El cielo debe esperar
El Deportivo no puede con el cuadro de Ferrando, cae tras siete jornadas y pierde su primer partido fuera de casa de la segunda vuelta. La reacción tras el 2-0 no fue suficiente
Fin a la buena racha. El Xerez no ofreció su mejor versión en el NouEstadi frente al Nástic y se dejó en el camino tres puntos en su lucha hacia el ascenso a Primera. El cuadro de Vigo nunca estuvo metido en el partido en la primera mitad y los de César Ferrando, que le pusieron un poco más de empeño, le ganaron a base de puntería.
Víctor Casadesús, en dos ocasiones, acabó con las ilusiones azulinas de acortar al máximo el escaso trecho que les resta para alcanzar el cielo. Bermejo, como casi siempre en las últimas jornadas, acortó distancias, pero ese tanto sólo valió a su equipo para reaccionar y para tener más presencia ofensiva pero no para al menos igualar el resultado.
De todos modos, los números del Xerez asustaban y estaba claro que tarde o temprano esa racha se iba a terminar, y lo hizo ante uno de sus verdugos de la primera vuelta. Siempre hay un equipo a lo largo de la temporada que te la monta y esta vez le ha tocado al cuadro catalán.
Los azulinos han dejado el listón muy alto en lo que a estadísticas se refiere y dejan en un impecable expediente siete triunfos seguidos, varios récords batidos en cuanto a goles y en cuanto a jornadas sin perder fuera de casa. Hay que remontarse muy atrás para encontrar un revés lejos de Chapín, concretamente a la primera vuelta. El Deportivo mordió el polvo fuera por última vez en el mes de octubre en La Romareda ante el Zaragoza, ahí es nada.
El encuentro tuvo un arranque que prometía, pero a medida que fueron pasando los minutos, la intensidad bajó y el juego entró en una dinámica un tanto cansina, de la que ponen de los nervios a los entrenadores. Aún así, ambos conjuntos dispusieron de un par de buenas acciones para haber roto las tablas.
Rubén Pérez detuvo un lanzamiento de Bergantiños al filo del cuarto de hora tras un saque de esquina lanzada por Abel y José Mari, sólo un minuto después, se encontró con un balón suelto en la frontal del área al que no llegó de puro milagro.
A los veinte minutos fue Abel el que no se lo pensó dos veces desde fuera del área y puso a prueba al meta grana, que desvió con apuros su lanzamiento. CarlosCalvo también lo intentó en el minuto 25, pero otra vez estuvo ahí Rubén.
De ahí al final del primer tiempo, sólo destacar el gol de cabeza de Víctor Casadesús a un minuto del descanso, que dejó fríos a unos xerecistas más despistados de lo habitual.
Con el 1-0, la segunda parte fue totalmente distinta a la primera. El Nástic no tardó en hacer el 2-0 tras un penalti de Aythami sobre José Mari, que se tiró de forma hábil nada más notar el contacto del central canario. Víctor volvió a anotar para los suyos. Chema, antes de esa acción, también se había lucido ante Jordi Alba evitando otro tanto cantado.
Los azulinos, muy poco acostumbrados a perder esta temporada, se rebelaron. Apretaron el acelerador y acortaron distancias con un gol de Bermejo, tras un lanzamiento de falta de Abel, muy pronto.
Con el 2-1, Ontanaya López se convirtió en el centro de las críticas de l parroquia local, que le solicitó dos penaltis consecutivos, uno sobre Redondo y otro sobre Jordi Alba. El trencilla no se dejó influenciar por la presión ambiental, que tampoco era demasiada porque había poco público, y siguió a lo suyo.
A base de impulsos, el Xerez se fue haciendo dueño del encuentro e hizo pasar por algunos apuros a la defensa del Nástic, pero los catalanes no se amilanaron y si no llega a ser por Chema, hubiesen logrado el 3-1. El meta azulino tuvo que emplearse a fondo a los 73 minutos para despejar de forma muy acertada un remate de cabeza abajo y con mucha intención de Jordi Alba.
Esteban, que había movido banquillo nada más encajar el 2-0 apostando por Míchel en lugar de un Viqueira demasiado cansado y muy afectado por el calor, sacó del campo a Carlos Calvo para dar entrada a Asier y casi al final se acordó de Antoñito, al que prácticamente no le dio tiempo de nada. Bueno, sí tuvo tiempo de medio fabricarse una jugada que no terminó en gol en el último minuto del partido de puro milagro. El balón que el sevillano se curró dentro del área se lo pasó a Momo y al canario se le marchó por poquito su disparo cruzado.
Hubiese sido el 2-2 en el último suspiro, un resultado que hubiese sido más que válido tal y como se desarrolló un partido en el que los tres jugadores más ofensivos del Nástic, José Mari, Jordi Alba y Víctor Casadesús dieron más de un quebradero de cabeza a un equipo y a una zaga que no estuvieron al mismo nivel de anteriores jornadas.
Claro, que hasta el mejor escribiente tiene un bórrón y mucho más después de tantos aciertos seguidos. Ahora sólo queda preparar el partido del Éibar y ganarlo para finiquitar cuanto antes un ascenso que va a llegar pero como el Xerez todo lo logra sufriendo...
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