Poyatos incidirá en la parte mental

En medio del convulso presente que vive el club xerecista aparece la figura de Antonio Poyatos, el hombre tranquilo. Sabe que su etapa en el banquillo será efímera, pero lo va a disfrutar al máximo. Ayer realizó la primera sesión de entrenamiento bajo la lluvia en el Anexo de Chapín y después ofreció una rueda de prensa junto a Miguel Ángel Rondán para hablar como entrenador del Xerez.

Sin experiencia alguna en algo que se parezca al banquillo de un equipo profesional, pero con toda la ilusión del mundo, Poyatos afirma que no hará ninguna revolución el domingo, que es optimista con respecto a lo que puede suceder en La Romareda y no descarta que Míchel vuelva a ser titular. Pero, por encima de todo, quiere destacar que va a incidir en el aspecto mental del equipo para elevar la autoestima de una plantilla muy tocada por las seis derrotas consecutivas que acumula el Xerez.

"En principio cojo el equipo de forma provisional para este partido. El club está buscando un entrenador y cuando venga dejaré el cargo. En el momento que deje el cargo de entrenador volveré a la secretaría técnica", aclaraba de entrada, y decía que "a día de hoy no tenemos noticia" de que pueda abandonar la secretaría técnica por la entrada de personas de confianza de los nuevos propietarios del club.

Preguntado sobre el estado de ánimo de la plantilla tras la salida traumática de Ziganda, comentó que "me la he encontrado afectada porque desde dentro del vestuario había un afecto grande hacia el cuerpo técnico y comprenden que esto es fútbol y que mandan los resultados, pero el afecto estaba ahí".

Se podría esperar que, después de unos resultados tan negativas, la llegada de un nuevo entrenador iba a estar acompañada de una revolución en el once para darle otro aire al equipo, algo que niega Poyatos: "No me planteo una revolución. Sería una locura. Va a haber cambios porque cada uno tiene sus ideas, pero nada más. Va a haber algún cambio obligado en defensa, que estamos en cuadro, pero no va a haber grandes revoluciones".

El técnico hace hincapié en que el equipo necesita avivar su confianza y para ello se pondrá en marcha. Se siente capacitado para realizar una labor de psicólogo que no se le conocía hasta el momento: "Fundamentalmente hay que mejorar el aspecto mental. El equipo está inmerso en una dinámica negativa y hay que salir de ahí cuanto antes. Hay que reforzar el aspecto mental y a partir de ahí saldremos. He vivido en vestuarios con muchos momentos buenos y malos y para mí no es nuevo. Estas movidas ya las he vivido y me siento capacitado".

Poyatos lamenta la marcha de Ziganda y de sus ayudantes porque "por una parte pienso en el cuerpo técnico, por el que tenemos un aprecio grande y con el que tenemos una relación muy buena, aunque no han llegado los resultados", aunque por otro lado reconoce estar "tremendamente ilusionado de que el domingo saquemos un resultado importante porque nos jugamos mucho".

Decididamente, no ve que ocupar ahora este banquillo sea "un marrón. Estamos en una dinámica negativa larga, pero esto del fútbol cambia de la noche al día y si somos capaces de ganar en Zaragoza, todo lo veremos de otro color y nos podremos enganchar. El equipo debe estar convencido, eso sí es fundamental".

Con respecto a su futuro señala que "no me planteo nada, sólo el partido del domingo y conseguir allí una victoria. A la mayoría de los jugadores siempre nos tira más el campo que la oficina, pero ahora no me hago otro planteamiento que el partido del domingo. Experiencia en los banquillos no tengo ninguna. En el mundo del fútbol he estado muchos años en la elite, pero sin experiencia en esto. Cuando te vas sacando los títulos, te obligan a llevar equipos de categorías inferiores, pero me veo capacitado". Dice que no tiene el temor de que esa inexperiencia le pase factura porque "hay entrenadores que lo han hecho así".

¿Jugará Míchel? "No voy a hablar de alineaciones ni de onces titulares. Tengo unos días para decidir y aclarar las dudas que pueda tener".