2960 Broadway, Nueva York. En un par de meses, el jerezano Rafael Corrales Fatou pisará justo este punto de Manhattan para comenzar la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Columbia. Sus méritos académicos y su situación económica le han valido para obtener una beca que le va a permitir estudiar durante cuatro años en la ciudad de los rascacielos. Esta institución de educación superior es la más antigua de Nueva York, la quinta más antigua de Estados Unidos y uno de los nueve colegios coloniales fundados antes de la Revolución Americana. El camino no ha sido fácil, pero el tesón y el esfuerzo de este alumno del Altillo School le han permitido que la Columbia University le haya comunicado 'ha sido usted aceptado'.

"A finales de verano me iré, va a ser un buen reto", declara el joven. "He sido una persona muy centrada en la ciencia, siempre digo que toda mi vida gira entorno al núcleo que es la ciencia y la tecnología. Me gusta muchísimo. He crecido viendo todo lo que se publicaba sobre esta disciplina, sobre la ciencia americana, la cantidad de dinero que invierten allí en desarrollo, y el progreso que están consiguiendo en estas instituciones", señala Corrales, quien reconoce que tuvo muy claro que su objetivo era estudiar en el extranjero. "Me encanta el inglés y mi deseo es cultivarme culturalmente y académicamente, así que en 3º de ESO me dije ¿por qué no solicitar una beca a los EEUU? Fue cuestión de ponerse las pilas en las notas e informarme de los procesos que tenía que llevar a cabo", reconoce.

Desde ese momento todo giró alrededor de la beca. Si se le dice que son muy pocos los que tienen la oportunidad de acceder a esa ayuda, él responde con rotundidad: "Son menos los que la aprovechan". "Todo el mundo puede solicitar a los EEUU sus becas, que son fantásticas, de hecho, yo no podría pagarme la Universidad si no fuera por ella. Es cuestión de tener las cosas muy claras e ir a por ello. Así que cuando veo a mis compañeros les animo a que lo intenten", dice.

Desde hace un par de años ha compaginado los estudios del sistema educativo español con los estudios 'extras' que tenía que prepararse para enfrentarse a la 'selectividad americana', a la que se presentó a principios de 1º de Bachillerato. "Ellos se someten a una serie de pruebas, entre las que incluye Inglés, por supuesto bastante complicado y Matemáticas generales, muy centradas en la lógica. Después, te puedes presentar a entre una y tres asignaturas, cuantas más mejor claro, que son voluntarias pero sí obligatorias si quieres acceder a una universidad de prestigio. Esas tres asignaturas son abiertas y en mi caso me preparé por mi cuenta Física, Biología y Matemáticas Avanzadas, que ellos llaman Matemáticas 2", recuerda Corrales. Al ser además un 'internacional', el jerezano tuvo que realizar la difícil prueba del 'TOEFL', un examen de inglés de alto nivel. "El colegio me ayudó muchísimo, tuve a mi disposición todos los recursos que necesité", remarca el alumno.

Tras mucho papeleo, entrevistas y un envío minucioso de solicitudes, el 31 de marzo abrió universidad por universidad la carta de respuesta a su petición. Y llegó el 'ha sido usted aceptado'. "Estaba totalmente nervioso, palpitante. No me lo podía creer. Habían sido dos años de trabajo intensos, de pensar todas las noches qué iba a ocurrir, a qué tenía que presentarme... Y de repente, que llegue una frase tan simple como 'ha sido usted aceptado' y que ahí se concentre tanto trabajo... Me quedé estático, uno no se lo puede creer, estaba en el cielo", recuerda Corrales.

"Ahora a volver a prepararse para dar lo mejor y demostrar que han tomado la decisión correcta al aceptarme. Mi objetivo es aprovechar estos cuatros años para formarme lo mejor posible, para que cuando acabe tenga las mejores nociones de todo lo que pueda. Poder ser el mejor ingeniero, alcanzar mi máximo potencial. Aprender a convivir con otras culturas... Se trata de volverse la mejor versión de mí mismo".