"La ganadería de bravo ya no es la corona del negocio campero"

El criador de toros de la mítica divisa sevillana señala que "algunos ganaderos cobran menos que hace diez años" por un excedente en la oferta de reses

Luis Nieto

07 de enero 2010 - 01:00

En la finca Zarariche, en Lora del Río, donde los temibles miuras pastan en estas fechas bajo una intensa lluvia, el presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia analiza el futuro de la ganadería de bravo, cuyo balance se cerró el año pasado con un excedente de unos 4.000 toros.

-Eduardo, usted ya avanzaba, en una entrevista en este diario, que en 2009 se quedarían sin lidiar muchísimos toros ¿Qué sucederá ahora?

-Algunos de esos toros se lidiarán como cinqueños, otros en festejos populares y otros a puerta cerrada. En la temporada pasada se dieron unos 1.700 espectáculos, un 24 % menos con respecto a 2008. Pero este año está previsto que el descenso sea menor. Quizás, en las últimas temporadas ha habido una sobredimensión en la cantidad de festejos. Por ejemplo, en corridas de toros, en España, hemos pasado de 2.174, en 2007, a 1.977 en 2008 y a 1.431 en 2009; mientras que en Francia, que son cartesianos y menos dados a las alegrías, se ha dado un número similar cada temporada.

-¿Hay algún dato que le permita ver el panorama con cierto optimismo?

-Sí. Para este año hay menos cuatreños -reses en su plenitud, que se lidian en corridas de toros-. En 2006 se herraron 2.500 machos menos que en 2005 por lo que en 2010 tendremos menos toros para lidiar en corridas. Al menos son los datos que manejo ahora y que coincide también con el de nuestra ganadería.

-¿Cómo está incidiendo este largo periodo de lluvias?

-El temporal de agua se está convirtiendo en un problema en muchas zonas. Se forma barro y eso es terrible para las pezuñas de los toros, que se reblandecen. Aquí, en Andalucía, está afectando fundamentalmente a las ganaderías de la zona de Cádiz y a las pocas que todavía quedan en la Marisma.

-¿Continuará el mismo número de ganaderías de bravo para este año?

-Por supuesto. En este mundo todo se compra y se vende. Algunos ganaderos necesitarán liquidez e intentarán vender. Pero eso sucede en todos los sectores. Por ejemplo, ahora hay un exceso de oferta en la venta de pisos, que no tienen salida. En cuanto a las ganaderías, ha habido algunas transacciones.

-¿Es rentable ser ganadero de toros de lidia en esta época?

-Algunos vivimos de esto. Es una actividad muy particular y algunas personas se acercan a ella desde otros sectores donde han ganado dinero y lo hacen por afición; no miran que sea rentable. Nosotros -alude a su hermano Antonio y a él-, hemos heredado la ganadería y la mantenemos sin otro tipo de negocios. Ahora, la ganadería de bravo ya no es la corona del negocio campero, como la calificaba un tío mío. Para muchos de los que se han acercado a ella supone una caja de resonancia, un escaparate, para sus otros negocios.

-Si yo tuviera una ganadería, ¿a partir de qué cantidad debería vender cada toro para no perder dinero?

-Para que una ganadería no sea una auténtica ruina, el propietario debe cobrar al menos unos 3.000 euros por cada toro de lidia.

-Algunos de sus compañeros me dicen que los honorarios que cobran por sus corridas son los de hace tres lustros...

-Sí. Estoy de acuerdo. A algunos les pagan menos que lo que les pagaban hace más de una década. Incluso, en plazas de tercera, algunos ganaderos cobran menos por sus toros que hace diez años.

-Al igual que ha habido un exceso de festejos el año pasado también parece que hay un número muy elevado de toros y de ganaderías.

-Últimamente se ha barajado ese dato. Ya dije en varias ocasiones lo de "que viene el lobo" y nadie ha echado cuenta. Nosotros, en 14 años, no hemos aumentado la cantidad de reses. Y mi padre tampoco la aumentó en 50 años.

-Vamos, que a muy pocos les saldrán las cuentas...

-Es como todo. Hoy en día en una ganadería de bravo los costes son muy altos, tanto por alimentación, como en gasto sanitario, etcétera. Si a eso se añade quienes se han sumado como ganaderos para que suene su nombre... Pero no nos engañemos, siempre han existido problemas de este tipo. Si miramos a los toreros, tampoco hoy en día se gana lo que hace medio siglo. Litri -Miguel Báez Espuny- me dice que con lo que le pagaban por torear una corrida en 1940 ganaba un auténtico dineral, muy lejos de lo que sucede hoy en día, salvo excepciones.

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