Cuando esperar vale la pena

Ubicar el problema de este Xerez es algo así como descifrar el secreto de la Coca-Cola, pero está claro que uno de los aspectos que estaba fallando en la presente campaña era el centro del campo. Desde la marcha de Viqueira el equipo adolece de la falta de un futbolista con jerarquía para la circulación del balón, aunque cuenta con muy buenos escuderos.

Ayer volvía Keita a jugar después de muchos meses y en el primer periodo le dio al equipo la solidez que necesitaba. Formó una pareja interesante con Bruno Herrero porque se fueron alternando con acierto y había ocasiones en las que el africano guardaba la espalda del jerezano para que éste se incorporara buscando la sorpresa desde atrás y otras veces era al contrario, lo que suponía algo novedoso con respecto a partidos anteriores, en los que todo era muy previsible.

Y se ve que el xerecismo está con el malí porque desde su primera intervención, que fue un pase horrendo, fue aplaudido. Se sabe que aún está lejos de su mejor forma porque no hace mucho que tenía bastantes kilos de más, pero ha apostado por volver a sentirse útil en el Xerez y la espera parece haber merecido la pena. No se sabe si también gozaría de la comprensión del público de haber nacido en Guadalcacín, por ejemplo, en lugar de hacerlo en la lejana Bamako, pero es un hecho que a los de fuera siempre se les consiente más.

Por lo visto hasta el momento, puede dotar al equipo de equilibrio, ese factor que aportan los medios centro que son capaces de abarcar mucho campo y de cerrar las líneas al rival cuando está armando su juego. No es necesario que Keita tenga la visión de juego de Xavi para ser un jugador importante y si el físico se lo permite, puede tener una camiseta de titular durante mucho tiempo por los intangibles que aporta, más allá de sus cortes y de su ayuda en el juego aéreo.

También se está reivindicando Héctor Yuste, un futbolista que estaba llamado a ser un habitual en Primera, pero que se acostumbrado a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado en los últimos años. Le pasó en el descenso del Salamanca y también la pasada temporada en el Cádiz, pero siempre se ha hablado de él que estaba por encima del nivel de su equipo y ahora, en un gallito de la categoría, lo tiene que demostrar.

No es un fuera de serie cuando el balón está en su poder, pero tiene oficio y categoría para ser el timón de un equipo del que se espera mucho y que, según lo visto en Chapín, tiene el ascenso tan lejos como el propio Xerez.

En la segunda parte se agrandó la figura del jugador del Racing y se fue difuminando la del azulino, que terminó siendo sustituido cuando todavía quedaban 20 minutos para el final. El partido se había roto y los jugadores del centro del campo no aparecían tanto, pero Yuste tuvo la oportunidad de demostrar su poderío en alguna acción. Lo mejor, que se vio a un buen Keita y a un recuperado Bruno. Dos buenas noticias.