Las once de la mañana de cualquier día entre semana. Pasar la puerta del acceso al Mercado de Abastos Jerez Sur es encontrar las miradas cómplices, y pesimistas, de comerciantes que esperan la llegada de clientela. A la derecha, en el primer pasillo, Javier pone voz a sus compañeros. "¿Tú te crees que es normal la hora que es y lo solo que está esto? Como mínimo me debería haber quedado ya sin avíos para el puchero, pero ya te digo que eso no va a pasar", establece el autónomo con los brazos cruzados.

Este nuevo edificio lleva funcionando, tras retrasos y aplazamientos de cinco años, desde hace seis meses. Hace tan solo una semana que se puede disfrutar de todo el potencial del mercado de Federico Mayo, ya que por fin se fueron las vallas y el solar anexo, otrora el mercado primitivo, ahora es una plaza que pretende dinamizar el espacio.

El presidente del Mercado de Abastos Jerez Sur, Eduardo Ponce, solo encuentra dos "puntos negros" a este nuevo espacio. En primer lugar, que aún quedan por licitar tres de los doce puestos que tiene el edificio y, en segundo, la sangrante falta de clientes. "Lo primero es problema de técnicos del Ayuntamiento -explica Ponce-, pero lo segundo y más grave nos corresponde a nosotros como comerciantes".

La razón principal de que los pasillos estén desiertos, según el portavoz de los comerciantes, "es que durante los años que ha durado la obra y han estado aquí las vallas los clientes han tomado otros hábitos. Ahora van a otros mercados y nuestra responsabilidad es que vuelvan al de la zona Sur". La solución principal, según Eduardo Ponce y en la que coinciden la mayoría de los comerciantes de la plaza, es "que vuelva el mercadillo de los sábados. Cuando empezó la obra se trasladó a La Granja, y por supuesto que no queremos dejar a esa barriada sin mercadillo, pero creemos que hay suficientes puestos como para que haya dos. Nos daría vida. El Ayuntamiento está de acuerdo mientras consigamos el acuerdo de los comerciantes. Si no lo logramos, lo vamos a tener muy crudo".

Este nuevo y moderno edificio contó con un presupuesto de 682.920 euros para su construcción y 70.000 para la equipación de los doce puestos que componen el mercado de Federico Mayo. Los comercios que se encuentran abiertos actualmente son tres fruterías, dos pescaderías, tres carnicerías y una tienda de alimentación. En el lado contrario, faltan por licitar uno de alimentación, una cafetería y una tienda de congelados.

"La falta de clientela conlleva a que no sufraguemos gastos. Nos cuesta el dinero estar aquí y sabemos que desde el Ayuntamiento no pueden hacer más de lo que han hecho, aunque el ambiente está crispado y chocan contra todos. Por otro lado es normal, somos familias que mantenemos a nuestros hijos y estamos muy mal", confiesa el presidente.

El Mercado de Abastos Jerez Sur pertenece a Adecosur -Asociación de Comerciantes de la zona Sur-. El tesorero de esta organización, Juan García, establece que "nuestro planteamiento es promover la plaza de la zona Sur, el mismo nombre ya lo dice. Estamos sacando publicidad repartiendo 15.000 folletos por la zona, actividades de esparcimiento en la plaza y buscando iniciativas para que la gente vea que es una plaza nueva y renovada". "El problema -continúa García-, es que ahora tienes que hacer que la gente vuelva. Eso es difícil, la gente se ha habituado a ir a otros sitios, aunque hay demanda para todos. Hay que tener en cuenta que la zona Sur es como un pueblo pequeño, nuestra afluencia es de 30.000 personas con todo tipo de perfiles y sabemos que la mejor propaganda es el boca a boca".

Desde la frutería, Javier vuelve a tomar la palabra. "¿Que cómo lo vamos a hacer? Sinceramente, no tengo ni idea. Hay un problema de atracción de clientes pero que no sabemos cuál es el problema. Presentamos una inmejorable calidad con precios muy competitivos. Instalaciones, las mejores. No sé dónde está el fallo". El autónomo lo tiene verdaderamente mal para llegar a final de mes, "tiramos de ahorros, de la familia, de lo que podemos. Y eso que el Ayuntamiento nos pone todas las facilidades, pero faltando la gente estamos perdidos. Gracias a la mejora de equipación ofrecemos productos de incluso más calidad, porque se conservan mejor, pero a la hora de hacer la caja se te viene el mundo encima".

Desde la carnicería, Merci limpia por enésima vez la vitrina donde presenta precocinados y carnes entre diversos carteles de oferta. "Las mañanas se me hacen eternas", suspira negando con la cabeza. Cuando hace memoria de aquellos mercadillos del sábado vuelve la sonrisa. "Ay, ¡eso sí que eran buenos tiempos! Llegaba a mi casa rendía, pero con una buena caja. Todo merecía la pena. Ahora al cerrar te deprimes al ver la caja. Con decirte que antes tenía a mis hermanas trabajando conmigo y ahora me sobro hasta yo... Pero bueno, habrá que aguantar el tirón a ver si la cosa mejora".