Un triunfo rotundo de cuatro orejas ha alzado a Julián López El Juli como el gran triunfador de un festejo en el que José Antonio Morante de la Puebla hizo la apuesta con dos toros de escasa aportación, y Miguel Ángel Perera se estrelló con el lote más deslucido.

Morante de la Puebla, que pasó inédito con el capote en su primero, hizo la apuesta con la muleta, en la que destacó en tres series de derechazos y uno excepcional al natural, para concluir con bellísimos adornos. Faltó rotundidad con la espada.

En el cuarto si brilló con su magistral capote, especialmente en un quite a la verónica. El animal se paró muy pronto en la muleta y, aunque lo intentó el sevillano, no encontró colaboración alguna en su antagonista.

El Juli recetó lances a la verónica muy jaleados a su primero, al que instrumentó dos quites más, uno por chicuelinas o otro por lopecinas, de lo más vistoso. Con la muleta llevó a cabo una faena larga sobre ambas manos en la que aprovechó muy bien la nobleza de su oponente, destacando en dos series al natural y en los adornos finales. Estocada a la primera, y dos orejas.

No bajó el diapasón El Juli en su faena al quinto, con el que volvió a entusiasmar a los tendidos en una faena de largo metraje en la que brilló manejando las dos manos, y eso que el toro se fue apagando poco a poco. Agarró una gran estocada y a sus manos fue a parar el doble trofeo, con el que remató una actuación rotunda.

Perera se encontró en primer lugar con un animal con problemas de visión en el ojo derecho. Después de varias coladas por ese mismo lado, optó por buscar el pitón izquierdo, mas por ahí el animal se negó en redondo. Fue silenciado.

No pudo remontar la tarde Perera con un sexto toro rajado que buscaba insistentemente el abrigo de las tablas, rehuyendo cualquier tipo de afrenta, con el que el extremeño estuvo voluntarioso pero sin alcanzar el lucimiento.