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Jerez

Una devoción sin crisis

  • La Hermandad del Rocío de Jerez puso ayer rumbo a la aldea con menos integrantes que otros años pero con la misma vistosidad de siempre · El Simpecado aplastó el pie a una anciana en Porvera

Un año más, ya están por las arenas. Aunque este año la crisis económica deje a más de un rociero en casa, la salida de la Hermandad de Jerez estuvo revestida ayer de la misma devoción y vistosidad de siempre, con la iglesia de Santo Domingo hasta arriba aunque por la calle Porvera no fuera excesivo el público que acudió a despedir a los romeros.

La única nota negativa se produjo algunos minutos más tarde de las nueve de la mañana, cuando la carreta del Simpecado le pasó por encima del pie a una anciana de 73 años, Vicenta Rosado, que no le dio tiempo de retirarse y fue inetrvenida ayer mismo de una fractura en el pie.

A las ocho de la mañana fue el director espiritual de los rocieron jerezanos, el padre Martín Alexis, quien ofició la misa de romeros que contó, como no podía ser menos, con las sevillanas del coro de la hermandad, situado en una de las capillas de la iglesia. En sus primeras palabras, el dominico Martín Alexis tuvo un recuerdo para quien hasta ahora ha sido el obispo de Jerez, Juan del Río, "quien seguro que hoy estará pensando en este momento y en nuestra hermandad".

En su homilía, Alexis hizo también un recorrido por una serie de advocaciones marianas relacionadas con la hermandad: Consolación, Traspaso, Soledad, Desamparo y la Piedad. Asimismo, dejó claro que "vamos a andar con Ella, no vamos a hacer ninguna excursión ni vamos a ser turistas"

En la puerta principal del convento de Santo Domingo ya esperaba perfectamente preparada la carreta del Simpecado de Jerez adornada con varias piñas de flores moradas, el color de la hermandad, el mismo color de los cordones de donde colgaban todas las medallas de los romeros y de la cinta que adorna los sombreros de ala ancha. A esa hora en el reloj de Cristina marcaba 22 grados, una temperatura agradable para comenzar el camino y con un cielo totalmente despejado.

También era morada la bóveda y la alfombra de flores que las jacarandas dejan en la calle Porvera. A las nueve de la mañana el Simpecado fue colocado en la carreta, tirada por los mulos Carlitos, Perico, Pacote y Bartolo, y en ese momento los cohetes y el tamboril anunciaron a toda la ciudad que los rocieros jerezanos se ponían en marcha. Los primeros metros del camino transcurrieron con bastante lentitud debido al incidente anteriormente mencionado.

A la altura del colegio de San José, los niños hicieron su tradicional ofrenda, cantaron la Salve rociera, varias sevillanas y soltaron cuatro palomas al paso de la hermandad.

Al inicio del camino, el hermano mayor Felipe Morenés reconoció que "ya estamos más relajaditos, porque esto está en manos de muchas personas y va funcionando como queremos hasta el momento".

Este año han salido de Jerez hacia la aldea alrededor de mil romeros, diez carros más el del hermano mayor, diez charrés y 238 vehículos, tanto tractores como todo terrenos. Como nota curiosa, en alguno de ellos pudimos ver también la bandera del Xerez.

Entre las novedades de este año, Morenés citó las ruedas nuevas de la carreta del Simpecado y que también hará la entrada con Jerez en la aldea una romería de dieciséis portugueses de la hermandad de San Martinho, de la localidad de Golega. En la comitiva portuguesa, con una vestimenta parecida a la española pero con una capa roja, acompañarán a los jerezanos el alcalde de dicha localidad lusa, José Veiga, y el hermano mayor de San Martinho, Joao Gorjao.

La alcaldesa Pilar Sánchez, que era felicitada entre el público por su reciente matrimonio, también quiso acompañar a los romeros jerezanos en su salida, aunque no podrá ir con ellos "porque hay mucho trabajo".

Quien sí hace este año el camino con la Hermandad de Jerez la cantante María José Santiago, que estaba muy contenta "porque por motivos profesionales y como vivo en Sevilla algunas veces lo he hecho con Triana, pero tenía muchas ganas de hacerlo con Jerez y por fin ha llegado el momento. Este es el tercer camino que hago con Jerez, pero hace muchos años que no venía con ellos".

Como es tradicional, la hermandad hizo su primera parada en el Hospital Juan Grande para despedirse de los enfermos, sus familiares y el personal del centro. Allí, el capellán del santuario San Juan Grande, el hermano Teodoro, les dijo las palabras de despedida a los romeros "con el deseo de que haga presente allí la oración de toda esta casa, porque nosotros también les tenemos muy presentes".

Tras el canto de la Salve rociera, los romeros jerezanos enfilaron ya la carretera del Calvario con destino hacia Sanlúcar, no sin antes hacer los dos primeros rengues en El Barroso y Ventosilla.

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