Si no se produce un giro inesperado, en la mañana de hoy se debe finiquitar la desvinculación de Monterrubio, Rondán, Poyatos y Moreno. Se trata de una previsión que no suena a nueva, pero por los acontecimientos vividos en las últimas horas cabe esperar que sea, por fin, el final de una situación que tiene bloqueado al club en el apartado deportivo, que es el que preocupa a los aficionados en mayor medida.
En la tarde de ayer estaba previsto que se enviara por correo a todos los interesados un documento elaborado por Andrés Hernández, abogado del club que terminó apareciendo tras su extraño comportamiento en la tarde del martes, y que contaba con el visto bueno de Javier Tebas, abogado del concurso. En el mismo se trataba la cuantificación de las vacaciones y de las primas de los trabajadores, un último trámite que a última hora de ayer contaba con el visto bueno del abogado de los cuatro implicados. Todas las partes deben reunirse en la mañana de hoy y firmar un escrito con el que se debe dar por finalizado el culebrón.
Es la visión optimista de un caso que ha desesperado tanto a los afectados como a los administradores, aficionados y medios de comunicación. Dando un voto de confianza a todos los que están trabajando en el caso se puede esperar que la solución sea una cuestión de horas para que, de una vez, se dé luz verde a una nueva etapa en el club después de muchos días de espera.
De ser así, el nombramiento de Emilio Viqueira como director deportivo será inminente y, así, se daría el pistoletazo de salida a la preparación de la próxima temporada, ya que hasta el momento sólo se han hecho algunos movimientos para adelantar trabajo. Hasta que a las once y media de la mañana del martes no se llegó a un definitivo acuerdo económico con los trabajadores a los que se les extinguirá sus contratos, la situación no quedó realmente desbloqueada.
Han sido muchos días en los que han tomado protagonismo los matices jurídicos y las formas para dar por cerrado el caso, pero el tema económico ha estado coleando hasta esta misma semana y por eso todo se ha ido postergando más de lo que todas partes habrían querido. Era inevitable pensar en que había oscuras intenciones por parte de algunas de las partes implicadas para ralentizarlo todo, pero realmente ha sido un problema económico y, en las últimas horas, una cuestión de adecuar los documentos a las obligaciones que conlleva una sociedad que está sometida a la Ley Concursal. Ahora lo que hace falta es que, realmente, hoy pase a la historia un caso interminable.
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