¡Hasta siempre Mago y gracias!

A Emilio Viqueira sólo le han dejado estar al frente de la dirección deportiva del Xerez dos temporadas, las dos con más problemas de los últimos tiempos. Años en los que ha intentado reconstruir un equipo que se quedó huérfano tras el descenso de Primera. Soñó con un Deportivo con el mismo estilo de juego que él reivindicaba como futbolista para que reconquistase el corazón del xerecismo. La pelota dictó sentencia y no pudo ser...

Ayer puso fin a una etapa no impecable pero sí notable si se tienen en cuenta las circunstancias y los medios con los que contó. Directo en todo momento, se fue tirando con bala pero perdonando la vida a quienes a él no se la han perdonado. “Soy como la Esteban, valgo más por lo que callo que por lo que hablo”, dijo irónico. No sólo el Xerez -ningún integrante del consejo apareció- está en deuda con él, también el xerecismo, xerecismo que nunca le ha dejado de apoyar.

De todos modos, tampoco le hacia falta estar acompañado por ningún representante ‘oficial’, lo estuvo por la gente que de verdad él quería que estuviese: Eva, su mujer, sus amigos y todos sus compañeros de fatigas. Igual le hubiese resultado hasta violento sentirse respaldado por alguien que seguramente nada más finalizar la rueda de prensa le iba a dar una puñalada trapera.

Da pena porque este club se ha despersonalizado tanto que ya nada será lo mismo. Definitivamente, ha perdido sus valores -lo de no asistir al funeral por Miki Roqué también es de traca-. Y, aunque todas las historias tienen un final y ninguna se alarga en el tiempo de forma infinita, ésta podía haber terminado de otra forma. Eso sí, seguro que ‘El Mago’ tarde o temprano vuelve -ya lo hizo en su etapa de jugador para celebrar el ascenso- para terminar lo que empezó. Ojalá entonces este club ya sea el de siempre y no cuente en sus ‘filas’ con personajes que juegan a dos bandas y que no sienten los colores... Hasta siempre Emilio. Gracias por habernos hecho disfrutar con tu fútbol. Suerte.