Iturralde arruina el milagro xerecista

Sibilino La actuación del colegiado fue muy protestada por la grada Regreso Pedro Ríos fue recibido entre aplausos y pitos

Fran Pereira / Jerez

11 de abril 2010 - 05:02

Mayúscula decepción. Con una sensación de impotencia abandonó ayer Chapín la afición azulina. El xerecismo correspondió a la llamada de club, jugadores y técnicos y el estadio registró una de las mejores entradas de la temporada si no tenemos en cuenta la visita de los grandes. El varapalo, unido a la disputa del clásico, hizo que cuando aún faltaban muchos minutos gran parte de los aficionados se marcharan antes de tiempo.

El arbitraje sibilino de Iturralde fue la comidilla posterior al encuentro entre los espectadores que vieron cómo su equipo desaprovechaba una oportunidad de oro para recortar puntos al Málaga, que perdió ante el Sevilla. El vasco fue minando la moral de los locales con faltas constantes y eso encrispó a la afición xerecista, que le despidió con una sonora bronca e incluso con algún que otro pañueño. Por no contentar no contentó ni al propio Getafe, que le recriminó la expulsión de Pedro León.

Y eso que el público se entregó al máximo con el equipo y tiró de él en muchos momentos. Sin embargo, la suerte esta vez no quiso aliarse con los de Gorosito, que rompieron su buena racha de resultados.

La tarde noche tuvo altibajos y tuvo un protagonista principal, Pedro Ríos, que por primera vez se enfrentaba al Xerez en Chapín. El jerezano, que saltó al campo en el minuto76 fue recibido con división de opiniones. La mayor parte del estadio aplaudió el regreso del mediapunta, si bien es verdad que un sector silbó en cuanto entró al terreno de juego.

Tampoco se libró de los pitos el brasileño Renan. En su caso los silbidos fueron muy escasos, pero también los tuvo.

La puntilla la dio Rafa con su gol, fue como el cuento de la Lechera cuando rompe el cántaro, quebrando las ilusiones de la afición local. Ya sólo había una solución, encomendarse a Antoñito. El pensamiento generalizado lo entendieron todos menos Gorosito, que, como de costumbre, dejó al sevillano para el postre y así ya se sabe, nada de nada.

Ya con el partido concluido, un comentario fuera de lugar de Miku encendió los ánimos en los azulinos que a punto estuvieron de llegar a las manos de no ser por la intervención de Juan Esnaider.

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