En poco más de un mes, nuestra localidad contará con un segundo centro zoológico además del Zoobotánico. Se llamará Reptilarium Exótico de Jerez y está enclavado justo enfrente del fondo sur del estadio municipal de Chapín.

Que nuestra ciudad vaya a contar con este centro se debe al esfuerzo de José María Rodríguez y su padre, también llamado José María. Ambos son herpetólogos, es decir, son especialistas en la rama de la zoología que se dedica al estudio de los anfibios y los reptiles, incluidas su taxonomía, ecología, comportamiento, fisiología, anatomía y paleontología. Desde que José María (hijo) acabó sus estudios de Biología, tenía muy claro que quería montar un centro de exposición de reptiles, ya fuera permanente o itinerante. Se lo comentó a su padre y primero lo intentaron en su anterior lugar de residencia, Palma de Mallorca. Pensaron que por su condición de lugar turístico podría cuajar su idea. Sin embargo, se toparon con la burocracia, las leyes locales y el mal entendimiento entre los funcionarios peninsulares e insulares, lo que frustró su proyecto.

Así y todo, con su vuelta a Jerez el proyecto volvió a tomar forma. En agosto de 2006 abre Exotic Jerez, una tienda de animales distinta a todas las que había en la ciudad con la intención de servir de motor de arranque para el futuro parque. "Quisimos darle un enfoque distinto al de una tienda de animales convencional" -señala José María sénior-. "Nuestra especialidad son los reptiles. En cualquier tienda te puedes encontrar una tarántula, una serpiente, un lagarto, pero nosotros tenemos una variedad que otras tiendas no la tienen, quizás porque no tienen capacidad o no tienen entendimiento para ello". Así y todo, no solamente se limitan a reptiles y anfibios. "Trabajamos cualquier tipo de animal siempre y cuando esté dentro de la legalidad. Eso lo llevamos muy a rajatabla", señala José María. Entre lo más raro que han llegado a vender se encuentran las chinches africanas, que son del tamaño de un escarabajo, así como ambiplijidos, que es un artrópodo, híbrido de escorpión y araña. "Nosotros jugamos con la baza de que tenemos buenos contactos y que tenemos facilidad para encontrar cualquier tipo de especie", señalan.

Aprovechando el negocio de la tienda, abrieron también una zona de exposición, aunque en principio no sabían que debían tener para ello una licencia de apertura de parque. "A base de informarnos, de preguntar y tal, sacamos conclusiones a través de Medio Ambiente, que nos comentó que necesitábamos una licencia para poder exponer, porque hay una serie de parámetros, según la ley 31/2003 que regula a los parques zoológicos", señala el menor de los Rodríguez.

De esta manera, comenzaron los trámites y en mayo de 2007 acuden técnicos de Medio Ambiente para ver las instalaciones con las que contaban. Tras esa inspección, mandan una carta de reajuste, en la que les informan de una serie de irregularidades en la documentación e infraestructuras que había que subsanar.

A partir de entonces, comienzan las mejoras de las instalaciones a nivel de estructuras y reparaciones. En cuanto a la documentación, elaboran proyectos educativos, planes nutricionales para animales, tablas de proteínas, de profilaxis e higiene (es decir, un estudio completo de los animales que mantienen y las posibles enfermedades que pueden transmitir a las personas, tanto a cuidadores como a visitantes y los medios para paliar dichas enfermedades), proyectos de cría in situ y ex situ... Y es que, según la ley, la función de un parque zoológico es la de conservar, educar y respetar a las especies. Buena prueba de todo esto, es que tienen varios cajones hasta arriba de proyectos y planes de todo tipo.

Finalmente, varias inspecciones en el verano de 2009 determinan que todo está casi a punto y en noviembre les llega la buena noticia de que les conceden la licencia de apertura.

La zona de exposición tiene 80 metros cuadrados, en donde se podrán presenciar serpientes, varanos, arácnidos y demás especies, tanto exóticas como autóctonas. Además, si se le suma el bioterio (el lugar donde se cría y utilizan los animales de laboratorio), la sala de curas, la zona de cuarentena y la nursería, el total de las instalaciones suman 120 metros cuadrados.

El Reptilarium Exótico de Jerez tiene además acuerdos con diferentes fundaciones y universidades como la de Córdoba, a la que facilitarán a la facultad de veterinaria los animales que vayan falleciendo para que los estudiantes puedan tener la posibilidad de realizar necropsias a animales éxoticos.

Además, dentro de la función educadora que van a tener, han realizado una serie de presentaciones en power point con la intención de exponerlas en colegios, universidades, asociaciones e incluso a fuerzas de seguridad, como Policía Local y bomberos. Y es que, como señalan, actualmente estos cuerpos no tienen la preparación necesaria para afrontar una situación como la que se vivió hace unos años con el célebre cocodrilo de la laguna de Torrox. "Eso fue un caos absoluto, cuando podría haberse hecho mucho más fácil y sin tanto bombo si hubiera habido alguien que supiera qué hacer". José María también recuerda otro caso que vivió con una familia de Galicia que pasó unos días de vacaciones en Jerez. "Entraron en la tienda para curiosear, nos comentaron lo bonita que les parecía la ciudad, lo limpio que lo veían todo y al cabo de un rato, después de dar una vuelta por los alrededores del estadio, vinieron sofocados porque vieron cómo un agente de policía le había pisado la cabeza a una serpiente, sabiendo que estamos aquí enfrente y que en cualquier momento puedo salir con el gancho y capturarla".

Los dos José María, padre e hijo, piensan que el Reptilarium puede ser el complemento perfecto del Zoobotánico, una vez que el que había allí ya dejó de existir.

En unos días, cuando finalicen los últimos retoques, nuestra ciudad contará con otro atractivo turístico y que nos acercará un poco más al extraordinario mundo de los reptiles.