A la vuelta de la esquina

El intermitente

Los intermitentes sirven para comunicarse con otros conductores y enviarles mensajes de nuestros próximos movimientos. Es una palanquita existente en los coches a la izquierda del volante. Algunos conductores lo encienden cuando ya han iniciado el viraje a derecha o a izquierda; o cuando se han colocado ya delante de tu coche, o no lo utilizan. En las rotondas es asombrosa la falta de uso de ese medio de comunicación inter-vehículos.

Creo que en las autoescuelas enseñan muy bien la utilidad de esa palanquita, pero pronto a algunos se les olvida, provocando accidentes. Hay acciones, no permitidas, que lesionan el bien común.

De forma intermitente se avisa desde ciertos columnistas la proximidad de una movilización social iniciada por los sindicatos de clase. Adjetivos descalificativos como: antiguallas, antidemocráticos, con escasa afiliación, obsoletos, ineficientes e ineficaces, que no representan a todos los trabajadores, de ser instrumentos partidistas... Esto siempre ocurre cuando hay grandes movilizaciones sociales: los interesados se cruzan a otros carriles y entorpecen el recorrido sindical.

Los sindicatos autodenominados de clase, son columna del Estado democrático, al igual que la CEOE y Cepyme: que no necesitan hacer huelgas. El poder político les facilita sus reivindicaciones. Porque no se debe olvidar que sindicatos siempre ha habido: con Franco, con Hitler, con Stalin, con Pinochet. Pero eran sindicatos oficiales, controlados por el poder político y represivo. Los sindicatos de clase son respuesta a una situación injusta de los trabajadores, haya democracia o no la haya.

La hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, que hizo lo correcto, emitió un comunicado sobre la mofa de la procesión del SIP reclamando el pago de los salarios. Es una señal débil, pero al menos una señal indicadora. Trabajar y no cobrar es indignante, y muy duro para el sostén familiar. Si se trabaja hay que cobrar. Todos: Ayuntamiento, Acasa, Limasa... Pero no todo es válido. El fin no justifica los medios del SIP.

Ante las señales intermitentes de ciertos políticos, me pregunté: ¿Qué accidente se hubiera producido si esa procesión la hubieran montado los sindicatos de clase? ¿Hubiera sido solamente la hermandad de San Miguel? Estoy seguro que no. Se hubiera encendido una luz roja por los comentaristas y asociaciones. La Unión de Hermandades hubiera intervenido. Se recordaría la quema de iglesias, se hubiera puesto denuncia ante el juzgado por burla a la religión católica. Hubiera sido la línea roja de no traspaso. Pero no ha sido así, y mejor que no haya sido así. Espero que este tipo de acción no se les ocurra a los sindicatos de clase. Hay sectores que tienen en su punto de mira a los sindicatos CCOO y UGT. Que a veces también se equivocan. Como todo el mundo.

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