Bygone Dreams o cuando los sueños y las pesadillas se encuentran en un RPG de fantasía única

El Loot de Txeron

Es una aventura indie que mezcla mitología eslava, combates colosales y una atmósfera tan bella como inquietante

Echoes of the End, la ópera prima de fantasía del estudio islandés Myrkur Games, ya está a la venta

Arte de Bygone Dreams.
Arte de Bygone Dreams.
Norberto López

14 de agosto 2025 - 08:00

Innovar en un sector como los videojuegos se ha convertido en uno de los grandes retos de las desarrolladoras. El último en intentarlo es el estudio Prime Time con Bygone Dreams, un título de acción y aventura con alma de RPG que busca diferenciarse en un mercado saturado a través de dos pilares claros: su ambientación onírica y su fuerte carga cultural inspirada en mitología eslava y folklore medieval bosnio.

El hecho de que esté ambientado en un mundo de sueños, el reino de Lume, le permite jugar con una estética surrealista, donde lo imposible es la norma y cada escenario puede ser tan bello como inquietante. Este enfoque no solo le da identidad visual, sino que también sustenta su narrativa: en un universo gobernado por una deidad matrona y amenazado por una Pesadilla, el jugador encarna a Wa, un espíritu y última esperanza contra la corrupción que avanza.

A nivel argumental, la premisa no es revolucionaria —un héroe que debe salvar el mundo reuniendo y purificando guardianes caídos en desgracia—, pero la clave está en cómo la historia se enriquece con las referencias culturales y el tratamiento de los personajes. Los Guardianes, antaño venerados, son ahora enemigos que el jugador debe liberar, lo que introduce una dinámica emocional interesante: cada jefe no es solo un obstáculo, sino un ser con un pasado y un propósito.

En cuanto a mecánicas, Bygone Dreams apuesta por un combate híbrido que mezcla armas cuerpo a cuerpo, ataques a distancia y magia. Esto abre un abanico de posibilidades de personalización que favorecen tanto a jugadores que prefieren la acción directa como a quienes priorizan el control del campo de batalla. La inclusión de diferentes modos de dificultad —con un modo Normal enfocado en la historia y un modo Heroico con jefes mejorados y adicionales— es un punto a destacar ya que permite ampliar el espectro de jugadores interesados, desde quienes buscan una experiencia narrativa hasta los que desean un reto más exigente. Además, los desafíos opcionales como “pruebas de tiempo” o “derrotar jefes sin recibir daño” agregan rejugabilidad y fomentan la competencia.

El diseño de jefes es también uno de los grandes atractivos con docenas de enemigos colosales que pondrán a prueba los jugadores con encuentros variados y mecánicamente exigentes. Cada uno logra transmitir personalidad y mecánicas únicas, algo que destaca para ser un título indie ya que la mayoría fallan al repetir patrones.

La música es otro aspecto que Bygone Dreams coloca en primer plano. Con más de 50 composiciones originales que combinan instrumentos tradicionales con arreglos orquestales, la banda sonora parece diseñada para ser más que un simple acompañamiento: es un elemento narrativo que refuerza la identidad cultural y emocional de la experiencia.

En lo visual y temático, la apuesta por un mundo onírico ha permitido a los desarrolladores tener libertad creativa para crear paisajes y criaturas fuera de lo convencional, algunas veces la coherencia artística de todos los elementos es algo caótica, pero se le perdona. En líneas generales, Lume se percibe como un universo vivo y consistente que te llama a ser explorado. Y eso es mucho.

En definitiva, Bygone Dreams apunta a un equilibrio entre una cuidada narrativa, un combate versátil y exigente y una ambientación culturalmente rica. Es un título que no destaca por nada en general pero que cumple con lo que se le puede pedir a un título indie que cuesta menos de 20 euros.

Hemos podido realizar esta reseña gracias a una clave que nos ha enviado Game.Press para PC (Steam).

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