Entre la sorpresa y el deseo
Mientras que Mario Bermejo admite que no se esperaba que la destitución llegara en un momento como el actual, Míchel espera que su concurso no haya sido el detonante para el cese de Ziganda
La plantilla del Xerez ha asimilado la destitución de Ziganda con la normalidad que ofrece el fútbol cuando un equipo va el último clasificado y las cosas no funcionan. Pero hay casos concretos en los que determinados jugadores hablan de sorpresa por el momento elegido para el despido del navarro o, como en el caso de Míchel, una circunstancia que merece un comentario aparte por la incidencia que puede haber tenido en la decisión tomada por los rectores del club.
El delantero madrileño está en el centro de los rumores porque son muchos los que consideran que la salida de Ziganda en este momento responde a un ataque de celos por parte de los que dijeron en su momento que el delantero era transferible y que no aceptan que fuera alineado el pasado domingo contra el Valencia.
El futbolista espera que eso no haya tenido nada que ver con la marcha del pamplonica: "Espero que no haya sido porque sería muy fuerte. Desde el pasado verano, cuando no pude salir a otro equipo, quedó muy claro que yo era un jugador más de la plantilla y que dispondría de las mismas posibilidades que mis compañeros. Es cierto que el entrenador no ha contado conmigo hasta esta semana, pero no me puedo creer que el darme minutos haya sido el detonante para que hayan decidido cesarlo".
Míchel añade que "nunca he sido partidario de despedir a un entrenador durante la temporada porque, en la mayoría de los casos, no sirve para nada. El club sabrá lo que tiene que hacer y no me meto en su decisión. Ahora lo que hay que hacer es desearle mucha suerte a Poyatos o al entrenador que llegue. De la etapa de Ziganda me quedo con muchas cosas positivas porque ha sido una persona íntegra en todo momento y que siempre fue de cara"
También guarda un grato recuerdo de Ziganda Mario Bermejo, precisamente el delantero damnificado el pasado fin de semana por la inesperada irrupción de Míchel. El cántabro admite que no se esperaba la decisión tomada por el club. "Realmente me ha sorprendido. Yo me esperaba que esto pudiera pasar hace seis o siete semanas, pero el club ha creído conveniente hacerlo ahora y no soy nadie para cuestionarlo. Sí digo que igual de responsable es el entrenador que los jugadores o quizá nosotros lo seamos más porque somos los que fallamos los goles o los que los recibimos, pero sabemos que esto siempre sucede la misma forma".
Bermejo comenta que "no sé con qué intención lo han hecho ni me preocupa. Es verdad que el equipo ahora tiene menos opciones que hace dos meses de mantener la categoría porque han pasado partidos y no hemos puntuado, pero nosotros vamos a darlo todo hasta el final. Seguimos pensando en que nos podemos salvar y vamos a pelearlo".
En opinión del delantero del Xerez, "las destituciones de los entrenadores siempre son injustas, pero forman parte del fútbol y hay que aceptarlas. De Ziganda hay que destacar la honradez y la profesionalidad que ha demostrado en todo momento. Él se puede haber equivocado, pero los jugadores no hemos dado la talla".
Bastante más discretos en sus manifestaciones son Antoñito y Mendoza. El delantero comenta que "cuando los resultados no acompañan siempre pasa esto. Cuando un equipo tiene siete puntos en 17 partidos, el fútbol suele reaccionar de esta forma. Yo le deseo toda la suerte del mundo porque por encima de todo está la persona y ha demostrado ser un buen tío". El lateral, por su parte, señala que "no sólo Ziganda tiene la culpa de lo que está pasando, pero lo más habitual es que el entrenador pague por los resultados aunque los jugadores seamos los que estamos en el campo. A ver si ahora nos cambia la suerte".
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