Jerez

Devoción a un legado

  • Hablan hermandades que habitan y mantienen vivas capillas, ermitas e iglesias de la ciudad; una labor, muchas veces, poco reconocida

San Lucas no está en la lista negra, pero podría formar parte de ella. Tres Caídas, y la última sería la definitiva, para sucumbir al abandono y olvido del casco histórico. Sin embargo, los brazos de un grupo de hermanos soportan el peso de los siglos, de la historia y del patrimonio de la ciudad. Una iglesia construida sobre una antigua mezquita árabe. Y ahí sigue. Sus piedras acogen en usufructo a la hermandad de los Dolores, del Cristo de la Salud, que asume todo el mantenimiento del templo, en su mayoría, la mejora de las cubiertas. Cuidados continuos para un edificio que tiene ya una edad, siglo XIII. "Nuestro trabajo es poco con respecto a lo que necesita, pero no podemos asumirlo, ni tampoco hemos recurrido nunca a ayudas", dice el flamante hermano mayor, José Antonio González, que subraya que lo que se saca "es de las cuotas de los hermanos y de colaboraciones como las que ha estado haciendo José María Ruiz-Mateos. Por ahora ha sido suficiente". El templo, dentro de la antigüedad, "se encuentra en buen estado, pero la yesería del interior, del siglo XVIII, no deja ver el estado real de las cubiertas". De hecho, en 2011, las obras de la Ciudad del Flamenco y de viviendas del entorno provocaron desprendimientos en su interior. En esa misma fecha fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural). "Estamos desbordados, primero porque no tenemos dinero suficiente para tantos arreglos, y porque al ser BIC hay mucha más burocracia que antes. El mantenimiento de la iglesia se traduce anualmente en unos 35.000 euros". Hay que sumar el mal estado del retablo mayor. "Cuando solucionas un lado, da la cara el otro. No acaba nunca. Si por nosotros fuera, le daríamos un remozado completo". A pesar de las quejas de José Antonio, se siente orgulloso por no permitir que San Lucas forme parte de esa lista negra de monumentos que se están cayendo en el casco histórico. "Seguimos apostando por la iglesia porque el patrimonio es una inversión. Es algo humano también. No hacerlo sería cometer los mismos errores del pasado. Si no fuera por la hermandad y el colegio San Juan Bosco, no pasaría nadie por aquí". Desde San Lucas han solicitado al Obispado ser santuario diocesano, por los 75 años que cumple en 2015 la hermandad y para poder abrir al público la iglesia más días de la semana.

Desde la hermandad de La Coronación, con sede canónica en Los Desamparados, capilla que tienen a su cargo, su hermano mayor, Francisco Rodríguez, dice que están a la espera de rehabilitar la fachada del templo a lo largo del verano. "La capilla en general -añade- se encuentra en buenas condiciones y las cubiertas están recién arregladas. El mantenimiento se hace desde los presupuestos de la hermandad, a través de sus cuotas y actividades". Una entidad que no recibe ayudas públicas, ni del Obispado para sus intervenciones, "aunque siempre se piden y estamos pendientes de alguna. Creo que de una forma u otra aportamos nuestro grano de arena ya que damos vida a la capilla, en la que siempre hay cosas que arreglar". La primitiva Hermandad de San Juan Bautista se fundó en 1615 y ha pasado por varias sedes, la Colegial, el convento de San Agustín y de allí a Los Desamparados, que llevaba varios años cerrada. La hermandad, empujada por su devoción centenaria, la adecentó y reabrió en 1925. Una labor que no cesa.

La hermandad de El Perdón tiene cedida la Ermita de Guía -recientemente rehabilitada por el Ayuntamiento-, donde habita desde 1998, aunque la entidad nació en 1963. El hermano mayor, Juan Antonio Sánchez Tornay, asegura que este edificio, del siglo XVII, "cuando llegamos estaba en muy malas condiciones, vamos, que era un chutadero. Si no se nos hubiera presentado la opción de mantenerlo, recuperarlo, seguramente hoy estaría en el suelo". Desde la hermandad destacan que la última rehabilitación en la ermita ha sido concedida por el Consistorio, "porque con nuestros propios ingresos, no la hubiéramos podido llevar a cabo", y apuntan que el mantenimiento de este edificio, patrimonio jerezano, supone un montante anual de en torno a 3.500 euros. "Creo -apunta- que hacemos una labor importantísima en la conservación de la historia, de su patrimonio, de darle vida, uso y que no sea un espacio cerrado, abandonado, como era antes. Todo esto forma parte del legado de la ciudad y las administraciones y ciudadanos deben hacerse cargo, no olvidarlo. Lo que hay aquí no es sólo una iglesia, es, por ejemplo, otro lugar que el turista puede visitar".

En La Soledad, recogida en la iglesia de La Victoria, están de celebración porque cumplen 450 años. Ahí es nada. Un templo que se fundó en 1543 por los padres mínimos. El hermano mayor, Álvaro de la Calle, cuenta que hace tres años hicieron una importante inversión en la iglesia en pintura, cubiertas, tejas, canaletas... "Todo con recursos propios. Unas obras -añade- que costaron unos 10.000 euros, pero es un edificio con tantos siglos que necesita constantemente un mantenimiento, es decir, dinero. La verdad es que muchas veces no se tiene en cuenta la labor de los hermanos, incluso muchos de ellos, que trabajan en la construcción, son nuestra mano de obra". Respecto a las críticas de PSOE e IU sobre las recientes ayudas por parte del Ayuntamiento a la rehabilitación de Santiago, San Mateo y San Juan de los Caballeros, respeta dichas opiniones, "pero entre todos debemos recuperar el patrimonio. Es ridícula para tanta queja la ayuda que se le ha dado a Santiago para ser el templo que es. Creo que se ha exagerado".

