponce se lo impidieron, y todo con una tremenda elegancia en una faena importante.

El primero de Ponce fue para olvidar, blando y sin nada dentro del animal, por lo que ni la media altura y la técnica que le caracteriza pudieron con aquello.

Cayetano lo intentó en sus dos toros pero el resultado fue solo aseado, a pesar de salir también por la puerta grande, pero con mucha menos rotundidad que sus compañeros. El tercero no se entregó nunca y fue a menos, y aunque lo sometió por abajo fue imposible la continuidad y liberación en las tandas. Al sexto lo toreó con suavidad e intentó llevarlo templado, pero el toro no se tenía en pie ni aguantaba, por lo que todo resultó muy justo para una tarde que se había ido arriba en los anteriores toros.

Hoy se cierra el ciclo con la novillada picada matinal donde torearán los granadinos Francisco David Sevilla 'El Taranto', Miguel de Fernando y el valenciano Román Collado.

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