Xerez CD

Ánimos y fútbol congelados

  • El escaso público que acudió a Chapín la tomó finalmente con Javi López, blanco de todas las iras Honores Antes del partido se honró el 125 aniversario del Nástic

Los precedentes no eran precisamente halagüeños, teniendo en cuenta que el pasado martes se convocó una manifestación en Jerez contra el desempleo y sólo acudió el 1% de parados de la ciudad, considerando que ésta alberga la no desdeñable cifra de 31.000. Por eso, no resulta fácil en la actualidad convocar, tal y como están las cosas, al personal para presenciar un Xerez-Nástic, en una gélida noche invernal. Así que los 7.417 espectadores (o valientes) que se personaron en las dependencias de Chapín hicieron gala de dos virtudes: xerecismo y fe.

El primer partido de Antonio Millán como presidente del Xerez en Chapín contó con un hermoso detalle en los prolegómenos. El equipo local agasajó al Nástic con una camiseta conmemorativa por los 125 años de la entidad catalana como club polideportivo. Ese fue el único gesto risueño de una noche singularmente desabrida. Ni el video marcador quiso hacer acto de presencia posiblemente invernó como una marmota. Se estropeó y privó al personal de seguir las evoluciones de los demás partidos de la jornada. Porque, ciertamente, lo que contemplaba en vivo no convencía a nadie. Y eso que los 30 primeros minutos del Xerez fueron buenos, o cuando menos dignos. Intentó llegar a la meta defendida por Rubén Pérez en acciones combinativas, rápidas renunciando al recurrido patadón que tanto prolifera en muchos campos de fútbol. El sutil domino azulino se coronó con el gol de Óscar Díaz en el minuto 19. Ni que decir tiene que fue el momento álgido del partido, el público vislumbró un partido de trámite, casi funcionarial y decidió en ese momento aplazar las quejas contra Javi López para momentos de más privación. En el momento que la gente más se empezaba a abrigar, es decir, al filo del descanso, compareció el tópico: gol psicológico del Nástic sin merecerlo. El 1-1 valió para que la afición se fuera al descanso con una fuerte dosis de pesimismo glacial. Se podía atisbar que la segunda parte se presentaría de cuchillos largos a poco que los catalanes apretaran un poco las clavijas.

En muchas ocasiones, lo que se teme, se acaba consumando. Bastó que el Nástic marcara el segundo tanto para que el aficionado xerecista diera rienda suelta a sus deseos, tomándola con su víctima favorita cuando el resultado no acompaña: Javi López. Los gritos contra el técnico, aunque no fueron perseverantes, sí resultaron de lo más significativo. No pasó por alto la afición que con 1-2 en el marcador, los jugadores que calentaban en la banda fueran Moreno, Mendoza y Gerard. Finalmente salió Antoñito, un jugador en el que apenas cree. El resultado no se movió y, finalmente, la noche acabó algo más caliente.

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