Jerez

Sánchez destapa la caja de los truenos

  • La dirección del PSOE siempre quitó hierro a las denuncias de la alcaldesa a fin de mantener su pacto con un ex alcalde que, por primera vez, ahora se enfrenta a la Justicia sin el poder de su cargo político

La Justicia pisa los talones a Pedro Pacheco. Y esta vez, parece que no es un cachondeo porque aunque no es la primera vez que el ex alcalde aparece acorralado por acusaciones más o menos graves, en esta ocasión y a diferencia de las anteriores, comparece sin el amparo y la fuerza del cargo político que ostentó durante 28 años al frente del Ayuntamiento. La pasada legislatura, sin ir más lejos, su pacto para gobernar la ciudad con el PSOE regional y provincial le permitió gestionar a sus anchas el planeamiento urbanístico vigente y también el futuro.

A tal extremo llegó su poder, que en la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbanística, que muy pronto verá la luz aprobado por la Junta de Andalucía, se señalaron todos los suelos a clasificar y un mismo empresario, el ubriqueño José Luis López, apareció casi siempre con una opción de compra sobre los mismos. A continuación, éste vendía los suelos, en calidad de intermediario, a los promotores interesados.

La alcaldesa, Pilar Sánchez, cuando se enteró hizo público que no compartía el PGOU diseñado por su socio, denunció a la prensa sus "irregularidades", pero lo aprobó en pleno muy a su pesar, probablemente, siguiendo instrucciones de su partido. El PSOE quería mantenerse en el poder a cualquier precio y ella acató la disciplina de partido. Lo único que se le ocurrió esgrimir entonces, algo que se cae por su propio peso, es que le dio el visto bueno al documento que decide el futuro de esta ciudad, porque sabía de antemano que el Gobierno andaluz lo frenaría en seco por el crecimiento desproporcionado. Pero a la postre, el PGOU que ella y la Junta de Andalucía están a punto aprobar es casi un calco, maquillado con ingente previsión de VPO, del que diseñó Pacheco.

Quedó demostrado en la etapa de gobierno PSA-PSOE que ni las denuncias de la oposición ni las lanzadas por la propia alcaldesa hacían mella en los planes de Pacheco. Ante cualquier eventualidad, era la propia dirección provincial del PSOE la que salía en defensa de sus intereses, si era preciso. A saber: ya antes de que Pilar Sánchez dejara patente que el nuevo PGOU respondía a intereses oscuros, su equipo de gobierno tensó la cuerda del pacto municipal. Y lo hizo sólo 9 meses después de su firma, en septiembre de 2005, cuando se abstuvo durante la comisión de Política Territorial en cuatro puntos clave que Pacheco quería llevar a pleno para aprobar el plan parcial de la segunda fase del parque empresarial (La Norieta) y las modificaciones puntuales del Plan General que afectaban a pago El Carrascal -junto a Croft-, Ermita de Guía y Miguel de Unamuno, cerca de las atracciones de Feria.

La alcaldesa paralizó los planes del PSA sólo el tiempo que tardó Pacheco en charlar con Francisco González Cabaña, líder provincial del PSOE. A las 24 horas, éste dio por echo que ambos partidos irían de la mano en el pleno: "Todo estará claro el martes", zanjó. ¿Y qué pretexto utilizó el equipo de Pilar Sánchez en esta ocasión para tratar de salvar su honra en el pleno? Se limitó a cambiar el sentido de su voto a favorable argumentando que antes no tuvieron tiempo de analizar la documentación.

La alcaldesa denunció por primera vez ante la Justicia al ex alcalde cuando el pacto se esfumó. Y en caso de demostrarse irregularidades en su gestión, también se pondrá en entredicho el respaldo inquebrantable del PSOE, al menos, mientras que duró la coalición. Incluido el apoyo de la alcaldesa, aunque en teoría fue contra su voluntad.

Cabaña mantuvo a raya a los suyos porque no quería bronca con un socio con el que siempre se ha entendido y al que calificó como 'El Inmatable'. Y Pilar Sánchez, durante el pacto, jamás fue más allá de la denuncia ante la prensa, aunque luego le costara rectificar una y otra vez. Tuvo que esperar largo tiempo para poder denunciarlo en toda regla a raíz del 'caso Jerecom', que puso en marcha la investigación de la Udyco y Fiscalía Anticorrupción.

Pacheco también impulsó, como es sabido, las recalificaciones de Croft y El Carrascal, junto a la circunvalación, donde se proyectan unas mil viviendas. Primero con apoyo del PP y más tarde con el respaldo definitivo del PSOE, que votó en contra en los inicios de dicha operación y acabó por darle el espaldarazo definitivo. Sin embargo, si el ex alcalde se salió con la suya en estas empresas y en las anteriores, fue siempre gracias a la complicidad de la Junta de Andalucía. En el caso de Croft, por ejemplo, la Comisión de Ordenación del Territorio emitió una resolución negativa rechazando el cambio de uso de bodeguero a residencial. Por momentos, los promotores vieron sus millonarias inversiones en el aire. Pero bastó un simple recurso administrativo para que la Consejería de Obras Públicas diera luz verde a dicha recalificación. Ya Pacheco no gobernaba. Y lo que nunca se supo es por qué intereses, que no fuesen políticos, se cambió de opinión. ¿Respondió a un ataque de responsabilidad pensando en que muchos obreros de la construcción se quedarían en paro?

Fuentes del sector apuntan a que la Junta de Andalucía dio marcha atrás porque no se quería enfrentar a los promotores afectados, entre otras razones, para que tampoco se hablara de un proyecto tan ambicioso como el del parque comercial que promueve Ikea, en el que hasta 5 consejerías estamparon su rúbrica para que la alfombra roja llegara desde Jerez hasta la sede central de la compañía sueca. Y al parecer, los promotores jerezanos amenazaron con denunciar el distinto rasero que usaba la consejería a la hora de aprobar las recalificaciones.

A esto hay que añadir que el propio Pacheco, cuando entendió que la Junta se apuntaba la medalla por la inversión de Ikea, denunció que el convenio firmado con el Ayuntamiento beneficiaba más a la compañía que a las arcas municipales. Y no escapa a nadie que pocos meses atrás un informe técnico de la propia Junta cuestionó la idoneidad de ubicar dicho parque comercial en el único sistema de espacios libres que quedaba en la zona Oeste.

Pacheco, en sus últimos años al frente del Urbanismo, llegó a ofrecer la venta del Circuito de Jerez a Tempa Grupo Inmobiliario por un precio irrisorio. Sabía que Pilar Sánchez había alcanzado un acuerdo con la Junta para que participara en el accionariado del trazado jerezano. Y antes que renunciar al control sobre la joya de la corona de su gestión política, optó por 'regalarla' a una empresa privada a cambio no se sabe de qué. Entretanto, proclamaba que "yo no me caso con nadie". Quizá seguro de que tenía las espaldas cubiertas por el PSOE y visto que una por una salían todas las operaciones, por mucho que las cuestionara la mismísima alcaldesa de Jerez, según él las iba planificando desde su despacho. Hoy que Pacheco nada puede ofrecer para garantizarse la connivencia con su gestión, la alcaldesa ha desatado una particular venganza con la que destapa la caja de los truenos.

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