Jerez

Escuela de capitanes

  • El pintor sanluqueño Paco Pérez Valencia crea La Universidad Emocional, en la que empresas y entidades como una bodega del Marco o la CEC, mejoran su gestión a través de las emociones y del arte

"Se busca directivo que traiga la felicidad a esta empresa". En una ocasión, el rotativo The Times publicó este anuncio de trabajo. ¿Es una broma? Para el pintor Paco Pérez Valencia no. En un viaje a la Escuela de Arte de Chicago, hace dos años, el autor sanluqueño fue testigo de cómo los ejecutivos americanos iban a fichar a creadores jóvenes para empresas de tecnología. Esto le llamó mucho la atención, ¿qué hace una empresa de este tipo contratando a una pintora abstracta? Estas personas eran demandadas, no para decorar la oficina, sino para generar miras transversales en los equipos de trabajo. Ofrecer otras visiones, para ver la vida y sentirla de otro modo.

"Y es que el proceso creativo de todo artista es maravilloso y si se pudiera crear desde una posición metodológica, pensé, si esto pudiéramos llevarlo al mundo de la empresa, de las organizaciones, asociaciones, de los grupos humanos, es muy posible que el mundo se pudiera valorar de otro modo", cuenta Valencia.

De esta forma nació en febrero de 2010 La Universidad Emocional (LaUE), creada por seis socios, "un grupo cómplice", ubicada en Cartuja 93 (Sevilla). "Al principio -relata- me sentía extraño en este emplazamiento, como un torero en la Nasa, en este mundo tan tecnológico, yo que vengo del arte... Me di cuenta del potencial que tenía este espacio porque allí trabajan personas brillantes, con compromisos empresariales interesantes y donde cierta humanidad, factores positivos y el contagio emocional podían ser interesantísimo para aplicar a la empresa".

Muchas empresas se interesaron por La Universidad, "y comenzamos a aplicar el programa 'El arte de dirigir', para trabajar con equipos con liderazgo y ganas de sacar lo más brillante de las personas. El resultado fue maravilloso y esto generó que otras entidades fueran fijándose en nuestro trabajo", comenta Paco, que es además el presidente y consejero-delegado de LaUE.

La Universidad no cuenta con un catálogo de servicios estándares, ya que trabaja a la medida de los 'estudiantes', va al epicentro de las personas, directa a la emoción. "¿Se puede rentar más cuando las emociones se dominan para ser más felices? Sin duda. Las empresas se están dando ya cuenta de ello. Ésta es la gran diferencia con respecto a las teorías de la Inteligencia Emocional exportadas de EEUU en los 90, que decían que si se conocían las emociones se podía recuperar un ritmo de trabajo más excelente. Pero ahora, además de todo eso, es si esas emociones son positivas. La gente prefiere trabajar en entornos cómodos, cuando se siente motivada, valorada. Ya no es cuestión de dinero. Se demanda felicidad", subraya Paco Pérez Valencia, que tiene más de 15 años de experiencia en la docencia en posgrados con la Politécnica de Cataluña.

"La Universidad Emocional es un proyecto que nace de querer recordarme que esta vida se puede cambiar. Soy soñador, con vocación de compromiso y creo en el poder redentor del arte. Por ello, contamos con personas del campo de las Humanidades y de la creación en general (pintores, coreógrafos, ingenieros, arquitectos, músicos...), que nos ayuden a cambiar el mundo. Dependiendo del programa que vayamos a aplicar, contratamos a personas específicas. Hay que recordar que ya Sony en los 50 contrató a un director general que era director de orquesta. Toda una osadía que ahora no nos debe sorprender".

A este respecto, se están aplicando tres elementos estructurales para el desarrollo de la empresa. El primero es la 'Consultoría y Auditoría Creativa', una asesoría para la innovación empresarial desde el arte. "Dar a los viejos problemas de siempre, como la crisis actual, soluciones distintas. Para empresas que quieren pensar diferente y que son conscientes de que esa diferenciación sólo puede llegarles desde la innovación y desde un planteamiento creativo de todos sus procesos y servicios".

El segundo elemento es 'El arte de Dirigir'. Formación para directivos y mandos intermedios en procesos creativos, habilidades emocionales y liderazgo, utilizando para ello nuevamente metodologías, recursos, experiencias y profesionales procedentes del mundo de la creación artística y la innovación cultural.

