Jerez

Rafael Ricardi comparece ante el juez y sostiene que es inocente

Rafael Ricardi Robles, el portuense encarcelado desde hace 12 años y siete meses por la violación de una joven que la Policía achaca desde hace ya algo más de dos meses a dos jerezanos de amplio historial delictivo, volvió a abandonar ayer momentáneamente la prisión para acudir otra vez a los Juzgados de El Puerto por el nuevo giro que ha dado su caso.

Ricardi salió poco antes de la diez y media de la mañana de la cárcel portuense (a la que ha sido trasladado de modo provisional desde la de Topas -Salamanca-, por las dudas surgidas con su caso) y llegó a las once menos cinco de la mañana a los Juzgados. Acudía citado por el juez que ahora está al cargo del asunto, el titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de los de El Puerto, Miguel Ángel López Marchena, tras inhibirse la titular del Juzgado Número 2 en favor de él.

El Caballito, como era conocido en El Puerto por la singular manera de andar que tiene debido a la lesión de columna que sufre a causa de un accidente de tráfico, llevaba la misma camiseta que el miércoles de la semana pasada, cuando fue llevado al Juzgado. Una camiseta azul oscura con estampación en blanco con la leyenda 'Hasta el amanecer por Zaragoza'. Ayer, sin embargo, vestía pantalón cargo (hace cinco días llevaba un pantalón de deporte), y estaba recién rapado, con el pelo muy corto.

Ayer su comparecencia fue breve. Ricardi aseguró que es inocente. Y lo hizo, además de ante el juez, delante de la fiscal jefe de Cádiz, Ángeles Ayuso, su abogada, la letrada de Derechos Humanos Antonia Alba (que ha notificado ya al Supremo su intención de interponer recurso de revisión de condena), los abogados defensores de los jerezanos a los que la Policía considera exclusivos autores de todas las violaciones cometidas entre 1995 y 2000 en El Puerto, Jerez y Puerto Real, Fernando P.G. y Juan B.G., y el abogado de la víctima de la agresión sexual que pena Ricardi.

Cabe reseñar que el portuense fue condenado en octubre de 1996 a dos penas de 18 años como autor de una violación y cooperante necesario (la joven fue violada por dos encapuchados, uno alto y otro bajo, aunque sólo fue juzgado el portuense), con las agravantes de disfraz (los agresores iban encapuchados, como se ha dicho) y nocturnidad. La víctima tenía 18 años. Volvía a su casa, en Valle Alto, en agosto de 1995, en moto, y tuvo que parar al haberle colocado en mitad de la carretera numerosas piedras para que no pudiera seguir. Durante varias horas, fue agredida por dos individuos. En su ropa se hallaron restos de semen entonces atribuidos a Ricardi. En el 2000, un informe del Instituto Nacional de Toxicología descartó el ADN de Ricardi. Y en abril de este año, la Policía detuvo a un jerezano (Fernando) cuyo ADN coincide con los restos atribuidos a Ricardi.

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