La diáspora jerezana se hace respetar

Unos 4.000 xerecistas pusieron el sonido y el color a las gradas del Bernabéu

Fran Pereira / Madrid / Enviado Especial

21 de septiembre 2009 - 05:02

La clásica diáspora madrileña, esa que congrega a los numerosos jerezanos residentes en Madrid cuando se acercan las fechas navideñas, se adelantó unos meses este año. Fue una diáspora especial, diferente, pero en la capital de España se congregaron unos 4.000 jerezanos (los residentes y los desplazados desde la ciudad en coche, autobús, avión o tren) para ver por primera vez a su equipo en el Santiago Bernabéu.

La afición xerecista inundó las calles colindantes al estadio. No había un bar o una plaza contigua al campo de Concha Espina donde no se oyeran los gritos de una parroquia azulina ilusionada. "Yo es que no me lo creo", decían algunos mientras miraban atónitos la grandiosa estampa del campo.

Poco a poco y conforme se acercaba la hora del partido, los seguidores azulinos fueron poniendo la nota de color a la tarde. Los habituales cánticos se multiplicaron cuando el equipo hizo acto de presencia por la esquina del Santiago Bernabéu. Allí, unos dos mil seguidores xerecistas esperaban a los suyos para darles el aliento final antes del gran partido. La imagen y sobre todo el sonido levantó los vellos a muchos aficionados allí presentes. No era para menos. El Xerez Deportivo acudía por primera vez a un escenario impensable para muchos de los aficionados desplazados hace unos meses.

El tercer y cuarto anfiteatro del fondo norte del estadio pronto se pobló de los colores azul y blanco, de banderas y de bufandas con el escudo del Xerez. Entre algunas pancartas se podía leer los originales lemas como 'Vosotros tenéis a Benzema y nosotros no tenemos dinero 'pa ná' o 'por Jerez y el vino gan amos a Florentino'.

El éxtasis previo sucedió cuando nada más saltar ambos equipos al terreno de juego, los altavoces del estadio retumbaron con la voz de un jerezano, José Mercé, quien entonó el himno madridista en el que parte de su letra, esa que dice "veteranos y noveles miran siempre sus laureles…" vino al dedillo al encuentro. Era un guiño al Deportivo y a su afición, encantada con el ambiente de este duelo histórico.

El gol inicial del Real Madrid dejó sin palabras a la parroquia xerecista, que apenas había tenido tiempo de saborear 48 segundos de su equipo en el Bernabéu. No obstante, la 'marea azulina' volvió a dar otra imagen señorial, animando a su equipo y callando en más de una fase del duelo al mismísimo madridismo.

A lo largo del encuentro, entre cánticos constantes, los aficionados llegaron a soñar con la proeza, pues su Xerez estaba cuajando un encuentro muy completo. Hasta el clásico olé cada vez que los azulinos tocaban el balón llegó a oírse en Chamartín.

Al final el resultado, y la ristra de goles que fueron cayendo al Deportivo en el último tramo sirvieron para enmascarar un resultado que no correspondió con lo visto en el Bernabéu. La afición supo reconocer el esfuerzo a los suyos y se marcharon orgullosos de Madrid. Cantando y bailando, porque era un día para disfrutar, como así fue. Ahora, sólo falta el primer gol y la primera victoria, cuestión de tiempo.

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