Un estudio sobre patología traumática en víctimas de accidente de tráfico en Andalucía depara algunas sorpresas en lo referente al esguince cervical, en el que el informe hace especial hincapié, teniendo en cuenta que un 80% de los lesionados presenta algún síntoma cervical. No obstante, más de dos tercios de los que afirman tener lesiones en el cuello no presentan ningún otro tipo de lesiones no cervicales, lo que según los investigadores, médicamente hablando, es casi imposible. “La lógica médica indica que las personas que hayan sufrido un traumatismo cervical con repercusiones necesariamente habrá de presentar otras lesiones salvo que estén simulando dicho padecimiento cervical”. El estudio, cuyos autores son los doctores José Rodríguez Carrión y Francisco José Estrade Jurado y que será publicado por la Universidad Internacional de Andalucía, viene precedido por otro realizado hace dos años con los mismos objetivos pero circunscrito a  la provincia de Cádiz. Los resultados de uno y otro no difieren de forma significativa. Ayer los autores de ambos informes se negaron a utilizar la palabra fraude para referirse a esta proliferación de lesiones cervicales, pero no dudaron en respaldar en sus conclusiones lo que muchos han llamado el ‘cuponazo cervical’ por las indemnizaciones que se obtienen de los seguros.

 Alimenta también esta conclusión el hecho de que, sorprendentemente, las personas que presentaron lesiones cervicales más leves precisaron de más días impeditivos, más días no impeditivos así como más sesiones de rehabilitación. La explicación, según el doctor Estrade, puede estar en que los síntomas leves de las lesiones cervicales (dolores, mareos) son difícilmente objetivables, al no presentar signos físicos, mientras que sí lo son médicamente las lesiones más graves.  A modo de ejemplo,  Estrade señaló que en lesiones leves el médico se ve obligado a prolongar la baja si el paciente, supongamos dedicado profesionalmente a la conducción, relata que sigue teniendo dolores o sufriendo vértigos. Sin ánimo de generalizar la picaresca, Carrión matizó que también se dan situaciones en las que una leve colisión puede generar  unas secuelas mayores que las que cabría esperar si el accidentado sufría ya, por ejemplo, una artrosis cervical. “Lo que ocurre es que esas cosas no se contemplan en los baremos”.

El estudio se basa en la información suministrada por una empresa de valoración médica acerca de un total de 2.346 fichas médicas correspondientes a otros tantos accidentes de tráfico ocurridos en 2011 en Andalucía, de las que 1.337 corresponden a Andalucía Occidental y 1.009 a Andalucía Oriental. Se decidió diferenciar ambas zonas porque estudios  anteriores  sobre otras materias ya habían evidenciado algunas diferencias.

Además de la específica dedicación en el informe al esguince cervical, otra de las características que los autores destacan es que apenas se aprecian diferencias en función del sexo del accidentado, es decir, sufren accidentes de tráfico hombres y mujeres prácticamente en la misma proporción y la edad media del accidentado está en los 34,7 años.

Más curioso es el hecho de que uno de cada cuatro accidentados se dediquen profesionalmente a actividades manuales, a los que siguen las personas que se encuentran en situación de desempleo (un 21,8%), estudiantes (14,5%), amas de casa (12,9%), profesiones liberales (6,9%), administrativos o dependientes de empresas (6,3%), pensionistas (6,1%) y por último, los funcionarios, que apenas suponen un 5,9% del total de accidentados.

Otro de los aspectos que se analizan es la forma en que se produce el accidente y la mayoría ocurre por alcance posterior del vehículo encontrándose éste parado (un 43,1%). Le sigue en frecuencia la colisión lateral (el 23,5%), la colisión frontal (12,3%), el alcance posterior con vehículo en movimiento (5,9%), los atropellos (4,8%), la salida de la vía (4,6%) y el frenazo sin colisión (2,2%). En el 3,6% de los casos no consta cómo se ha producido el accidente.

En cuanto a la posición ocupada por la víctima en el vehículo accidentado o el siniestro, casi uno de cada dos era el conductor del vehículo y en uno de cada cinco ocupaba la plaza de copiloto.

Tras el accidente los afectados estuvieron una media de 28,2 días impeditivos, aunque aquí sí se producen diferencias entre Andalucía Occidental, con una media de 26,4 días y Andalucía Oriental, donde la media se eleva a 35 días. En lo que se refiere a los días sin impedimento, en los que el paciente sigue recibiendo atención sanitaria, pero puede desarrollar su actividad, la media está en 36 días, aunque también hay diferencias entre la zona occidental (una media de 38,8 días)  y la oriental (25 días de media). Los días de hospitalización en el caso de accidentes de tráfico se sitúa en una media de 2,3 días y en cuanto a las sesiones de rehabilitación  están en de 27,5 días.