Patrimonio

Larga vida a una institución de raza

  • El Centro de Estudios Históricos Jerezanos celebra en los Claustros el primer acto por su 80 aniversario. El presidente reconoce que "la investigación en Jerez vive un buenísimo momento".

En la puerta de los Claustros, Juan Félix Bellido me decía: "Necesito saber quién era mi padre, porque, si no lo sé ¿quién soy yo? Aquí buscamos nuestra identidad". El presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos fue capaz de condensar, en tan pocas palabras, el valor de una institución que ayer comenzó a celebrar sus 80 años de vida. Con esas pocas palabras resumió el sentido, el deber y el inmenso amor a la investigación y a la ciudad de tantos miembros que llevan junto a su pecho la insignia del Centro.

Corría el año de 1934 cuando un grupo de intelectuales jerezanos, encabezados por el recordado erudito, africanista y posterior alcalde de Jerez, Tomás García Figueras, decide iniciar una asociación a la que llamaron Sociedad de Estudios Históricos Jerezanos. Su fin fundamental era la de investigar y divulgar muchos de los acontecimientos históricos de Jerez que hasta entonces dormían en centenarios libros y viejos legajos...

Fueron tiempos difíciles y aunque la actividad ya comenzó en aquella fecha, no fue hasta marzo de 1941 cuando se aprobaron sus estatutos. "Desde entonces, muchas son las publicaciones del Centro y numerosos los investigadores que contribuyeron a ello, prestando así un impagable servicio al conocimiento del pasado de nuestra ciudad", relató Antonio Mariscal ante la atenta mirada de los presentes.

Esa extensa y prestigiosa lista de investigadores que han puesto su granito de arena para que esta entidad goce de tan buena salud, comenzó con importantes nombres como Manuel González Jiménez, Rafael Sánchez Saus, Juan de la Plata, Teodoro Falcón, José Luis Repetto, José Cebrián, Manuel Ruiz Lagos y Rosa María Toribio, entre otros muchos. Entre papeles ya de color amarillento por el paso de los años, los 'buscadores' de las entrañas de Jerez han logrado no sólo dar a conocer hitos históricos, sino que han sido capaces de captar la atención de los jerezanos y sembrar, en muchos de ellos, la semilla de la investigación, el querer saber más.

Precisamente algunos de ellos fueron ayer homenajeados "de todo corazón" en los Claustros. "Debemos saber reconocer y agradecer lo que han hecho por todos nosotros", señaló Bellido, quien junto al delegado de Turismo, Cultura y Fiestas, Antonio Real, y Francisco Antonio García, presidió el acto de entrega de las insignias de oro. Los miembros numerarios de honor fueron los antiguos presidentes Manuel Ruiz Lagos (su hijo fue el encargado de recoger la insignia), José Luis Repetto Betes, José López Romero, Ramón Clavijo Provencio, Eugenio Vega Geán y Francisco Fernández García-Figueras.

El Centro quiso así agradecerles con la máxima distinción su "tiempo, trabajo y los desvelos que han contribuido a mantener el prestigio y la continuidad de esta entidad. Unos tiempos cambiantes, a veces difíciles y siempre con escasos medios económicos, pero que con su bien hacer y con su prestigio, tanto científico como personal, han sabido conducir a buen puerto esta nave de la historiografía jerezana sin regatear el más mínimo esfuerzo".

Pero como en toda 'familia' también hay que dar la bienvenida a los nuevos miembros. Cipriano Egido, Manuel Ruiz, Carmen Martín, José María Gutiérrez, Antonio Santiago, Cristóbal Orellana, Laureano Aguilar, Francisco Barrionuevo y Virgilio Martínez comenzaron ayer a ser parte de esta entidad jerezana.

"La institución está muy joven para la edad que tiene, no los aparenta. Somos un centro de estudios históricos, no somos un ateneo o una academia. Somos un centro de estudios históricos y nos dedicamos a investigar, estudiar, publicar y divulgar por el bien de Jerez lo que es nuestra historia y nuestras raíces. Este acto da el pistoletazo de salida a la programación por los 80 años, que se extenderá durante todo el 2015", señaló el presidente de la institución. Emocionado e ilusionado por la larga vida de la entidad, Bellido añadió que "el centro ha cobrado, y cada vez va a más, un protagonismo en la ciudad. Ahora estamos publicando más y las investigaciones se logran transmitir mejor". El presidente declaró que la savia nueva de los últimos años ha permitido también "romper con tópicos". "En mi junta directiva hay gente que estudia el árabe y el Jerez andalusí y otros que estudian el cristiano-visigodo. Tienen distintos puntos de vista de la ciudad pero la discusión es científica, y es tan gratificante. Somos investigadores y amigos", declaró Bellido.

Sin duda, el acto de ayer sirvió para volver a reivindicar el papel de esos investigadores que se pasan horas y horas entre estanterías y manuscritos con el único fin de conocer más sobre Jerez, y darlo a conocer. "En la ciudad, la investigación vive un buenísimo momento y las herramientas modernas han aportado una nueva visión de las fuentes de la historia de Jerez", señaló el presidente.

Rara son las veces que la entidad convoca actos públicos. Prefiere vivir su vocación entre los archivos, en las bibliotecas, en las mesas llenas de papeles e historia de los despachos de sus investigadores. Pero de vez en cuando 'salen' a luz, se ríen de anécdotas y recuerdan a los que ya no están. Una reunión de 'grandes', de aquellos a los que no se le escapa ni una coma en los nuevos textos que caen en sus manos. Una reunión, al fin y al cabo, de jerezanos que aman la historia de su ciudad y que intentan transmitirla a los que vienen por detrás con la misma pasión con la que la viven ellos. Precisamente, muchos estuvieron ayer acompañados de sus hijos, y en sus miradas (en las de ambos) se veía respeto y admiración.

Termino con la misma voz con la que empecé. "Sin raíces no sabemos quiénes somos y este centro estudia nuestras raíces, para que los jerezanos de hoy sepamos de dónde venimos y a dónde podemos ir". Felicidades y que cumplan muchos más.

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