Entre la gloria y el infierno

César Corrales ha vivido la cara con el ascenso y la cruz con su grave lesión en una campaña que "jamás olvidaré, nunca había disfrutado tanto ni había sido tan feliz en un campo de fútbol"

César celebra el gol que le hizo al Bornense y que suponía el 3-2.
César celebra el gol que le hizo al Bornense y que suponía el 3-2.
M. Romero Jerez

03 de mayo 2014 - 05:02

César Corrales llegó el pasado verano al Xerez Deportivo FC para formar parte del incipiente proyecto con la ilusión de un principiante pese a su experiencia tanto en Tercera como en Primera Andaluza. Desde la primera toma de contacto con los directivos y los técnicos tuvo claro que su futuro sería azulino. Ahora, con los objetivos conseguidos y la temporada en su recta final, hace balance y se muestra orgulloso de defender la camiseta del XDFC.

Eso sí la campaña no ha sido un camino de rosas para él, más bien todo lo contrario. No tardó en convertirse en un pilar importante para Carlos Orúe pero una grave lesión en el ligamento interno de su tobillo le condujo al infierno. Tuvo que parar cuando mejor se encontraba a todos los niveles y cuando incluso equipos de superior categoría le seguían. Ahí comenzó su calvario, un calvario que aún no ha superado del todo porque sigue con problemas.

El zurdo lo sobrelleva lo mejor que puede, se cuida al máximo pero no puede ocultar su decepción por "no haber podido jugar todo lo que me hubiese gustado. Esto es un sueño para mí. Tengo experiencia, he pasado por muchos equipos pero nunca he vivido ni sentido nada parecido a esto. Es increíble lo que estamos viviendo y disfrutando. Lo máximo para un futbolista es jugar en el club de su ciudad, en Chapín y con miles de personas cada fin de semana en la grada. Nunca había sido tan feliz ni había disfrutado tanto en un campo de fútbol".

Pero también está la cara amarga: "Lo he pasado muy mal. La lesión fue muy grave y te recuperas pero no te recuperas del todo, nada ha sido igual desde entonces. Los médicos me comentaron que los problemas de ligamentos los superaría pero que el edema óseo que me salió en el tobillo por forzar era cuestión de tiempo, de años. Volví a jugar pero en cuanto fuerzo un poco, el tobillo se me inflama, hay movimientos que aún no puedo hacer y, por protegerme esa zona, he tenido otras lesiones. Empecé por el sóleo, luego el gemelo, los isquios y terminé con el aductor y ahí tuve que volver a parar... He disfrutado mucho pero también he sufrido mucho. Yo quería jugar, el míster me preguntaba, veía a mis compañeros disfrutar y yo también quería participar pero no podía. Ahora, poco a poco, voy mejorando, no quiero forzar demasiado y sólo pienso en estar a tope para la próxima pretemporada".

Echa la vista atrás y sus mejores recuerdos de este año "inolvidable son los del principio, cuando recibí con mucha ilusión las llamadas para firmar, el ascenso y el día que le ganamos al Bornense en Chapín en el descuento".

César recuerda que "si estoy aquí es 50 % por el interés de Paco Ramírez y de Carlos y el otro 50 % por el interés de Pedro Ruiz. Les estoy muy agradecido, para mí ha sido muy importante tener el privilegio de pertenecer a la primera plantilla de este club, de poder pertenecer a este vestuario. He estado en muchos y es de los mejores que recuerdo, somos una familia y tenemos nuestros jefes, ahí los que mandan son Dani Pendín, Edu Villegas, Romerito y Bajic, como debe de ser. Los galones son los galones y, además, siempre están dispuestos a ayudarte, a darte consejos y a enseñarte".

Sobre el césped, ha disfrutado lo que le ha permitido su tobillo y nunca olvidará "el partido ante el Bornense. Juan Pedro planteó un encuentro perfecto, hizo las cosas muy bien y nos costó la misma vida ganarles. Recuerdo que después del partido teníamos una comida y queríamos ganar. Me dio mucha alegría marcar el gol del triunfo al final".

El ascenso, lógicamente, no lo olvida. "Son sensaciones increíbles. Lo mismo hay gente que no lo entiende, pero ese ascenso no lo vivimos como si fuese de Segunda a Primera Provincial, fue especial. Ocho mil personas en las grada, mucha gente pendiente de nosotros. La responsabilidad es grande porque es un club de los socios y para los socios, ahí creo que está el secreto del éxito y el motivo por el que nos sigue tanta gente. Cuando te sigue tanta gente, tienes obligaciones y no son las de un equipo normal, no. Hay que dar lo máximo y no vale sólo ganar. Hay que ganar, mostrar buen juego, compromiso, entrega...".

"Creo que en ese sentido la afición no puede tener quejas, aunque no hayamos ganado todos los partidos. El míster insiste mucho en ese aspecto. La forma de trabajar del cuerpo técnico es la de un equipo profesional, yo he aprendido muchísimo. Espero que el futuro nos depare en las próximas temporadas muchísimas más alegrías. Jerez, que es una ciudad importante, y su afición lo merecen todo", concluye César.

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