La hermandad de La Piedad sustenta la real capilla del Calvario. Allí se hacen las reparaciones que están al alcance de los hermanos, lo que se puede. El edifico actual es del siglo XVII. Domingo Díaz es el hermano mayor y cuenta que hace unos años hicieron arreglos de pintura, se reparó la pared... "Por ahora no hay ayudas externas pero porque tampoco las pedimos. Lo que sí está un poco estropeado es el camerín y hay que restaurarlo", dice, para recordar después que si "no es por la labor de las hermandades, muchos de estos templos estarían hoy cerrados y me parece mal que haya quejas por las ayudas que se han concedido a la rehabilitación de estas tres iglesias. Esto es invertir en patrimonio. Si se cierran las iglesias, ¿qué se puede ver en Jerez? Todo esto atrae turismo y desde aquí nos hemos volcado mucho con Santiago para abrirlo al clero y al público en general".

Una de las iglesias que acaba de recibir ayudas municipales para la recuperación del sagrario es San Mateo. Allí, la hermandad del Desconsuelo tiene su sede y se encarga de labores de mantenimiento como la fachada. Su hermano mayor, Ángel Bocarando, recuerda que la importante rehabilitación de la iglesia en 2002, "se hizo en su día gracias al empuje de la hermandad, miembros de la plataforma pro San Mateo y las administraciones, y a través de cuotas de los hermanos o actividades que desarrollamos para recaudar dinero, subvenciones...". Pero el resto del tiempo, la labor es propia. "Sin duda -añade- una porcentaje muy importante del mantenimiento de las iglesias viene por parte de las hermandades, que estamos pendientes todo el año y somos las que respaldamos su recuperación".

La hermandad de La Yedra tiene en usufructo la capilla del siglo XVIII con el mismo nombre, y la intentan tener "en las mejores condiciones posibles porque es donde nos ubicamos, aunque hoy hacer cualquier intervención supone solicitar numerosos permisos", cuenta el hermano mayor, Ildefonso Roldán, que reconoce que ayudas públicas no han recibido muchas y eso que se piden. "A veces -añade- las obras que hemos querido hacer se quedan paralizadas porque son de envergadura y nuestros presupuestos no son suficientes para cubrirlas. Ahora mismo estamos deseando arreglar la fachada, pero es muy caro. A ver si ahora que parece que hay más subvenciones a las iglesias nos llega alguna". Una hermandad que asegura sentirse "orgullosa" de conservar el patrimonio, la historia de la ciudad. "Si no fuera por las hermandades, muchos templos ya habrían desaparecido o estarían derrumbados, así que son incomprensibles las quejas que llegan desde la oposición. Este legado es el que nos han dejado y hay que conservarlo. Aunque por mucho que se explique, las personas que están en contra de la Iglesia, lo seguirán estando siempre".

En la ermita de San Telmo, la hermandad paga a una persona para que mantenga abierto el templo que tiene en usufructo, al culto y a las visitas. Es una de las muchas inversiones que hace La Expiración para mantener con vida este espacio patrimonial. "Claro, es conservar el patrimonio, la historia", asegura José Manuel García Cordero, el hermano mayor. Luz, agua, cuidar los enseres, la rehabilitación de los techos... Un goteo continuo de atenciones que a veces no reciben todas las ayudas necesarias. "Nuestra intención es que los arquitectos del Ayuntamiento se hagan cargo del proyecto de reparación de los techos. Estamos pendientes de un convenio. Nosotros asumiríamos el resto, que son 150.000 euros. Ya hemos recaudado parte del dinero necesario con las cuotas, actividades, espectáculos...". Un edificio de siglo XVII que necesita cuidados permanentes, por su edad. "Si no fuese por las hermandades nada de esto existiría", concluye.

En San Juan de los Caballeros tiene su sede La Vera Cruz, que recuperará la capilla de la Jura con ayuda municipal después de 30 años de espera. Es la cofradía usufructuaria de un templo que forma parte de los que erigió el Rey Sabio tras la conquista de la ciudad en 1264. La hermandad de La Cena tiene sede en San Marcos, puede fecharse a mediados del XIV, con numerosas rehabilitaciones a lo largo de los siglos. Otro edificio con edad para el que son pocas las intervenciones.

El historiador José Manuel Moreno Arana confirma que si no fuera por las cofradías y hermandades, "muchas de estas iglesias ya estarían caídas o abandonadas, como pasa con el convento del Espíritu Santo, en manos de las dominicas. Dan uso y vida a estos edificios y conservan su función". Por su parte, Enrique Soler, sacerdote y delegado de patrimonio de la Diócesis, califica la labor de las hermandades de "muy buena, importantísima. Se han hecho muy buenas restauraciones y otras, por circunstancias, están por los pelos. Y es que la Administración está promoviendo un ataque a la rehabilitación y es muy triste. Hay exceso de demagogia y el patrimonio es cultura además del pan del pueblo". "Y sí -concluye- este esfuerzo de las hermandades está poco reconocido. Desde el Obispado sí los valoramos. Porque si ves, algunos barrios están casi abandonados, pero las iglesias no, siguen en pie. Eso es lo que ha pasado con San Mateo". Una muestra más de que la devoción por la historia de un pueblo va más allá de la mera religión.

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