Gil: "Esto no va a acabar bien"
El jefe de seguridad vincula las agresiones a los destrozos en el asalto a la secretaría. Kevin: "Ánimo ahora mismo no tengo ninguno"
El día después de los desagradables incidentes de La Granja, recinto en el que el Ayuntamiento había garantizado la seguridad en los partidos del Xerez CD, Manolo Gil, responsable de seguridad del Deportivo, tenía claro que "esto no acaba bien. Esto no va a acabar bien, desgraciadamente no va a acabar bien", lo que explicaba recordando que los agresores -unos quince o veinte indeseables- "se fueron amenazándome de muerte" y tenía claro que "esto viene a raiz de la denuncia de los destrozos de aquí de la oficina" del club azulino en el edificio Jerez 2002.
Manolo Gil reiteraba ayer que los agresores "son del Kolectivo Sur, eso es indiscutible" ya que identificó a varios de ellos, aunque "no son los mismos" que asaltaron las oficinas del Xerez, "son los de al lado. Los mismos no van a venir otra vez, vienen otros".
Gil apuntaba que "yo soy empleado del club, llevo catorce años y aquí estoy, nadie se preocupa si cobro o no cobro. Hace pocos años, en Primera, todo eran palmaditas en la espalda, hoy te quieren matar".
El empleado del Deportivo no entiende que haya habido quien intente tergiversar y manipular los hechos de forma interesada: "Hay gente diciendo que somos una familia de matones que hemos ido a pegarle a quince o veinte personas. A quince o veinte delincuentes hemos ido a pegarles cuatro personas, mis dos hijos, que jamás han tenido una trifulca, mi mujer y yo. Somos cuatro matones para un señor que no sé a lo que se dedica. Es increíble. Había un palo que utilizarán los celadores y lo cogió mi mujer para defenderse porque le estaban pegando. Estamos hablando de quince tíos...".
Kevin, hijo del responsable de seguridad y futbolista del primer equipo, estaba todavía ayer visiblemente afectado y tras el entrenamiento en La Granja explicaba que "nos cogió de improviso: vino un grupo de ultras supongo que serán y fueron encabezados para el túnel de vestuarios y nos cogieron desprevenidos a todos. No me dio tiempo a ver nada, iban todos a saco a por nosotros y no vi nada. Y los únicos que estuvimos ahí, la familia y los que plantamos cara a esas personas, pero no sé si se les puede llamar personas. No sé qué más decir porque estoy impresionado, con estas personas, entiendo que vengan a animar, que es lo normal en el fútbol, animar y divertirse y dejar la violencia aparte, y que encima nos echen las culpas a nosotros, eso manda huevos...", aludiendo a los interesados comentarios de algunos tratando de responsabilizar de las agresiones a los agredidos.
Con todo esto que ha pasado, "la verdad es que venir aquí es para pensártelo, porque venir para ganarte otra paliza, eso no está pagado. Ánimo ahora mismo no tengo ninguno, la verdad. Es muy fuerte, la verdad", lamentaba Kevin, que pide que de verdad se garantice la seguridad en La Granja: "Yo lo que quiero es que tomen medidas ante esto y hagan todo lo posible, por lo menos que pongan seguridad aquí en los estadios y que no ocurran más cosas de estas, que haya seguridad hasta que termina el partido y se va todo el mundo, no que acabe el partido y se quiten de en medio, eso no puede ser".
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