Crónica de la undécima de abono de la Maestranza

Al fin, una corrida sin triunfos

  • Los toros de Matilla quebraron la denostada racha de corridas triunfales

  • Urdiales bordó el toreo a la verónica y tanto Cayetano como Ureña rozaron el éxito

Los lances capoteros de Diego Urdiales fueron de lo más destacado del décimo festejo del ciclo sevillano.

Los lances capoteros de Diego Urdiales fueron de lo más destacado del décimo festejo del ciclo sevillano. / José Ángel García

Todo llega en esta vida y no podía quedarse fuera de eso el ciclo ferial. Al fin habrán disfrutado cuantos despotricaban por la cantidad de orejas y de salidas por la Puerta del Príncipe. En este jueves de Feria no hubo orejas para esportón alguno, siendo la culpa de la poca colaboración que la corrida de Matilla dispensó a los toreros. Al parecer vivíamos en un nirvana irreal y ha llegado la normalidad de una corrida que hay que contarla escribiendo cuesta arriba.

Resacosos por la cantidad de éxitos vividos llega el retorno de Diego Urdiales tras su buena faena de la pasada semana con un toro de Jandilla y aparecen dos toreros con un único cartucho en sus respectivas cananas. Lo del riojano con Sevilla se consolidaba en San Miguel tras un tiempo de espera después de las bendiciones de Curro Romero, mientras que el último descendiente de Antonio Ordóñez y de Paquirri venía a jugársela sin posibilidades de revancha. Como confirmando el viejo dicho de que no hay mal que por bien no venga, la desgracia de Emilio de Justo aquel aciago Domingo de Ramos madrileño le propiciaba a la empresa deshacer el entuerto de haber dejado fuera a Paco Ureña.

Cayetano en acción con la muleta. Cayetano en acción con la muleta.

Cayetano en acción con la muleta. / José Angel García (Sevilla)

Y en esas estábamos cuando nos martillea la sesera esa queja que es como una afrenta a la plaza de toros de Sevilla. La acusación de plaza barata hace que la verdadera afición de Sevilla se encuentre sin saber a dónde ir a llorar. Ni siquiera la excusa del síndrome de abstinencia sufrido tras dos años de sequía le alivia de tanta acusación. Todo indica que las cosas volverán a su ser cuando la normalidad se asiente de forma definitiva, pero tampoco hay que echar demasiada cuenta a esos que se aferran a la exigencia para parecer mejores aficionados, incluso más entendidos.

Y esa normalidad de abundancia de festejos aburridos llegó en este jueves de Feria para mal de Urdiales, en menor medida de Cayetano y con buen sabor de boca para el hombre que llegaba a sustituir, el murciano Paco Ureña. Pero si mal le fue a Urdiales en el sorteo, bien nos fue a los que le vimos bordar el toreo a la verónica. Fue con Filósofo, cuarto toro de la tarde y negro como cuatro de sus hermanos. En su primero logra unos naturales sueltos, pero llenos de armonía a un toro que va a menos. Y como al cuarto, Diego lo mata de premio, que hay que ver cómo está matando los toros. Brindó el quinto a la plaza, pero el toro sólo le permitió pinceladas de pureza, temple y muy buen gusto.

Paco Ureña desafía a uno de los toros de Matilla. Paco Ureña desafía a uno de los toros de Matilla.

Paco Ureña desafía a uno de los toros de Matilla. / José Angel García (Sevilla)

Cayetano nos tocó los adentros con unos lances genuflexo que nos metió en el túnel del tiempo recordando aquellos de su abuelo a un toro de Urquijo un lunes de alumbrado. Muy por encima del toro, el hijo de Paquirri estuvo a punto de tocar pelo en su primero y dio la impresión de que en el quinto, brindado a la ganadera Isabel Aguirre, iba a lograr más de lo que consiguió, pero el toro iba a menos hasta que se quedó en nada. También Cayetano anduvo rotundo con el estoque y sale de la Feria con su cartel intacto, no demasiado alto, pero sí para seguir teniéndolo en cuenta.

Entró Paco Ureña por la vía de la sustitución y en buena hora, ya que cuando vieron la luz los carteles, el murciano era considerado como un gran ausente, quizá el ausente menos justificado. De ahí que entrar en este cartel fuese muy bien acogido y a fe que estuvo justificando toda la tarde su inclusión en él.Se mostró en muy buen tono Ureña toda la tarde y por supuesto que estando siempre por encima de lo que tenía delante. El primer toro fue descomponiéndose a pesar de la insistencia y el buen planteamiento del torero. Rotundo también con la espada se eternizó con el descabello. En el castaño sexto, bajo los sones de Churumbelerías, estuvo en un tris de cortar oreja. Bajando mucho la mano hizo la faena de la tarde, pero el toro tardó en echarse, todo se enfrió y Ureña saludó desde los medios guardándose un puñado de albero en el chaleco. Al fin, una corrida sin éxito.

Corrida de toros: Urdiales , Rivera Ordóñez y Ureña Corrida de toros: Urdiales , Rivera Ordóñez y Ureña

Corrida de toros: Urdiales , Rivera Ordóñez y Ureña / José Angel García (Sevilla)

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