La tercera es 'I+A+i: Proyectos de Investigación, Arte e Innovación'. Proyectos dirigidos a su aplicación en la actividad productiva, en campos tan diversos como la experimentación cromática y su influencia sobre los estados de ánimo en el ámbito de la salud o la defensa; la transformación del concepto expositivo y su adaptación a las expectativas e intereses de los jóvenes; la intervención urbana para el desarrollo de ciudades más creativas e inteligentes; o la difusión de la cultura a través de la telefonía móvil y 'Centros de Arte Portátil', especialmente para la población más desfavorecida.

"Cuando hablamos de emociones a las personas, la gente se nos queda un poco a cuadros. Es un tema tan voluble e incluso incómodo... Todos necesitamos tocar, pensar que el terreno en el que nos movemos lo tenemos controlado, y las emociones parece que son algo más privado y difícil de compartir. Pero realmente, todo se mueve por las emociones, hasta en las grandes multinacionales, la política, la economía. Ésta última la mueven las palabras, no los números. Y de esta crisis en la que estamos metidos saldremos con las palabras. No es cuestión de estadísticas, sino de posiciones enfrentadas", asegura Paco. Recuerda el precursor que una de las "cosas más bonitas de este trabajo es pedirle a los ejecutivos que saquen al niño que llevan dentro, para quitarles el temor a equivocarse, a fracasar.... Hay que saber fracasar, hay que estimularlo como un bálsamo para la innovación".

LaUE, nombre comercial del Instituto Internacional de Investigación de Estudios Técnicos y Emocionales, tiene vínculos y convenios con las universidades Rey Juan Carlos de Madrid, de Sevilla y de Huelva. Por ella ya han pasado 'estudiantes' como Cabimer (Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa), el Centro Cultural de España en San José de Costa Rica, el Centro de Formación Permanente de la Universidad de Sevilla, el EDP Renováveis (Empresa líder mundial en el sector de las energías renovables), la Escuela de Salud Pública de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, el Instituto de Estudios Cajasol, Microsoft Advertising, el Parque Científico y Tecnológico Cartuja 93 y el Parque Científico y Tecnológico de Huelva, el Servicio Andaluz de Salud (SAS), Steady Ready Move... Y Cádiz también está inmersa en esta iniciativa. De hecho, hay una línea de trabajo abierta con la Confederación de Empresarios de la provincia (CEC), una entidad que además "estimula el ámbito de lo artístico". Asimismo, la bodega del Marco de Jerez Luis Pérez, es cliente de LaUE, "con la que tenemos un trabajo permanente en la elaboración de catas de vinos emocionales para directivos, ejecutivos, para abrir sus vías emocionales. El vino como instrumento de trabajo para las emociones".

Entre las actividades previstas ahora están 'El Vivero Creativo', para crear una fábrica creativa constante en las empresas; el 'Laboratorio de Talentos', pensado para jóvenes del último curso de Bachillerato o del primero de la Universidad, "para enseñar lo que no se enseña en toda nuestra formación académica: trabajo en equipo, comunicación afectiva, recursos de capacidad imaginativa, tomar iniciativas, hacerse las preguntas, darse respuestas... No es sólo acumular información". El tercer programa es 'El Valor de la Experiencia', aplicado a los jubilados, "que parece que por ese adjetivo social ya no valen. Al contrario, tienen mucho que decir. Tienen un poso intelectual que no puede quedar en el limbo". También están los programa de 'La Microexposición', para móviles, y llevar la cultura expositiva adonde no llega la oficial, como a barriadas marginales, pueblos... O el' Centro de Arte Portátil', comentado ya, para meter en una furgoneta las excelencias artísticas hasta estos espacios, y contar estas historias de otro modo, "que un museo no es capaz por ser un centro pasivo, estático".

A Paco le ilusiona levantarse cada mañana "y ver qué regalo me trae el día. Me temo que esta expectación es contagiosa y que los socios ya creen que se han embarcado en una aventura estimulante. No es cuestión de dinero, nuestros pilares fundacionales son de sostenibilidad, justicia, de conceptos humanistas...". Este pintor, exdirector de la colección de arte de una institución financiera, de la que se marchó "porque no era feliz", decidió embarcarse en LaUE porque era "su sueño", su emoción. Es un tipo que ama el mar y que ha elegido ser el capitán de su destino. Asegura que no se ha equivocado. Ese entusiasmo es el que ahora quiere transmitir a sus clientes, o 'estudiantes', de esta Universidad, para que nunca deje de jugar el niño que todos llevamos dentro, para llegar a ser ese ejecutivo que contagia felicidad, allá donde lleva su maletín.

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